Cuando escucho eso sé que lo cumplirá él no se cansará hasta que yo sea suya, yo giro mi rostro por todos lados hasta que doy con el rostro de mi padre.
- ¡Ayúdame! padre- dije moviendo mis labios para que nadie escuche.
Me hizo una seña con las manos para que guarde silencio, sigo caminando hasta que llego a su lado y me quedo de pie mirando a mí alrededor, pero él me toma del mano haciéndome caer en sus piernas.
-Bebe un poco de mi vino- me ofrece un vaso de plata con una bebida roja la cual tomo y bebo un poco- asi me gusta eres perfecta para mí- dice mientras besa mi cuello y succiona esta parte.
-Su majestad disculpa mi intromisión- dice mi padre ganado la mirada de desaprobación de esas personas.
-Acércate hombre- le señala su derecha- este hombre es el mejor arquitecto que me dieron los dioses y dime ¿que se te ofrece? - agrega este más que emocionado besando mi cuello.
-Lamenta la imprudencia de mi hija Nefera- dice de pronto robándose miradas de las personas- si me la entrega la volveré a llevar a casa- veo como levanta su rostro y temiendo por su vida.
- Tu mi humilde sirviente tuviste esta magnífica joya escondida- dice fijando su vista en mi padre.
- Mi esposa no podía tener hijos por eso le pedíamos al dios Min por un bebe, la cual nació diferente del resto como usted puede notar- dice sincero y por poco me dan ganas de llorar por esta confesión.
-Escondiste este tesoro del mundo -me señala sacándome de mi sueño- te mandaría a cortar la cabeza, pero me has dado el mejor regalo de todos- ríe y todos en la sala lo hacen con él, pero yo temo por la vida de mi padre.
- Lo lamento su majestad y lo siento hija mía- dice y sale del salón enojado.
- No amo a su primera concubina y ahora toma una hermosa joven- escucho que dicen las damas de compañía.
- Salgamos de aquí- me toma de la mano levantándonos- disfruten de la noche- dice y todos gritan una alabanza a su Rey.
Caminamos en compañía de los guardias hasta una habitación un poco alejada de las demás y con una gran vista al pueblo.
- Espérenme aquí y tráiganme algo de cenar- informa dando sus típicas órdenes y me hace pasar dentro de la habitación.
Mientras esperamos que llegue lo pedido yo me quedo observando el cielo estrellado que se tiñe de colores, siento que me giran y me ingresan una uva en la boca la cual saboreo, me siento a su lado comiendo de todo un poco de lo que trajeron mientras el sigue bebiendo de ese vino cuando terminamos o mejor digo comí, él se quita su túnica solo quedando con una pequeña tela en su cintura.
- Ven aquí- me llama y no tengo más caso que seguir sus órdenes.
Me toma de la muñeca haciéndome caer en la cama él se sube encima de mí para comenzar a besar mi cuello, sin notarlo me comienza a sacar la túnica y las joyas que traía puesta; sus labios comienzan a descender a mis pechos los cuales lamen y besa a su gusto.
- ¡Ahhh, por favor no sigas! - le digo cuando me saca por completo la túnica y sus manos descienden hasta mis piernas las cuales abre y se acomoda en ellas.
- Por lo que veo seré el primero en todo, eso me lo confirmo tu padre- dice mientras vuelve a besar mis labios.
El al poco tiempo se queda sin ropa mientras me besa todas las partes del cuerpo robándome varios sonidos que nunca he producido, hasta que siento como algo duro y grueso comienza a introducirse en mí y yo tiro un grito de dolor y este para sus caricias por mis reclamos.
- Relájate Nefera, quiero tratarte súper bien ¡amor! - dice y le hago caso mientras se comienza a mover de poco a poco dentro de mí.
- ¡Ah! para duele- susurro subiendo mis brazos alrededor de mi cabeza.
- Tu boca dice algo y tu cuerpo quiere otra cosa -dice moviéndose mas rápido y profundo dentro de mí.
La mejor noche de mi vida con una persona por la cual mi corazón a comenzado a acelerarse tan rápido que me da miedo sentir algo más fuerte que las cosas que ya siento.