Casi esta por acabar el festival al rio Nilo y con él se acerca la celebración de nuestra unión, lo cual hace que este ansiosa y con muchas ganas de escapar lo cual se me ha dificultado un poco, pero dejando este tema de lado ya tengo una amiga la cual es Isis la otra concubina, bueno la primera, ella al escuchar mis planes se ofreció a ayudarme ella me dará varios de sus lacayos y esclavas para poder salir de aquí, lo cual haremos esta noche; como no traje nada solo mis túnica con las cadenas de oro y plata es lo único que me llevare de este lugar y cual aprovechare para escapar hoy porque el rey se encuentra en un viaje a Hitita para realizar negocio con los mercaderes.
Ya todos listos proceden a colocarme una peluca negra y varios tónicos para oscurecer mi piel después me colocan las mismas prendas de la primera vez, pero siento que algo no está bien en mí el pecho me duele demasiado, cuando salgo de mi trance comenzamos a caminar hasta el lado oeste del palacio donde casi no había vigilancia de lejos veo a Isis la cual me hace seña con sus manos para que llegue hasta donde está.
-Nefera mis lacayos te llevaran al palacio del olvido, nadie va por esos rincones porque es de los difuntos reyes, pasa al menos una semana halla y después ve a mi pueblo Ahipre el cual queda a tres dia de viaje- me explica para después abrazarme.
- Gracias concubina Isis- le digo con respecto y me dispongo a caminar para subirme en unos de los caballos.
- ¡Espera Nefera! – grita antes de que yo me ponga en marcha.
Me impresiona cuando se sube a mi caballo con ayuda de sus lacayos y arranca la peluca dejando mi dorada melena expuesta ante todos, cuando quiero protestar veo que saca algo filoso detrás de su espalda, no hago nada temiendo por mi vida, pero ella corto mi cabello mientras derramaba lágrimas cuando termine agarre mi cabello y comprobé que este me daba ahora por los hombros.
-Esto será mi paga por ayudarte en tus propósitos- dice triunfadora mientras la ayudan a bajar del caballo y yo salgo cabalgando a toda prisa de ahí.
-Guíenme esclavas- grito cuando salimos del pueblo y ellas en sus caballos me muestran el camino.
Medio dia de viaje es lo que se dura en caballo para llegar al palacio, cuando llegamos al palacio del olvido ya el sol está en su alto esplendor, me ayudan a bajar del caballo para ingresar dentro cuando los sirvientes me ven se arrodillan lo cual me sigue incomodando y les digo que se mantengan en silencio por mi presencia y que no lo digan nada al faraón sobre mi presencia en el lugar, los cuales aceptaron guardar mi secreto de estar en este lugar, las mujeres me guiaron a una alcoba en la cual me quede dormida desde que toque la cama.
-Señora es tiempo de que coma algo- me informa una pequeña niña morena con grande ojos marrones y cabello castaño.
-Gracias pequeña- le digo mostrando una sonrisa mientras ella me coloca una bandeja de comida.
- Señora el rey regresara al palacio principal esta noche- me informa.
-Gracias por la información, ¿Cuál es tu nombre? - le pregunto para cambiar de tema rápido.
-Amelphitis señora- sonríe mostrándome una blanca dentadura.
-Eres la primera persona que me sonríe desde que llegue a la vida del faraón- digo y solo ríe.
Cuando termino todo lo del plato, ella se retira dejándome nuevamente sola, lo cual no fue buena idea ya que se me salieron las lágrimas sin control al recordar al faraón ¿por qué? Dolor siento en mi pecho, pensé desesperada en esos lindos comentos que compartí con el hasta que caí dormida y soñé con que el rey estaba con una chica igual a mí y eso hizo sufrir mi corazón.
Cuando despierto a la mañana siguiente decido tomar un baño y me dirijo sin rumbo por los confines de este lugar tan silencioso, le da fama a su nombre y da un poco de miedo por el feo paisaje de las flores marchitas y el feo desierto que acompaña la vista, cuando por fin llego a uno de los baños me despojo de mis túnicas y me sumerjo en las frías aguas sintiéndome como esa vez en la cual estuvimos los dos juntos en el agua, cuando termino regreso a la habitación encontrándome a la misma niña de esa vez.
- ¿Dónde están todo el mundo? - pregunte al sentir el lugar más silencioso de lo habitual.