La Chica Del Portafolio

MAÑANA POR FIN TE VERÈ

MAÑANA POR FIN TE VERE

 

El tiempo tiene una manera maravillosa de enseñarnos lo que realmente nos importa… y más aún si dos pequeños corazones no se miran, no se escuchan, ni se sienten. La ausencia te hace reflexionar sobre lo que tenías y no valoraste… el apreciar ese momento que el hoy, no te lo puede dar….

 

La huelga de maestros se extendió mucho más tiempo de lo que se pensaba, el gobierno no solucionaba sus requerimientos económicos, ni laborales, así pasaron varias semanas sin vistas de solución, eso hizo que los dos chicos se extrañaran mucho…

 

La madre de Catalina era profesora en una prestigiosa escuela privada de San Carlos por lo que ella laboraba con normalidad.  Había días en que Catalina estaba tan aburrida que acompañaba a su mamá a la escuela, por las tardes iba a la casa de sus primas y miraba la casa de Flavio….pero ni luces del muchacho y le daba vergüenza ir a buscarlo, por momentos le entraba la nostalgia y deseaba con todo su corazón ver a ese niño que le robaba más de un suspiro, pero que ella se negaba a aceptar que le gustaba o ¿si?

 

Hay no entiendo que me pasa… lo extraño tanto – cerraba sus ojos y lo único que recordaba era ese último día que estuvieron juntos y que estuvo entre sus brazos – extraño sus tonterías, ¿Cuándo regresaremos a la escuela?, necesito verlo…

 

Los padres de Catalina ya hablaban de cambiarla de escuela, si esto se prolongaba más, pues no iban a permitir que su niña perdiera el año escolar… Ella escuchaba en silencio y se ponía a llorar en su habitacion, pues sabía que si eso sucedía no volvería a ver nunca más a su querido Flavio, que aunque se resistía a creerlo, amaba con todo su corazón.  ¡Por favor que esto ya acabe!... por favor… si no me voy a morir…

 

Por su parte Flavio también la extrañaba.   De vez en cuando pasaba por la casa de Catalina, pero ella nunca estaba…. En vano se pasaba toda la tarde esperando en la puerta de su casa para verla llegar a la casa de sus primas… ella nunca llegó.

 

Cuando terminará todo esto, ya quiero regresar a la escuela y ver a la Monjita, la extraño – pensaba mientras suspiraba profundamente - ¿Cómo puede ser que yo este enamorado de ella?, ni caso me hace… aunque la última vez fue bonito y se quedó abrazada a mi…. Si hubiera sido otra chica ahí la hubiera besado, pero con ella todo es diferente, es tan tierna, tan suave, tan dulce, que yo no podría hacerle eso, además seguro me agarra a cachetadas y me bota, porque de que tiene su genio la niña, lo tiene….. ¿Que estará haciendo ahorita? Seguro estudiando la monse… haciendo cualquier cosa menos pensar en mi – luego reaccionaba -  Putamare soy un huevon, esa chica jamás estaría conmigo… extraño su perfume – mientras cerraba los ojos tratando de buscar esa fragancia que le recordaba a ella.

 

Así entre añoranzas, sentidos monólogos y lamentos, pasaron tres largos meses, pero como hay fecha que no se cumpla…. de pronto un día todos los medios de información anunciaban que la huelga de maestros había terminado y todos los alumnos deberían reintegrarse a sus centros educativos para continuar con su labor educativa.

 

Obviamente la alegría fue general, porque todos los chicos ya estaban aburridos en casa. 

 

Catalina estaba feliz, alistando su uniforme...

¡Mañana por fin te veré! Ojalá que no se haya olvidado de mí.  Y le entraba el miedo pues sabia la clase de vida que llevaba él, siempre de fiesta en fiesta y con varias chicas. ¿Y si esta con otra? Las lágrimas corrían por su rostro… tengo miedo…

 

 En su casa Flavio también alistaba su uniforme….

¡Mañana por fin te veré!, ¿Habrá cambiado?, bueno, lo único seguro es que esta vez, le voy a decir para que sea mi enamorada, me gustas mucho Monjita, demasiado y no voy a dejarte, ¿Si supieras cuanto me gustas? Y yo como tonto no te decía nada – se quedaba en las nubes pensando cómo iba a ser ese reencuentro – Chucha casi quemo mi uniforme…. Hay el amor, el amor…y se carcajeaba solo.

 

A la mañana siguiente Catalina salió temprano a tomar el bus y cuando subió…. Ahí lo vio, como la primera vez, en el mismo asiento, ambos se acercaron se dieron el más tierno abrazo, se sentaron juntos como siempre….

 

¡Hola mi chica del portafolio! – le dijo al oído Flavio

 

¡Hola mi chico rebelde! – le contesto ella

 

¿Chico Rebelde?... ok ok ok  eso me gusto y mucho, estamos cambiando que bueno porque la verdad eres bien monse…

 

¿Por qué eres tan odioso? – le decía la niña riéndose pero mirándolo fijamente a esos ojitos color caramelo que ella adoraba – además ¿Chica del Portafolio?

 

Si, es que siempre que miraba mi portafolio… me acordaba de ti – y se le acercaba tanto que sentían sus alientos…. ¿como has estado?, pensé que ibas a ir donde tus primas, pero nunca te vi.




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