La concubina del faraón

capitulo 4

Comenzó el festival de los 60 días dedicados al rio Nilo, hoy es el noveno dia lo cual implica un gran banquete para su majestad el faraón y también el comienzo de nuestra unión, como siempre hoy estoy aquí preparándome con la mejor túnica ceremonial del palacio ya que su majestad me ha obligado a realizar el baile del cortejo real el cual consiste en colocarme una túnica con muy poca tela que solo cubre la parte de arriba y debajo de mi cuerpo en mis pies me colocan cadenas que se enredan en toda mi piel, por ultimo me colocan la pintura ceremonial en mi rostro dejando mi pelo suelto.

- La primera concubina Isis hace acto de presencia- dice el vocero real, el cual informa, sobre todo.

Puedo sentir como algo en mi pecho se rompe cuando veo lo hermosa que es con su cabello negro corto por sus hombros, piel quemada y alta perfecta en todas las palabras egipcias, algo que no seré yo solo por ser rara; una belleza egipcia con toda la palabra y yo la rara que parezco extranjera.

- La segunda concubina presentara el baile de las consortes- vuelve a decir aquella voz.

Yo camino por el pavimento bajo la atenta mirada de todos los presentes, cuando extiendo mis manos para comenzar a bailar esperando que comience la música de fondo que se hace escuchar poco después de que entre, yo comienzo a mover las caderas bajo la atenta mirada del faraón, comienzo a mover mis pechos juntos con mis manos para después comenzar a dar pequeños saltos y seguir moviendo mi cintura hasta que la música termina.

- Señores les presento a mi primera consorte- dice el faraón alegre mientras camina a mi lado dándome un beso delante de todos.

-Viva el Rey y la Reyna de Egipto- gritan todos y ella solo me observa molesta.

Dicho esto él dijo sus típicas palabras de disfruten de la velada y él se dispone a salir de ese lugar guiándome a un aparte un poco oculta del palacio donde corre una parte del rio Nilo y el al ver que no hacia además de moverme él se desprendió de sus túnicas ceremoniales quedando con la parte baja de sus ropas y me invita a seguirlo lo cual gustosa decidí seguirlo, dejándome en paños menores, cuando entro me acomodo en la orilla esperando a que el aparezca y cuando lo hace me atrae hacia él.

-La primera vez que te vi en el rio dije que tú fuiste enviada por los dioses, como mi magnifico regalo- dice sincero robándome uno que otro beso- por ello quiero hacer tu vida perfecta con varios hermosos niños que me darás- me confiesa cuando salimos del agua el cargándome en sus hombros.

-Eso lo veremos con el tiempo- digo sincera riendo por la forma en que me carga- ¿ellos siempre te siguen? le pregunto al observar cómo nos ven.

-Ellos previene que su faraón muera- dice cuando llegamos a nuestra alcoba- te tengo un regalo- dice cuando me sienta en la cama mostrándome una hombrera hecha de oro, plata y uno que otro toque de diamantes.

- ¡Es hermoso! -digo atrayéndolo hacia mí para besarlo

-Quiero que lo lleves el dia de nuestra unión- dice para besar castadamente mis labios- deseo un hijo tuyo, quiero mis hijos contigo- vuelve a besarme haciendo que quiera más de él y me asuste ante su arrebato.

Esto no es normal, yo tengo algo que hace que mi corazón se agite tan fuerte que quiera que salga de mi pecho, hace que este roja de los nervios y vergüenza, el fundirme con el entregándome con cada gota de mi ser y tengo miedo mucho miedo de que eso sea el llamado amor del que me hablaron mis esclavas, con cada beso nos acercamos más a la cama cuando siento la suavidad de esta me dejo caer atrayéndolo conmigo y el gustoso de recibir cada una de mis caricias, de pronto ya no teníamos nada que cubriera nuestros cuerpos para impedir que nos volviéramos uno.

- ¡Me encantas Nefera! - lo escucho decir y eso me llena de amor y de miedo tanto miedo que quiero salir de este lugar y perderme en cualquier lugar menos aquí a su lado.

-También te amo Ramsés- le digo volviendo a besarlo temiendo por mis acciones.

Asi paso la noche demostrándonos lo cuánto nos amamos y lo que haría por el todo lo que deseo decirle se lo demuestro con mi cuerpo, porque con palabras ya no puedo sé que algo ha cambiado entre nosotros y espero que nuestra relación siga asi, si yo seré su reina y el mi rey.




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