¿ La cuarta esposa? ¡jamas!

Prólogo

Narrador omnisciente

Nairoby Castillo, una Latina de nacimiento, sonrió orgullosa cuando leyó lo que decía aquel documento, al fin era libre de aquel tormentoso infierno de cuál había sido objeto.

Para Nai (como le gustaba ser llamada) su matrimonio había empezado de buena manera y según paso el tiempo todo fue en picada.

—Que te parece si para celebrar vamos a usar estos—su hermana Nicole le mostró unos boletos que había ganado en la empresa que trabajaba, eran las entradas a un concierto con fin de semana incluido en un hotel cercano, podría disfrutar de buena música y a la vez relajarse y lo mejor sería totalmente gratis.

Nicole tenia planeado ir con su mejor amiga, pero al ver a su hermana salir ilesa y victoriosa de aquel infierno sintió que ella lo merecía mucho más.

—Pero irías con Gianni, no quiero ser entrometida—Nicole negó y Nai se vio asintiendo y dando brinquitos de felicidad junto a su hermana en medio de la calle.

Los transeúntes miraron las dos mujeres de 20 y 28 años como si estuvieran locas y quizas había algo de cierto en ello.

 

—Debo avisarle a la Yaya y mamá, se pondrán felices—musito la mayor con alegría, ambas salieron rumbo a su casa para darle la noticia tanto a su madre como abuela, estaban seguras, saltarían de alegría.

 

Su abuela, madre y ellas eran unidas, solo se tenían ellas como familia y a pesar de no tener un hombre que las protegieran sabían dar la pelea de ser necesario, sumisas no eran ni de broma.

 

Nicole y Nai llegaron al hotel luego de registrarse y dejar sus cosas en sus respectivas habitaciones, dieron una vuelta conociendo el lugar, fueron a tomar una ducha y se prepararon para irse al concierto.

 

El establecimiento estaba lleno de personas en espera de la salida de su artista preferido, Nicole y Nai disfrutaban de unas buenas bebidas y la música de inicio, en cuanto salió el famoso artista las mujeres se volvieron locas y por varias horas gritaron a todo pulmón cada melodía.

Una vez el concierto se dio por finalizado regresaron al hotel donde se encontraron con que este tenia una discoteca con música en vivo y un poco pasadas de tragos decidieron seguir la fiesta hasta que su cuerpo aguante.

Nai queria disfrutar a lo grande, lo que por tanto tiempo se había negado debido a su noviazgo y boda a temprana edad.

Mientras las hermanas Castillo disfrutaban de más alcohol y música, el representante del jeque de Kuwait, Farid Ahmed Basha tomaba una bebida observando como una chica movía sus caderas de lado a lado, era fascinante la sensualidad y belleza de aquella criatura.

Su entrepierna dio un salto, lo cual lo confundió bastante, era un hombre de 30 años casado desde hacía 6 con el amor de su vida y nunca otra mujer lo había puesto de tal forma con tan solo mirarla.

 

Farid era el heredero por monarca hereditaria de Kuwait, y aunque muchos consideraban eso un lujo para el era su prisión personal, tenia la obligación de dejar descendencia antes de subir al poder, ese era como un requisito implícito y por alguna razón desconocida, no había logrado su objetivo aunque habían puesto todo su empeño.

...

 

Nai sintió unas manos fuertes y grandes apoderarse de sus caderas, pero no las quito, su hermana se alejó guiñándole un ojo y ella no pudo evitar sonreír internamente mientras se mordía los labios, aquel caballero olía delicioso, era alto y sus manos tenían un buen agarre.

 

—Sería muy atrevido de mi parte si te invito a un lugar más tranquilo y privado, prometo solamente placer—expresó el sexi hombre de traje, Nai penso en las múltiples cosas que le podían pasar, si aceptaba pero recordó todo lo que había vivido y se dijo asi misma que se merecía tener al fin un orgasmo y sobre todo tenerlo con alguien tan atractivo como aquel extraño que llevaba toda la noche haciéndole sentir su tremendo instrumento.

Nai se vio asintiendo y ambos salieron rumbo a la habitación del arabe, ella aún no sabía su origen o siquiera su nombre, pero de lo que estaba segura era que sin duda sería inolvidable.

 

—Esta es mi primera vez teniendo sexo casual, asi que dame al menos tu nombre—musito ella aún en su estado de excitación y embriaguez.

—Un placer bella dama, mi nombre es Farid ¿el tuyo?—le respondió con total elegancia y ella suspiró,

—Mi nombre es Nairoby—respondió encantada con el hombre.

—¿Cómo la capital?—ella asintió y lo siguiente fue que ambos se estaban besando y desnudándose sin importarles nada más.

Semanas más tardes

 

Nai se sentó en la sala de espera y lloró a mares que tanta mala suerte se puede tener para quedar embarazada justo cuando acaba de salir de un divorcio y mucho menos de una persona que no conoce, ¡solo salió a divertirse!

 

—Tranquila hermana, eres fuerte y todas te apoyaremos—Nai asintió mirando a su hermana.

 

—Gracias por estar aquí—ella negó y luego tomó una llamada.

 

—Te traeré agua, no te muevas—espetó su hermana menor y ella solo asintió mientras limpiaba su rostro.

 

—Entonces ¿Es mio?—en cuanto escucho la voz se giró viendo al chico, el cual le brindo una noche llena de placer, pero al día siguiente cada quien tomo su camino, pues ella descubrió que era casado.

Y en su familia tenían una regla de oro, no le hagas a otra mujer lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

 

—No del imbécil que traiciono a su esposa...

 

—No es esposa si no es...

 

—No mientas idiota, vi tu movil ¿o me negarás que tienes una esposa?

 

—Si es correcto que estoy casado pero no con una si no con tres y tu serás la cuarta...

 

—¿Yo? ¡Jamás!

 

 

 

 




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