EL SEGUNDO DIA DE CLASES
Para llegar a la escuela Catalina debía tomar el bus escolar, habían pasado ya cuatro años desde el dia en que pidió a sus padres ir sola a la escuela y durante ese tiempo jamás tuvo un problema.
Todos los días se levantaba muy temprano, se alistaba, se peinaba colocándose un listón y aunque no le importaba mucho la belleza física, si cuidaba mucho de su apariencia, al ser la única hija mujer de sus padres, tenía todo lo que quería, cambiaba de aretes todos los días, alistaba sus cosas en un novedosísimo Trapper Kepper, que era el último grito de la moda escolar de aquel entonces, su mamá le había comprado uno muy bonito en una exclusiva tienda, siempre llevaba lo mejor. Se perfumaba con la fragancia que le obsequio su madre, parecia una modelo escolar.
Salía de casa muy temprano pues el bus iniciaba su recorrido en San Carlos hasta la escuela de San Pedro, haciendo muchas paradas para recoger a los alumnos que vivían a lo largo del camino.
Cuando llegó, saludo al chofer: “Buenos días Don Oscar, ¡Empezamos otra vez!
Buenos días Niña Catalina, así es, empezamos otra vez, suba que ya se nos está haciendo tarde….Gracias le contesto la niña. Por lo general, ella se sentaba detrás del asiento del chofer, pero cuando voltio para sentarse…………….
Lo vio!
Era un chico diferente….
Sus miradas se cruzaron solo un instante, pero eso bastó para despertar curiosidad en ambos, ella voltio la mirada buscando otro asiento, avanzo unos pasos más y se sentó, pensando en quien era ese chico…. Y porque se sentó en mi asiento – se decía.
Por su parte, ese chico, también la miró. ¡Asuu! que tal cambio, parece una muñeca – pensaba el chico – con ese listón parece una princesita y que rico huele. El muchacho la siguió con la mirada para verla en donde se sentaba. Catalina se acomodaba el cabello cuando sus miradas se volvieron a cruzar, pero ella lo evadió mirando a través de la ventana.
El bus inicio su recorrido y poco a poco se fue llenando de chicos bulliciosos que impedían a los jóvenes volverse a ver.
Cuando llegaron a la escuela, se bajaron y caminaron casi juntos hasta el pabellón de su grado, para luego separase, pues cada uno debía ir a su aula. Estamos en el mismo grado – se decía Catalina. Sigue en el aula A, bueno siempre ha sido buena alumna – pensaba èl.
Las horas en la escuela pasaban y luego de un pesado segundo dia de estudios, llegó la salida…. Catalina lo volvió a ver en el bus de regreso a casa, ella lo miraba y cuando él hacia lo mismo, ella lo evitaba….
Era un chico raro, llevaba una casaca de corduroy color kaki sobre su uniforme impecable (a pesar del calor), tenia un corte de cabello moderno al estilo de los New Kids on the Block (grupo furor de la época), un portafolio ejecutivo que le daban un aire de intelectualidad terrible y……………… ¡un arete!!!, (por dios quien usaba en aquel entonces), sin duda este niño daría que hablar este año.
Parece un chico estudioso – se decía Catalina – bueno tendré que esforzarme un poco más este año, parece que tengo competencia, aunque este en el aula B, que bueno porque ya me aburro de que nadie compita conmigo…. Y la niña se puso feliz de tener en frente a quien ella consideraba un chico intelectual y diferente con quien competiría en los estudios….
El niño desde su asiento la miraba…. Como ha cambiado esta chica, está bien bonita, nerd, pero bonita.
Así llegaron a su destino, sin mirarse, se bajaron del bus y cada uno se fue a casa… ella pensando ¿Quién era el chico nuevo? Y el pensando en lo bonita que estaba la niña nerd
Así pasaron algunos días, se encontraban en el bus y cuando se miraban, él solo le levantaba las cejas y ella le dibujaba una sonrisa….