Después de cambiarme bajé y compartí un poco más con los invitados, y luego poco a poco se fueron retirando, ya quedábamos nosotros. – estaba alistando las maletas no me esperaba que Gustavo tenía planeado un viaje a Cancún.
Estaba embelesada no podía creer que me había casado con él, y tan solo creí que, en vez del él, estaría con mi hermano organizando un viaje.
Tomamos avión en primera clase, fue difícil convencer a mis padres para que nos dejara, ya que él quería que nos fuéramos en el jet – mi esposo me abrazaba como si fuéramos uno solo. – tenía en mi mente a mi hermano que se había ido para los ángeles, sentía nostalgia al verlo partir – eso no lo había querido yo, pero como lo dijo él quería olvidarse de ese sentimiento hacia mí.
Llegamos a Cancún, Gustavo tenía reservado un swiss, llegamos y estaba tan cansada por la noche de la boda, ya que no había dormido arreglando las maletas
Cuando llegamos a la puerta de Hotel Gustavo me tomo en sus brazos, yo empecé a reírme
–bájame – le dije.
– no te voy a bajar eres mi esposa y te llevare a mi habitación.
llegamos a la habitación me deposito en la cama. Le recibió las maletas que nos traía los camaradas del hotel. Cerro la puerta y yo me le lance en sus brazos cayendo en la cama – me abrazo con fuerza.
– te amo me dijo.
– yo también
– te extrañe todo este año amor.
– yo también te extrañe, nunca había dejado de amarte.
Me miro a los ojos y poco a poco fuimos fundiéndonos en un tierno y apasionado beso, no fuimos desasiendo de las prendas que traíamos, exploro todo mi cuerpo con sus besos hasta que llego a las partes más sensible de mi vida, desde que me había separado de Gustavo no sabía que era sentirme derretida por sus besos, nos fuimos entregando mutuamente hasta llegar la cima del cielo, lo necesitaba – extrañaba estos momentos de mi vida a su lado. No fuimos quedando dormidos.
Paseamos por muchos lugares, estaba en la habitación, Gustavo había salido, me llamo que me esperaba en la playa, me cambie y baje a buscarlo, pero no lo veía – al rato se me acerco un niño y me entrego una nota – la abrí.
– sigue las flores.
Observe el camino en pece andar y me encontré con la letra T en flores, después - E - A – M – O. sonreí cuando me lo encontré dentro de un corazón de flores y en él decía MI DAMA DE WINCHESTER.
me tapé la boca de la emoción, de ver la mesa con luces y dos copas, me quedé parada mirando lo hermoso que se veía la sorpresa.
Salió y me tomo por la cintura apretándome a su cuerpo. Me beso con muchas ansias y me dirigió a la mesa, me retiro la silla y me senté con toda delicadeza.
– amor te amo – gracias por aceptarme ayer
sentí miedo cundo me presente delante de ti. Tu hermano me busco y me pidió que me casara contigo el día de tu boda con él – la verdad pensé que me estaba haciendo una broma – me pidió perdón por tratar de apartarte de mí, pero entendió que no lo querías y que para ti solo existía yo – hoy quiero decirte que no te volveré a fallar mi DAMA DE WINCHESTER, que estaré junto a ti, para amarte como desde el primero día que te conocí hasta que la muerte nos separe como lo juramos el primer día que nos casamos.
– Te amo.
Me quedé sin palabra al escucharlo, me sentí como el primer matrimonio que había tenido, enamorada de mi hombre el que un día me cautivo en la universidad y me entrego su amor, la verdad fuimos amor a primera vista.
Regresamos de la luna de miel y, nos esperaban con una reunión en familia, mis hijos estaban felices de venos con ese amor que tanto ellos extrañaban. – todos los cincos nos abrazamos, y luego a los reyes, mis padres estaban felices al ver una gran familia.
– felicitaciones mis hijos – nos dijo mi papá.
– bueno hijo, ya eres parte de esta familia.
– gracias le dijo Gustavo haciéndole una reverencia.
No sentamos en la sala y compartimos y reímos, le contamos a la familia como nos había ido en la luna de miel.
Mis hijos le hacían bromas al papá, que me iban a secuestrar para que no me vieran y Gustavo les rodeaba los ojos, nos carcajeábamos.
– su mamá nadie me la roba es solo mía, me acerca y me abraza, me jalo de la mano y salimos corriendo al jardín y mis hijos detrás de nosotros, nos alcanzaron y caímos al suelo, nos mirábamos y reíamos. Quedamos tendidos en el suelo.
Los amamos papa y mama nos dicen los tres – nosotros también los amamos más hijos.
Miren, mire, pidan un deseo. Todos miramos al cielo era una estrella fugas
Gustavo y yo nos miramos – hasta la eternidad queremos amarnos – nos dijimos los dos. reímos - Gustavo se giró y me llevo a su brazo. MI DAMA DE WINCHESTER. hoy y para siempre.
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Editado: 21.09.2021