La distancia que nos separa

Capítulo 64 Noticias

15 días después, una máquina comenzó a sonar con fuerza asustando a Charles, la enfermera entró y le dijo:

- Su esposa está respirando por sí misma

- ¡Gracias a Dios! Exclamó Charles, habían sido días muy angustiantes para él que no sabía ya ni qué día era. El Dr. vino a ver a Vir y le dijo:

- Sr Hudson, aunque no parezca hay grandes cambios, la inflamación de su cerebro cedió y no hubo necesidad de cirugía, y por supuesto ahora está respirando por sí misma, los riñones están respondiendo favorablemente, las heridas van sanando de acuerdo a lo esperado. Lo peor ha pasado, ahora seguiremos esperando a que su cuerpo sane y se despierte. Si bien respira sola, bajaremos la sedación en unos días, porque el dolor puede abrumarla y no queremos que se despierte así. No sabemos tampoco si puede estar en shock y cualquier estrés sus pulmones pueden tener un retroceso. Debemos ser pacientes. Comenzaremos con un tratamiento para que los pulmones de su bebé estén listos en caso de que el parto se presente antes debido a todo esto.

- Ok Dr., ¿sus pulmones están bien entonces?

- Así es, están mejorando, puede respirar sola

- ¿Y mi bebé?

- Su bebé está estable, se mueve, sus latidos son lentos, pero también está sedada. Como le dije, seamos pacientes, iremos evaluando el progreso día a día

Las palabras del médico, no convencían a Charles, pero no le quedaba más que acatar sus indicaciones. No era un hombre muy religioso, a pesar de la educación que le había dado su madre, pero sentía en este momento más que nunca la necesidad de rezar por su familia.

Los días pasaron, convirtiéndose en otra semana y Vir no despertaba, la sedación la había sumergido en un sueño profundo, dándole espacio a pasar lo peor de su condición. Pasaron 3 días más hasta que a Vir le bajaron los sedantes y poco a poco abrió los ojos.

- Charles me duele

- ¡¡Mi amor!! Charles lloraba de emoción, escuchar su voz lo tranquilizó, luego volvió a dormir.

- ¿Es normal esto Dr.?

- Absolutamente, le dejaremos algunos calmantes y poco a poco irá despertando, vamos muy bien!

En el día 25 de su estadía en el hospital Vir abrió los ojos y Charles volvió a la vida.

- Char, ¿nuestro bebé? Dijo Vir llorando

- Está bien cariño, está en tu pancita, vos la protegiste

- Charles me duele mucho todo, estoy muy cansada

- Lo sé nena, ya viene la enfermera y te coloca algún calmante para que te alivies

- ¿Roma?

- Está bien cariño, y te extraña, a vos y a la pancita

Vir comenzó a llorar

- Ese hombre me golpeó, y me cortó, atacó al bebé, Comenzó a agitarse

- Tranquila nena, dijo Char, ya pasó cariño, nadie te hará daño ni a nuestra hija.

- ¿Seguro que no la hirió?

- No amor, necesito que te calmes, porque si no te van a sedar de nuevo, y tus pulmones pueden fallar si?

- Ok dijo Vir mientras seguía llorando

El Dr. llegó, la revisó y le indicó un calmante nuevamente, no había mucho margen para colocarle, ya que el embarazo complicaba la aplicación de remedios. El Dr. la vio muy angustiada y le sugirió a Charles, que la viera una psicóloga, ya que podía sufrir de estrés post traumático, que era muy normal ante semejante situación y que probablemente, en los próximos días fuera muy demandante en cuanto a no alejarse de él, no estar sola, incluso llorar. Entre su estado de gravidez y el ataque, era normal.

Charles no se movería de su lado, ni aunque las cosas no fueran así, no quería estar lejos de su esposa, casi la había perdido y necesitaba saber que estaba a salvo. Esa tarde Vir hizo una pataleta porque quería ir al baño "como una persona normal".

- Cariño no es buena idea que te levantes

- Señora tiene una sonda colocada, no hay necesidad de ir al baño, aparte tiene suero y oxigeno aun, no es buena idea

- Vir comenzó a llorar y Charles entendió que estaba desbordada, se comunicó con el Dr. quien ordenó sacarle la sonda y le permitió levantarse al baño, siempre en brazos de Charles. Él directamente la cargó al baño, le habían sacado el suero, pero no le habían retirado la vía aun. Por lo que estaba muy incómoda. Si todo iba bien, a la mañana siguiente le retirarían la vía, y le permitirían darse un pequeño baño con mucho cuidado. Los puntos del vientre necesitaban aseo normal, y Vir necesitaba ducharse.

Luego de ir al baño, Charles la depositó suavemente en la cama, le dio un beso en la frente y le pidió a la enfermera instrucciones sobre la dieta de Vir, solo podía comer cosas liquidas, pronto le traerían algo, a él le molestaba que su esposa pasara hambre y se dirigió a hablar con el Dr. a cargo, quien le explicó que después de tantos días la alimentación debía volver poco a poco a la normalidad.

Al día siguiente le retiraron la vía, Charles con mucho amor le lavó el pelo, sentada en el baño y luego la ayudo a ducharse con un jabón neutro. Vir lloro cuando el jabón rozo los puntos de su vientre y su mano. La otra mano fue solo aseda porque estaba completamente inmovilizada. Una vez limpia, y con su pijama y no la "indigna bata de hospital" como la llamaba Vir, se acostó y se durmió.

El Dr. fue a verla por la tarde y la encontró durmiendo, le dijo a Charles que no había necesidad de despertarla, que necesitaba descansar y que era notorio que se había relajado. Le dijo que todavía pasaría algunos días más en el hospital por precaución, y que luego era muy difícil que pudiera regresar inmediatamente a su país, dado que un vuelo, en tan frágil situación, tan largo, estaba contraindicado. Esto cambiaba todo el panorama, ya que Vir debería tener al bebé en Londres cosa que la iba a poner de los pelos, y seguramente, pasarían unos meses allí. Charles también tenía ganas de regresar a la calma de la Argentina, donde podían ir al hotel, pasear, y estar a salvo. No sabía cómo iba a reaccionar Vir ante esta noticia, pero imaginaba que no iba a ser bien.




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