La Dama De Winchester

SORPRENDIDA

Quería abrir mis ojos me pesaba, estaba adolorida y agotada, poco a poco fui viendo la luz, analizo la habitación y me doy cuenta que estoy en el hospital, cuando giro mi mirada me encuentro con los papas de Cristopher

– hola hija, - me dice la reina Milcre

– que paso, como está el príncipe.

 – bien hijita -me dice ahora en rey, y me siento confundida, ¿porque me llaman así?

¿Qué ha pasado estando dormida?

 - ¿cómo te sientes? me preguntan

 – me duele todo el cuerpo

 – tranquila – pronto te mejoraras hoy te darán de alta y te llevaremos a casa.

Ambos me miraban feliz como si se hubieran ganado un trofeo. – abren la puerta y veo que entra Cristopher y Anthony

 –¿Vicky como esta’? me dice Anthony – Cristopher en cambio no se acercó, lo sentí aislado, molesto por algo. 

- bien – le respondió Anthony le sonreí.

- ¡Mamá! - Dice Cristopher, tengo cosas pendientes que hacer.

 – si hijo – ve que nosotros no quedaremos con ella.

Me mira serio, me siento mal.

- nos vemos más tardes y bienvenida a la familia – me dice

Quede en shok, como así que a la familia.  No estaba entendiendo absolutamente nada de esto, lo reyes acá y él estaba indiferente conmigo.

 

- Llego la hora de la salida hija

La reina Milcre estaba emocionada.

 – hija ven te ayudamos.

- Espera amor que todavía falta que la enfermera venga y le retire esos parches.

 - hay si –

Mientras tanto el rey me acariciaba con ternura mi cabello, me sentía la suavidad de sus manos.

-  estamos feliz de tenerte con nosotros.

yo lo miro haciéndole un gesto con sonrisa fingida – cuando ya estaba lista llego, Cristopher y me cargo en sus brazos y me sentó en la silla de rueda. Nos dirigimos al auto, sentandome en la parte de atrás en compañía de la reina y el rey adelante con Cristofer conduciendo y atrás venias los guardaespaldas con Anthony.

Llegamos al palacio, no me lo podía creer que estuviera, en este lugar el cual varias veces había tenido en mis sueños, empecé a sentir que algo no estaba bien, necesitaba entender, porque ese tipo me tenía secuestrada y el día del rescate apareció Cristopher con Anthony y ahora me encuentro en compañía de los reyes de Winchester.

Bajamos del auto y nos recibió una cantidad de personal de oficios del palacio, todos me miraban y una me dijo

 – bienvenida a casa señorita Franzy – volteé y mire a Cristopher y el agacho la cabeza sin decir nada

el rey le pidió al personal que se retiran. La reina en compañía de una mucama.

-  esta será su habitación.

Mientras Cristopher me recostaba en una cama, lo sostuve del brazo, pero no me dio la cara, se soltó de mi agarre y salió dejándome con su madre.

 – Gracias

– hija descansa.

 – su majestad –¿puedo hacerle una pregunta? - ¿hay algo que deba decirme?

ella tomo mi mano y me sonrió

 – muchas cosas, pero te dejare para que descanses, tendremos mucho tiempo para hablar, debes recuperar tus heridas.

– ¿será que puedo ocupar un teléfono para poder comunicarme con mi familia? ya que perdí el mío.

 -  tranquila después de que hablemos con Tigo, te daré un nuevo móvil para que te comuniques con ellos.

 – se lo agradecería. quiero que sepan que estoy bien y que pronto volveré a casa – Milcre me observaba con tristeza. Asiente con la cabeza y se retira dejándome sola

– me recosté con cuidado, observando el lugar era tan hermoso, no podía esperar más de esto, al fin era el palacio de unos reyes.

 

De repente abrieron la puerta era una joven muy bonita

 – hola –  me saludo haciéndome una reverencia – le sonreí – me llamo Estefan

– Victoria – le respondí.

Traía una bandeja con comida, sentándose a mi lado empezó a cucharearme cosa por cosa, la observaba detenidamente  

– yo puedo hacerlo sola, le dije

– es orden de la reina y es mi deber servirles a mis majestades. Me dijo

 – pero es que yo no soy tu majestad

 – princesa no diga eso, usted hace parte del reino y sus reyes se sentirán triste si la llegaran a escuchar – me voltee bruscamente y la mire

- ¿Qué…? Porque dices que hago parte del reino – la sentí alterada y empezó a caminar de un lado a otro su cara estaba pálida

 – lo siento-  me dijo

Me paso la mano por la cara, sentía angustia, no sabía que estaba pasando, todos estaban portándose raros conmigo, los reyes estaban muy atentos, Cristofer no era el mismo y ahora esta muchacha que me había dejado más confundida.




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