La Chica Del Portafolio

APRENDIENDO A MENTIR

APRENDIENDO A MENTIR

 

Es increíble cómo cambian las cosas de un día para otro y más en una escuela de adolescentes, solo había pasado un día y….

 

Un día eres la chica invisible y al otro todos hablan de ti…

En voz bajita si…………….. pero estas en todas las conversaciones….

Cuando ella pasaba oía los murmullos que, automáticamente se volvían silencios cómplices y solo le quedaba apurar el paso y hacerse la desentendida…

 

En su aula, sus compañeros, quienes la querían tanto….. no le hablaban…

Solo Ángel le dijo: “De todas pensé que eras la más sensata, la más responsable, pero mírate, terminaste estado con el peor de todos, ¿Qué te paso Catalina?, ´la niña solo sonreía y se sentaba en su carpeta sintiéndose culpable y con el miedo de que alguien se lo vaya a decir a sus padres o que sus profesores se dieran cuenta…

 

Por otro lado, e increíblemente las niñas que antes eran sus archienemigas comenzaron a respaldarla…

¡Muy bien Cata ahora estas con Flavio!, sí que tenías lo tuyo – le dijo Guisel

Nadie había logrado lo que tu…

¿Que hice yo? – pregunto muy contrariada la chica

¿Cómo que, que? lograr que el chico más churro del colegio gritara a los cuatro vientos que está enamorado de ti.. o sea te parece poco…

 

Y en un arranque de sensatez, la niña les respondió: Pero no es cierto… no estamos él solo lo dijo porque si…. pero no estamos de verdad.

 

Cállate Catalina – le increpó Mónica – no digas tonterías, ya todos sabemos que tú le gustas a Flavio y que andan juntos, no lo puede negar a ver niégamelo a mi…

 

Catalina se sentó junto a su amiga y solas le confeso la verdad… Mónica, es mentira, yo no estoy con él, solo vamos a fingir por unos días y luego cada quien por su lado como siempre – le contaba la niña.

Y te has puesto a pensar que van a hablar de ti… cuando supuestamente terminen

Cata todos se van a reír de ti y van a decir que fuiste una más en la lista del galán…

 

No… si soy yo quien termina con el primero….eso fue parte del trato – le contesto la niña.

 

Bueno no se… pero yo se que ti te gusta… y mucho y si yo fuera tù aprovecharía todo esto… te lo dije…

 

Una mezcla de culpa, miedo y ¿felicidad?, lo cierto es que a sus cortos quince años… el soñado primer amor era una dulce mentira…

 

A él, la fama de conquistador se le subía hasta la estratosfera de aquella pequeña escuela, todos sus amigos lo alababan por sus proezas, a lo que él solo se reía y respondía con un alturado y egocéntrico APRENDAN DE SU MAESTRO.

¿Cómo le hiciste Rivera? O sea… no lo puedo creer, es Catalina Villareal, a ella jamás la hemos visto con nadie, ¿Qué le dijiste? ..... Con ella tienes que ir con cuidado – le decía André… ¿y desde cuando estas con ella?...  No seas Sapo, un caballero jamás habla de una dama – les contestaba nuestro pequeño Don Juan.

 

Y así entre murmullos, dimes y diretes pasaban los días, ellos continuaban viajando en el bus, ya era común verlos juntos, él le llevaba la mochila, ella le ayudaba con las tareas, él le compraba cosas en la cafetería del colegio, ella le invitaba su lonchera… se les miraba tan lindo tan tiernos como si realmente fueran enamorados…

 

Catalina, dime la verdad ¿tienes problemas por esta mentira? – le preguntaba el chico.

No… creo que me gusta esto de jugar al misterio… como que ya estoy aprendiendo a mentir – le decía niña con una sonrisa nerviosa.

 

Y tú, ¿me imagino que querrás parar esta mentira? Tienes una vida y un estatus que cuidar supongo – le decía la niña sonriente.

 

No, dejemos las cosas así… ¿te parece? – le decía el muchacho con una voz muy dulce y ella le correspondía con una dulce sonrisa – Te dije que te iba a enseñar bien y ambos se reían de su pequeña gran mentira… 

Los dos sentían algo…..  ¿amor?  ¿miedo?…

Miedo al rechazo del otro y malogran la hermosa amistad que habían construido para los dos…

 

Él se lo quería decir….

Ella lo quería escuchar…

Pero era más fuerte la prudencia y no se decían lo que sentían… solo se miraban y sonreían...

 

Es tan linda… que se va a fijar en un pirañita como yo – pensaba Flavio

 

No,  no puede ser lo que estoy sintiendo, el nunca sentiría lo mismo por mí – pensaba ella.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.