La chica del Bus

12. Sección Fotografica

- ¿Estás diciendo que los chicos te encuentran sexy por tu físico y frívola por qué no ha podido entrar a tus bragas?

Yo asentí con la cabeza con una sonrisa en mis labios, él no podía creer lo que le estaba diciendo. Eso lo hacía más lindo.

- Se puede decir que es eso, pero tengo una inquietud, ¿Por qué corrías como un loco tras el autobús esa vez?

- ¿Cuál vez? - pregunto él con un poco de vergüenza mascullada entre los dientes.

Además de los chicos él era el primero con quien había entablado una conversación en la que no me sintiera incomoda por la mirada acosadora y perversa que me lanzaban en cada pregunta con doble sentido, en realidad es la segunda vez desde que entre a la universidad que puedo hablar con un chico.

- * - * - * - *

La salida improvisada salió bien, el que Ricci estuviera ebrio me vino como anillo al dedo; el muy cabrón estaba tan ebrio que la vio bailar en la pista y fue a bailar con ella, pegando su cuerpo al de ella, al parecer ella sabía cómo seducir a cualquiera, pero no se dejaba conquistar de cualquier idiota, sólo disfrutaba encenderlos.

Vi cómo se tensó en un momento en el que él le susurraba algo, ella intento quitárselo de encima, mientras que él sólo apretaba su agarre y no la dejaba ir; bailaba con ella, pero esta vez ella no se movía, no podía seguir viendo como si nada y sin pensarlo dos veces fui contra él y lo derribé con mi puño.

- ¡Te dijo que la sueltes! - le grite por encima de la música. pero el muy pendejo la apretó más y la olfateo como perro en selo, esa acción en definitiva me cabreo de mala manera y así que lo hice.

Lo hale para alejarlo de ella y cuando intentó golpearme, lo golpee con todo en su pómulo izquierdo; luego del golpe la música se detuvo al igual que todos los presentes; el haber golpeado a un contrincante de otro equipo era un problema para mi equipo; gracias a la suspensión no me lo tomaran en cuenta ya que por el momento no tiene nada que ver con el juego perdido.

La tome de la muñeca antes de que se armara más barullo y camine con ella en grandes zancadas hasta la salida.

Ya fuera de la fiesta y frente a la otra casa, me pidió que la soltara deteniéndose bruscamente, yo me disculpe con ella por el acto de sujetarla tan abruptamente por la muñeca. Me agradeció y así nos fuimos caminando; le ofrecí mi chaqueta porque hacia frio y ella se dejó la suya en la fiesta.

Luego fuimos a La Diperie, mientras hablábamos de un concurso en el que ella también está participando, toda esa conversación se dio por un correo que recibió en su celular, me sentía feliz y extraño la verdad por cómo me respondió las preguntas que le hacía; con ello me vino la interrogante de ¿Por qué su apodo?

cuando estuvimos en la heladería no la deje pagar. y cuando estuvimos con los helados en la mesa y desgastándolos le pregunte el porqué de su apodo. Pensé que me insultaría o me diría que no era de mi incumbencia, pero que me respondiera con tanta calma y hasta sonriente quería decir que el haberla ayudado con el imbécil de Ricci me abrió camino para tan siquiera ser su amigo, y si era su amigo tendría más posibilidades de llegar a algo más que eso.

- ¿Te puedo preguntar algo? - Ella asintió con la cabeza sin quitar de su boca la sonrisa, - ¿Me das tu número de teléfono? / ¿Cómo puedes preguntar eso? ¿eres idiota? / y como siempre termine sorprendido.

- Claro, dijo. dame tu celular. - Se lo acerque sin contraseña y ella tecleo rápidamente en el y luego se marcó. - asi ya tengo el tuyo también y te identifico mejor.

- ¿Eres siempre así? - Le pregunte en un impulso.

- ¿Así como? - arremetió esta a su vez con una ceja levantada.

- De hermosa e impredecible. - pero no me esperaba la reacción que iba a tener y la verdad es que me encanto.

Sus mejillas se llenaron de un maravilloso tono rosado, lo que me dejaba claro que se había avergonzado de mis palabras; las cuales nunca dejaría de decirle, esta chica había cambiado mi perspectiva de lo que podía ser una mujer perfecta, a ser una mujer con carácter y que sabe lo que quiere, defiende lo que cree y no se deja de nadie.

- Es mejor que nos vayamos, ya van a cerrar y no es bueno que caminemos tan tarde. - sus palabras me sacaron de mis cavilaciones cuando me percaté de que la estaba mirando tan fijo que no me di cuenta en el momento que se vacío por completo el lugar.

- * - * - *- *

Una vez estuvimos frente a la puerta de su residencia, nos despedimos.

- Me agrado mucho el haber compartido contigo esta noche, espero y se repita si no te molesta ¿claro? - dije con preocupación a ser rechazado sin siquiera haberlo intentado; /la realidad es que no quería que esto llegara hasta la despedida, pero no puedo ser un pesado o no tendré otra oportunidad como esta/. Estaba en espera de su respuesta, pero no me esperaba lo que dijo.

- Será un placer, pero no por el momento, tengo mucho que hacer este mes por lo del concurso y otras cosas que se me han ido sumando y necesito resolver antes de que me absorba.




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