La Dama De Winchester

DOLOR EN MI CORAZÓN

Ha pasado un mes y quedaba uno para la Boda, este tiempo hemos estado viajando de un lado a otro por el trabajo, nos hemos quedado en diferentes hoteles, ya que los periodistas nos agobiaban a dónde íbamos,

llegamos al hotel Zafiro, me baje del auto que llevábamos para no llamar atención con la limosina, me baje después de que el conductor me abriera, porque ya ni eso me lo permitían hacer, tome el brazo de mi hermano, saludamos a la recepcionista y subimos en el ascensor para llegar a la habitación.

Cristopher estaba molesto porque le pedí que me dejara sola en una habitación, lo hice porque últimamente esta impulsivo y temía que estando junto se fuera a poner agresivo conmigo, además que quería estar sola para desahogar mis penas y no me viera.

 Está a punto de entrar al baño cuando el celular empezó a sonar, lo tome y era un número desconocido, temo contestar de tan solo recodar el día de mi secuestro, he quedado apática por esa situación. A ultimo decido deslizar la llamada.

- ¡hola!

 – siento que se quedan callado al otro lado – alo - ¿con quién? - ¿Quién es? – pues el que este del otro lado no quiere hablar colgare – dije

- Espera – escucho la voz y mi cuerpo se paralizo – el silencio nos invadió ambos

- ¿Cómo estás? Decido romper el silencio.

 - bien – contesta.

 – y eso, a que debo tu llamada.

 – quería escucharte.

 - ¿Cómo…?

 – lo que escuchas.

 – jajajajjaa me rio

 – porque te da risa

 – no, solo de escuchar lo que dices.

 – Vicky...

 – dime.

 – que puedo hacer para que vuelvas conmigo.

 

Quedé paralizada al escuchar decirme esas palabras, mis manos empezaron a temblar y sentí que el celular se me iba a caer. No sabía que decir.

 – alo.

 – si.

 – porque te quedas callada, dame respuestas.

 – Gustavo… yo creo que no deberíamos seguir hablando.

 - ¿lo amas?

 – otro silencio se apodero de mí.

 – lo amas verdad – es por eso que ya no quieres luchar conmigo.

Mis ojos picaban, quería llorar y gritar al mundo entero como me sentía y hacerles saber lo enamorada que estaba de él.

 – lo siento…Gustavo.

  –ok, me has dado a entender que lo amas y que yo ya no debo de seguir entrometiéndome en tu vida.

-  Gustavo por favor……

- nada de por favor, ya me acabas de dejar claro – sabe, tranquila no volveré a llamarte y no volverás a verme, ya tomé la decisión y me iré lejos, por un tiempo para buscar la medicina que me haga olvidarte – les deseo que sean felices.

Fueron sus últimas palabras – me derribé por la pared hasta llegar al suelo y empecé a llorar con fuerza y a gritar.

 – te odio Gustavo…. te odio Cristopher……. Odio a todo el mundo……

En ese momento la puerta se abrió en golpe. Era Cristopher y al verme salió y me tomo en sus brazos.

 – “amor que te pasa”, porque llorar.

 Tomo mi celular y lo reviso, pero encontró con número desconocido

-  Franzy quien te llamo – me pregunto – levante la mirada cruzándola con la suya, quería, matarlo con ms propias manos y luego lanzarlo en algún lago….

-  A ti que te importa, lo empujé

 – que te pasa, mírate como estas.

 – láaargate… le dije levantándome del suelo.

 - ¿Qué? Y porque me tengo que ir….

 – me giro y lo miro, porque no quiero verte en mi vida.

 – que te pasa – se acerca tomándome desde los hombros – dime quien te llamo, para que te pusieras así.

 - ¿sabes? No tienes por qué entrometerte en mi vida, estoy harta de todo esto, de ti, de tu reino, de tu vida. Daría por no haberlos conocido nunca.

 – cuidado con lo que dice Franzy

– escúchate como estas hablando y estas ofendiendo a mis padres

 - ¿Qué…? No los veo, me rio con ironía – y otra cosa, no me llamo Franzy soy Victoria.

 – jajajajjaa estás loca.

 – no… el loco eres tú y los tuyos que me están envolviendo en este cuento del matrimonio. – agacha la mirada

. – ahora entiendo tu actitud – lo siento…. Fra.…… Victoria.

Lo mire y me gire para reírme, que no me viera ya que su cara me provocaba gracia.

 – me toma por los hombros y me llevo a sus brazos.

– quiero estar sola le dije.

Me soltó y sentí cuando cerró la puerta – me acerqué a la ventana para ver la luz de la noche, mis lágrimas salían tan solo recodar las palabras de Gustavo mi corazón estaba tan estrujado, como aquel día que firmamos el divorcio, me cansé del llanto y me decidí ir a Dormir, pero desafortunadamente no lo conseguí hasta la pura madrugada.




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