¿TE QUIERES ESCAPAR CONMIGO?
Los chicos seguían fingiendo ser enamorados, era un juego que ambos aprendieron a dominar y les gustaba...
Él… ya no tenía reparos en decir que estaban juntos y que eran una pareja…
Ella solo sonreía cuando le molestaban con el…. su cara ardía cada vez que pasaba por el aula B pues los cometarios de los amigos de Flavio no se hacían esperar…
“Flavio te buscan para que hagas la tarea”
“Rivera ahí esta Cata… tu novia”
Ella miraba para otro lado, hacia como si no escuchaba nada, pero en el fondo le gustaba, más aún si nuestro querido galán salía para verla (a pesar que venían juntos en el bus) y se quedaban conversando. Obviamente la furia de las compañeras de Flavio no se hizo esperar, pues a pesar de haber sido amigas de Catalina, ya no le dirigían la palabra, es más la miraban con cólera….
Tus amigas me odian Flavio – le decía la niña
¿Y a ti te importa eso? – le respondía
No, pero antes al menos creo que me querían…. Tú has enamorado a todas, ¿verdad? – le increpo la niña.
Yoooooooooooo ¿Cómo crees? – la niña solo lo miraba enojada – solo me gusta decirles cositas bonitas y ellas que se las creen pue – la niña solo cruzaba los brazos como pidiendo explicaciones – Bueno no a todas, no a todas...
Eres un………..no se ni como decirlo y yo que me meto contigo… ahora medio colegio me lleva bronca
Pero nadie te va hacer nada mi pequeño ángel te lo prometo, yo ya di ordenes que nadie te puede hacer absolutamente nada – le respondió el muchacho.
Más te vale Flavio Rivera, porque una cosa son esas chicas tontas y otra soy yo, ok – le decía la niña amenazándolo.
Ok ok niña, no te pongas así…. Tu eres como todas….
¿Cómo, como todas? – le pregunto Catalina sin entender.
Primero son lindas, luego sacan las garras...
La niña se empezó a carcajear como nunca lo había hecho en su vida… solo ese niño tenía el poder de hacer reír cuando se enojaba. ¡Eres un tarado Flavio!
Siempre andaban juntos y aunque todos lo sabían, nadie decía ni media palabra pues el respeto a esa niña era muy grande….
Durante un recreo mientras compartían su lonchera, siempre sentados bajo un pequeño árbol al lado de la gruta de la virgencita de Las Mercedes, él le dijo: ¿Vámonos a la playa Catalina?
La niña volteo lentamente con los ojos cerrados...
¿Qué me has dicho?
Vamos a la playa – confirmó él – si, mira vámonos mañana, tomamos el bus, nos bajamos en el paradero final de ahí nos vamos a la playa…. Luego calculando la hora de la salida, regresamos, tomamos el bus y listo cada quien a su casa y nadie se enteró, Que dices…. ¿te quieres escapar conmigo? Anda vamos yo siempre lo hago y no pasa nada, nadie se va a dar cuenta.
Catalina lo observaba entre sorprendida y molesta mientras le explicaba su minucioso plan para escaparse de la escuela…
Tú de verdad estas loco…. Yo no puedo hacer eso… ¿tienes la más mínima idea de lo que puede pasar si alguien se entera que me escape del colegio contigo?, mi mamá me mata… y obvio que me cambian de colegio y si sucede eso, jamás, escucha jamás te lo perdonaría, yo estoy aquí precisamente con la condición de que siempre debo mantener un correcto compartimiento y vienes tu a decirme que actué como cualquier chica tarada como me imagino que son todas esas a las que te llevas para hacer quien sabe diablos… Flavio tú y yo de verdad somos demasiado diferentes y yo creo que ya deberíamos parar esto, de verdad… eres como todos dicen… de lo peor – y se fue a su aula dejando al niño solo y sorprendido por la respuesta.. y diciéndose Es una tarada.
Y lo evito el resto de la mañana. A la hora de salida paso lo mismo en el bus, ella estaba sentada con Mónica, a quien le había contado todo…. Cuando se quedaron solos, ella llamo a Juan, el cobrador, y se pusieron a conversar, cuando sus miradas se cruzaban ella se volteaba muy enojada, cuando bajaron se fue muy rápido a casa, el chico prefirió quedarse callado, pues sabía que ella estaba muy molesta y ofendida...
Mañana hablo con ella, si, mejor, ahorita está furiosa, pero es una tonta… no, no es tonta, creo que el tonto soy yo… ella es diferente – estaba en un monologo rumbo a su casa tratando de entender que hizo mal. Y así pasó su tarde y su noche, pensando en las palabras que le diría a esa niña tan rara pero que sin proponérselo era la niña mas importante de sus cortos diecisiete años
A la mañana siguiente cuando el llego al bus ella ya estaba ahí, se sentó junto a ella…