La condición de mi Oro Verde

EPÍLOGO

Cuatro años después

Mi vida durante estos años ha sido maravillosa. Mis pequeños hijos Maxillmano y Briana acaban de cumplir tres años y son los gemelos más adorables.

Alejandro y yo nos casamos hace unas semanas y sus hijos viven muy felices juntos.

Los trillizos de mamá tienen tres años y medio y se llamaron Brenda, Ofelia y Roberta.

Emma y Emmanuel, Nicole y Miguel tienen en brazos a la pequeña que cumplió tres años y se llamó Luz Bianca. Se reencontraron en nuestra boda y pudieron declararse su amor. Ahora están juntos aquí en Toronto.

No he sabido nada más de Lila desde la boda, pero ella sabe de muy buena fuente que encontró a Papa Simone.

Brahim sigue siendo mi mejor padre y me confesó que hace poco conoció a una mujer del sector empresarial que lo volvió loco.

Desde mi boda no he vuelto a ver a mamá ni a Basil. Debido a sus estudios y a su responsabilidad de cuidar a Brenda, Ofelia y Roberta no han podido viajar.

Y bueno... estoy tan emocionada de estar embarazada, una semana a la vez.

(...)

Entramos a la oficina de Alejandro, que por cierto, el diseñador de modas está todo en el trabajo de su mamá, asistente.

—¿Cómo están mis ocho amores?—pregunta Alejandro

—De maravilla —respondo, Max comienza a jugar con sus juguetes junto a Bianca y Briana.

—Papá, por favor ayúdame con mi tarea de matemáticas—responde mientras Alexis corre hacia ellos —llama Alejandro—¿Quieres que el bebé sea niña o niño?

—Adolescente—respondo—Sí, una niña va a ser aburrida.

Ambos comenzamos a reír.

—¿No eres aburrido y tonto, hijo?—le pregunto

—Claro que no... soy rebelde, si es niña va a ser buena y simpática.

Nos reímos de nuevo

—¿Y cómo quieres que se llame?

—Si es niño Tom y si es niña Paula será Jiwon.

No pudimos evitar reírnos a carcajadas por su gracioso comentario.

En ese momento se abre la puerta de la oficina y entran Emmanuel y Emma.

—¿Adivinen qué? —Emma entró corriendo.

—¡No, ya saben qué! No adivinen, yo les diré.

Nos reímos.

—¡Estoy embarazada! —señalé su barriga.

Alejandro y yo nos miramos y luego saltamos sobre ellos y los felicitamos.

—¡Felicidades a los dos! —dije—Estoy segura de que serán muy buenos padres, y miren el ejemplo de madrina que tienen—bromeé, obviamente refiriéndome a mí misma.

—Los amo—dijo Emmanuel y besó a Emma.

—Te amo—dijo Alejandro y me besó.

FIN




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