La distancia que nos separa

Capítulo 22 - Roma

Cuando llegaron a Roma, no dudaron en visitar la ciudad del Vaticano, también cada pequeño café que les habían recomendado descubrir, allí había iglesias y arte al por mayor. Tomaron un tren y partieron por la costa de Amalfi y Positano, e hicieron una escapada de un día a la Toscana que los enamoró más allá de lo imaginable.

Mientras estaban en la Toscana haciendo un recorrido vieron a una pareja casarse, más bien llegando al festejo de su boda ¡les pareció tan romántico!. Habían dispuesto en una de las fincas al aire libre una serie de mesas que zigzagueaban el recorrido de una huella de camino. Las Mesas de belleza simple pero lujosas y campestres estaban llenas de flores, la vajilla, los asientos, los manteles, todo era único, al igual que los invitados, sus autos y el vestido de la bella novia. Había muchísima gente. Tras ver esto Vir le dijo:

- Me parece hermoso

- ¿Te gustaría casarte así?

- La verdad no, me gustaría algo más íntimo, más sencillo...

- Creo que a mí también me gustaría lo mismo

Se entretuvieron sacando fotos, probando comida y el italiano de Vir.

Un día mientras le tomaba una foto a Gabriel frente a la fontana de trevi, unas chicas se le acercaron , Vir era consciente de lo hermoso que era Gabriel, no le molestó para nada que lo admirasen. Su pelo rubio y sus grandes ojos de cielo se encontraron incómodos con la mirada de sus interlocutoras. Vir riéndose, acudió al rescate de Gabriel y les dijo:

- forza ragazze, lasciate stare il mio fidanzato "Shu shu zorras pensó, que el rubio es mío"

- Rubio parece que tenés admiradoras acá también, ¿recordás en París? Te abrieron las puertas dos veces y casi me dejaron de tatuaje una de ellas, fui completamente ignorada.

- Sii y también recuerdo con el bikini en Grecia que casi mato al idiota de la piscina

- Eso fue divertido

-Para vos que no le tuviste que ver la cara de morboso

Luego del incómodo momento de la Fontana, mientras caminaban se encontraron con varios artesanos callejeros, en una de las paradas compraron pulseras, y algunas piedras como obsidiana o turmalina. Compraron allí también algunos obsequios para sus amigos y familia. Si bien habían decidido llevarle algunas botellas de vino, terminaron comprando para Fede unas cajas de habanos más pequeños que los usuales, con gustos únicos como chocolate o Coffee and Cream. También le llevaron unos tradicionales para componer una pequeña colección. Llegaron a un puesto donde se maravillaron con unas cajas artesanales, con pequeñas incrustaciones y colores atrapantes. Virginia se enamoró de una de color marrón. Gabriel la dejó que continuara caminando y se la compró, no sin antes pedirle que grabara las iniciales de ambos en la tapa con la fecha de su viaje

Al llegar al hotel decidieron quedarse allí a cenar, porque el día había sido largo, luego de un largo baño caliente, cenaron divertidos. Gabriel le dio su regalo y le dijo:

- Es para que guardes todas las fotos y recuerdos que desees de nuestro viaje. Aparte tenés mil fotos en casa, te encanta sacar miles.

- ¿Amor!¿ Cómo supiste?

- Te vi mirándola con esos ojitos especiales y simplemente te conozco, había joyas en el lugar y has visto cosas maravillosas como carteras, ropa cara, pero te enamoraste de una simple cajita, por eso te adoro

- Gracias, te amo muchísimo, me encanta.

Esa noche hicieron el amor con la ventana del balcón abierta de par en par, a pesar del aire frío. Una pasión inusual se había apoderado de ambos, el viaje estaba por terminar, pero entre ellos la química era continua, no podían quitarse las manos de encima. Él conocía perfectamente los puntos que la enloquecían, conocía cada rincón de su cuerpo. Comenzó a besarla lentamente marcando un ritmo casi tortuoso a lo largo de su cuerpo. Se entretuvo deliberadamente entre sus piernas, besando con delicadeza y apurando el ritmo solo para oírla pedirle más. Ella lo tomó por sorpresa ante uno de sus movimientos y se apoderó de su intimidad, devolviéndole el favor, lamiendo cada centímetro. Cuando sintió que ya no aguantaba más la puso boca abajo y la penetro en un solo movimiento mientras con su mano jugaba con su intimidad. Habían tenido el tiempo suficiente de conocer que les gustaba.

Luego la dio vuelta, para sentirla piel con piel bajo él, la penetró de nuevo bruscamente mientras mordía sus labios. Vir exclamo un gemido casi inentendible, más parecido a un rugido animal cuando el comenzó a embestirla. Entre tanta pasión, ella pudo colocarse encima mientras lo besaba; pero Gabriel no le dio tregua y la sentó sobre él, llenándola completamente. Ella comenzó a moverse a su ritmo mientras él lamia sus pechos sin piedad y pellizcaba su trasero. Se vinieron juntos en un orgasmo largo y placentero. Cuando acabaron, no salió de ella, sino que la puso bajo él y siguió haciéndole el amor, no se saciaba de ella, la hizo llegar de nuevo muy rápidamente mientras se fue dentro de ella, con todo lo que le quedaba. Ambos estaban exhaustos, se quedaron desnudos, abrazados entre las sábanas. La luz de la luna los sorprendió mientras reían en la cama y se acariciaban. Estaban viviendo una experiencia que era el sueño de algunos para toda una vida, pero para ellos era su realidad, se sentían muy afortunados.

Gabriel repentinamente la besó y le dijo:

- ¿Y si nos casamos?

- ¿Qué decís rubio? ¿Estás loco?

- Si, ¡estoy loco por vos! podemos casarnos amor acá en la Basílica de San Valentino de Terni, está a una hora de donde estamos. Podemos alquilar un auto y vamos. El lugar es precioso, me contaron que es muy pintoresco. Podemos ir hasta allí y casarnos luego de pedir un permiso en el registro para turistas en el ayuntamiento local.

- Veo que tenés todo planeado. Ok esta vez sí me estas espantando

- Mi amor tenemos nuestras vidas resueltas y no puedo esperar a comenzar, yo puedo mantenernos y vos podés estudiar




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