La Dama De Winchester

LA CABAÑA

Llego temprano a la boutique y me encuentro con una docena rosas en mi escritorio, llevaba una tarjeta –procedo abrirla y dice

- “Hola amor –quiero decirte que te amo - con todo mi corazón –perdóname –te tengo preparada una sorpresa, te espero en la casa para que salgamos juntos. Te amo. Tu esposito.

Mis ojos radiaban rabia –mando a botar las rosas y rompo la tarjeta, por cuestión del viaje y del éxito que hemos obtenido les quiero hacer un agasajo a mis empleados, los llevare esta noche a una cena.

 

Mensaje <Victoria>

-  Señor Gustavo Torrente, tengo que decirle, que esa sorpresa que me tiene prepara, no será más importante para la cena que tengo esta noche, - sabes no pierda el tiempo, invite a la mujer con la que ha compartido al parecer desde hace muchos meses, ella se lo merece. Por mí no se preocupe que yo estoy feliz por ti.

 

Mensaje <desgraciado>

-"Victoria" por Dios" que dices –amor yo quiero estar contigo –como así que tienes una cena –yo soy tu esposo y no te permito que salgas con nadie más –espérame te recojo en la boutique, en medio hora paso por ti

La sangre me arde, este hombre que piensa, que me puede manipularme – Anabel encárgate- necesito salir

 –si señora.

 Me reúno con unas amigas para tomarnos un té y charlar un buen rato recordando viejos tiempo en la universidad y cuando salíamos de rumba y así pasamos el tiempo 

 

llamada <Desgraciado

Pongo el teléfono en vibrador y no le contesto, miro el teléfono y me río con ironía – que sufra Idiota –lo digo en mi mente –llega la hora de la cena, no reunimos en el salón del Hotel Arizona, compartimos la cena y bebimos un buen rato, me encontraba entonadita,  hasta quedarme sola con Suchy, luego Scott se la llevo y cuando yo iba saliendo a buscar mi coche, Gustavo se encontraba recostado con las piernas cruzadas en su coche, lo ignoro y procedo a subir al mío, pero cuando di un paso para  hacerlo el me quita las llaves y se las entrega a su conductor y le da orden que se lo lleve, -me levanta en sus hombros

 –hash- que te pasa –déjame en paz –lárgate –te odio.

no me dice nada, me sube en la parte trasera de su coche, lo empujo, pero él no me deja bajar, se sube al puesto del conductor y le hecha seguro al carro para no darme tiempo de bajarme. Lo quedo mirando fijo a sus espaldas, y él me observa por el retrovisor y se ríe al verme.

- Si las miradas mataran ya estuviera muerto –me dice

 me acomodo en el asiento, cierro los ojos.

 –muérete le digo

abre los ojos al escucharme insultarlo.  después de un largo sueño siento que me toma en sus brazos, me despierto y pego un salto zafándome del el, cayendo al suelo –el trata de levantarme y lo empujo, Me paro para mirar alrededor y me doy cuenta que no estamos en la casa, si no en la cabaña.

Lo miro a los ojos con rabia y me le subo al carro

– quiero ir a casa.

 -el me mira y se ríe

–¡no!

–¡si!

–¡no!

–¡que si…!

se acerca a la puerta del carro

 –no vamos a ir a la casa, estamos lejos y nos quedaremos aquí… necesitamos un poco de privacidad para que hablemos, como pajera que somos.

no lo miro

– ven….

me estira la mano, pero yo no la recibo me bajo del coche y entro a la cabaña y corro a una habitación y me encierro, él me observaba como tambaleaba y meneaba la cabeza de un lado a otro y se ríe

– ¡hay amor…! – eres caprichosa – dice

siento que mueve la manecilla de la puerta, como ve que está cerrada con seguro

–Vicky ábreme –no le respondo

–amor hablemos

me acomodo en la cama y trato de quedarme dormida, resinada ya que no tenía mí carro para largarme,

- Ok, ok, -duérmete – descansa amor –me dice –ya resignado

Siento mi cabeza a estallar y los rayos del sol me reflejaba en la cara, me levanto, me baño y me pongo la misma ropa, bajo con mi bolso, Gustavo estaba leyendo un periódico.  Lena que es la encargada de cuidar la cabaña ya había preparado el desayuno, lo miro y no le digo nada

–“Hola Lena” – buenos días señora Victoria

 – “como dormiste anoche?

me pregunta Gustavo con una risa que reflejaba en su rostro - no le respondí. se quedó observando todos movimientos que yo hacía, de pronto pego un salto y me recostó contra la pared, me miraba a los ojos y agacho la cabeza, para besarme y yo le esquive y lo empuje.

Necesito que me regreses a la casa, viajo hoy y tengo más cosas que hacer antes de irme, -se me acerca de nuevo.

–no – te quedas aquí conmigo

 - ¿Qué…? Estás loco, yo debo viajar –es mi trabajo –¿qué tienes en mente?




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