La Chica Del Portafolio

UNA FIESTA A MI LADO

UNA FIESTA A MI LADO

 

Que maravilloso seria retroceder el tiempo y volver a tener quince años otra vez…. La edad más esperada de toda niña que despierta a la añorada juventud…. Poder pintarse… usar tacones… tener de novio al chico que te gusta (como decía Adela Noriega en su novela Quinceañera) pero sobre todo dejar de ser niña…. 

La fiesta……. La fiesta debe ser perfecta para causar la envidia de las amigas, sin duda el vestido debe ser el más bello, la decoración exquisita y sobre tener a los amigos en esa fiesta soñada….. y si se puede ayudar a que una parejita este junte, sería la cereza del helado, nada podría ser perfecto… tan inolvidable….

 

Menos mal que no fue cierto que estabas mal amiga…. Recuerda que falta poco para mi fiesta de quince años y tú tienes que estar ahí de todas maneras – le decía Mónica a Catalina.

 

Sabes que si iré…. Ya le dije a mi mamá y si me van a dejar ir

 

También invité a Flavio para que puedan estar juntos ese día…

 

Jajaja voy a ir con mi mamá y no quiero que se dé cuenta… hasta el momento en mi casa nadie sospecha que ya tengo enamorado… y aquí pues… creo que no le toman tanta importancia ya… lo bueno es que ya nadie se atreve a decir una sola palabra y eso se lo debo a él… - muy sonriente ella.

 

Si…. oí decir que Andrés se burló de él por lo que tú lo habías dejado y él lo estampó contra la pared del salón – le contaba la amiga…

 

¿En serio?

 

Si amiga flechaste al galán…

 

No creo que sea para tanto – mientras se sonreía -  pero dime ¿cómo va lo de tu fiesta?

 

La próxima semana reparto las invitaciones, y tengo muchas sorpresas. – comentaban las niñas muy entusiastas Catalina le comentaba como había sido la preparación de la suya y que tenía muchísimas fotos y videos….

 

Sin duda la entrega de invitaciones es todo un evento… la inquieta Mónica iba entregando tarjetas a todos los niños del colegio…pidiendo que no falten…

 

¡Oye irresistible! ¡aquí está tu tarjeta!, anda como gente eh, mira que me imagino que ella ira como princesa y no vas a ir todo atorrante como vas a tus tonos con las taradas de tus amiguitas – le dijo la niña cuando le entrego la tarjeta a Flavio.

 

¡Habla bien Moniquita!, se supone que somos amigos, ¿o no?....pero siempre que puedes me das en el suelo…

 

¿Por lo que le hiciste a mi amiga pue tarado?

 

¿Catalina va a ir a tu fiesta monse?- le dijo el muchacho con tono irónico.

 

Si perro…. ¡Oh sorry me confundi! Pero va a ir con su mamita, Oye galán ¿Conoces a su mamá?, ten cuidado con lo que vayas hacer, no quiero huevadas en mi fiesta…

 

Puta como hablas oe, yo solo quiero estar con ella una noche, poder bailar, porque se que ella no sale…. Y ya no me canses, dile a tu amiga que la espero en donde ella sabe, ok…

 

Jajajaj ok, estas templado galán… - le dijo la niña muy sonriente.

 

Si, no lo voy a negar, estoy enamorado, normal.. – le respondió el muchacho.

 

A la hora del recreo caminaban alrededor del campo de futbol…

¿Vas a ir a la fiesta de la loca de tu amiga no? – le pregunto Flavio a su amada Catalina, mientras la tomaba por la cintura.

Si… mi mamá ya me dijo que íbamos a ir, su papá es medio familia con la mía, y por eso si vamos a ir…

 

Catalina… ¿tú me quieres? – mientras la acercaba más a su cuerpo…

Sabes que sí, ¿tú eres mi enamorado no?.... tontito – le respondió dulcemente la niña mientras acariciaba su cabello.

 

pero nunca me dices que me quieres, siempre soy yo quien lo dice – el abrazo se hacía más intenso, tanto que Catalina se sintió invadida…

 

Flavio, ¿alguien nos puede ver? Y si eso pasa nos llevan a la dirección y ahí sí que se entera mi mamá y te aseguro que me cambian de colegio, durante la huelga casi me cambian a la escuela particular nueva de San Carlos, tú no sabes lo que yo sentí – le contaba preocupada la niña – el Director de la escuela esa iba a abrir cuarto año solo para que mi mamà me cambiara y el otro año abre quinto si o si… y si yo hago algo malo por chiquito que sea te aseguro que me cambian, porque es una muy buena escuela.

 

Ya… ok ok ok …

pero no me cambies el tema, ¿Qué tanto me quieres? – insistía el niño




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