La chica del tren

Noveno Episodio: No dejaré que lo lastimen

Austin:

Despierto aturdido en el medio de un depósito, atado a una silla, mis manos están doliendo por las fuertes ataduras.

Frente a mí está Becka aún desmayada.

—¡Becka! oye despierta—le grito unos hombres entran en el lugar.

—miren el chico despertó —dice uno de ellos y me mira con desdén.

—¿Que nos quieren hacer?

—La verdad no queríamos dañarte a ti, pero ya sabes te involucraste con la persona equivocada.

—¡Dejenlo en paz!—se oyó la voz de Becka resonar, los tipos se dieron vuelta hacia ella.

—Miren, quien despertó, la bella nena durmiente—dijo uno de los tipos riendo.

—Becka ¿estás bien?—le dije pero ella no respondía.

—¡Liberenlo! —volvio a decir ella obviando mi pregunta.

—Ayyyy nena, eso no es posible—dijo el tipo la cara de Becka se empalidecio

—El no sabe nada—dijo ella, ellos la miraron fijo—¡Yo le mentí! —dijo y yo dirigí mi fría mirada a ella.

Todo en aquel enorme galpón se silencio de golpe, yo la miraba a ella y ella a mí.Se creo una larga pausa.

—No sabe quién soy, le mentí—respondio ella y yo seguí con mi mirada confusa.

—¿En verdad?, En verdad me mentiste—dije ella no me decía nada.

—Pues que lastima princesa pero tenemos órdenes de matar a todos.

Apuntaron su arma hacia mi.Quitaron el seguro y cuando sentí el arma en mi frente.

Un golpe les llegó a cada uno.Becka ahora desatada los había golpeado a ambos y yacían en el piso.

—¿¡Quien rayos se supone que eres!?, Porque rayos no me hablas, ¿De verás me mentiste?—Ella me veía con su mirada fría, sin decir ni una palabra.
Insistía

—Si, te mentí, todo este tiempo supe quien soy..—dijo mirando al suelo.

—¡Vaya soy un imbécil!

—Austin

—No, Becka o quien sea que eres, no me sigas no me busques, me largo

Me marché del depósito no quería ver a Becka me había mentido y en mi cara, fui un tonto por creerle.

Caminé hasta estar en la estación y compre un boleto a londres debía irme pero cuando iba llegando unos policías me interceptaron.

—Señor Mahone tiene que acompanarnos—dijeron entonces los seguí me llevaron a una esquina alejada de la estación, todo era muy sospechoso.

Cuándo estubimos lo suficientemente lejos sacaron unas armas de entre sus ropas.

—Yo...yo no hice nada oficiales —dije.

—¡Ya lo sabemos!—dijeron dos disparos suaves se escucharon impactar en los tipos.

—¡Becka!—dije Ella salió de atrás de el tipo

—Tienes que venir conmigo estás en peligro

—No de ninguna manera

—Si lo harás por las buenas o por las malas—un disparó llego a mi cuello, era un dardo.

—Que me hiciste—dije y caí a él suelo




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