Para los que les gusta las historias de chicos dulces, preparensen ;)
La miré con ternura mientras dormía, su respiración estable me indicó que todo estaría bien, sus labios entre abiertos me recordaron aquella vaga sonrisa que tanto había adorado, algo dentro de mí me reclamó sobre ¿Cómo pude haberla dejado ir a ella? , ¿Cómo lo había permitido?
Suspire agotado mientras veía en mi mente con más claridad, aquella mirada dulce que siempre estaba acompañada de palabras sinceras.
Cerré mis ojos con más fuerza, tratando cobardemente de borrar cada instante que me sentí afortunado, cada momento que la felicidad no cabía en mi pecho.
¿Por qué? Quise gritar, lo había dado todo de mí, la vida estuvo en nuestra contra y solo nos sonreíamos sin darle importancia.
O así era al principio al menos.
A mi mente vino una noche que nos mantuvimos despiertos, antes de que todo esto fuera cuesta abajo, hablábamos de todo, de las cosas más importantes hasta las más tontas, mientras veíamos por la ventana la luna llena que hermosamente alumbraba su rostro.