La distancia que nos separa

Epílogo

Casi 7 años habían pasado rápidamente, Charlie había encontrado detrás de las cámaras una nueva pasión que le permitía mezclar con la actuación, pero de a un proyecto por vez, siempre primero su familia.

Virginia era feliz con la vida que llevaban, una parte en Argentina, otra en Inglaterra. La realidad es que pasaban más tiempo en Londres, puesto que los niños asistían ya al colegio, y necesitaban estabilidad. Pero luego se instalaban largas temporadas en Argentina donde disfrutaban del hotel los paisajes, la tranquilidad, los caballos y les contaban a sus hijos la historia de cómo se habían encontrado en el mundo, Charlie solía contarles a sus hijos:

- había una bella princesa de cabello largo y mal carácter

- papá las princesas siempre sonríen, le dijo Emma

- Bueno esta princesa sonreía pero ignoraba al príncipe

- es porque el príncipe tiene que hacer el esfuerzo de enamorarla

- el príncipe lo intentaba hija

- es que a veces las princesas no quieren un príncipe papá

Virginia siempre reía al escucharlos, Char era un padre maravilloso y divertido, los años más difíciles de crianza de los niños habían pasado, sin la ayuda de su esposo, nunca lo habría logrado.

Roma se había recibido recientemente y había comenzado a ejercer en la veterinaria de su madre, era una joven decidida y feliz. El episodio de años atrás no había hecho mella en su carácter y era una mujer intrépida y sobre todo, amaba la vida y a su madre, seguían siendo muy unidas, aunque Roma tenía su piso en Londres desde hacía 3 años.

Virginia la veía trabajar y ser feliz y recordaba el día, que antes del nacimiento de Christian, su hermanito, se había acercado a su madre y le había contado el motivo de la tristeza de los últimos meses.

Ella había quedado embarazada en un descuido, james había querido hacer todo bien, hacerse cargo, vivir juntos y demás, pero ella había elegido tener un aborto, con el corto relato que a Vir le pareció algo extraño, se abrió un poco a ella, como para zanjar la cuestión.

Vir la abrazó y le dijo:

- hija ¿por qué no me contaste? pude tomar tu mano acompañarte, yo nunca te juzgaría

- es que vos decidiste tenerme en una situación mucho peor, yo no quería que te desilusionaras de mí

- eso nunca podría pasar, yo te amo sin importar tus elecciones

- eso me llena el alma mamá, pero aun así, fue difícil no contarle a nadie

- de nada sirve que te diga algo princesa, si tomaste esa decisión, por algo será y yo no puedo más que amarte. ¿James?

- el me odia, nunca pudo perdonarme, y cuando pasó el shock inicial, trató de buscarme y yo no quise volver con él, luego ya sabes, decidió irse del país para continuar su carrera y si bien alguna vez hemos hablado, nunca resolvimos nuestras diferencias

- entiendo, será lo que tenga que ser hija

El tiempo había pasado benigno y la vida era un remanso para Vir y Char, llevaban muchos años casados, alrededor suyo todo cambiaba menos el amor que se tenían.

Una tarde de verano, en el hotel, Charlie le pidió que fueran al río solo los dos mientras los niños jugaban, Mel los cuidaría. Ambos estaban vestidos muy informales, Vir tenía un vestido floral muy simple y zapatillas, Charlie una bermuda de jean y una remera blanca. Caminaron de la mano, y allí los esperaba un pequeño picnic que había preparado él para ella

- siempre en los detalles mi inglés favorito

- Preciosa, los mereces todos, sos feliz a mi lado?

- tanto como nunca imaginé, de verdad

- volverías a casarte conmigo?

- te elegiría una y mil veces

Luego como dos adolescentes traviesos hicieron el amor al aire libre a la vera del río. Los años pasaban pero aún se amaban con pasión y se escapaban para estar a solas.

Al día siguiente, mientras almorzaban, llegó al hotel James en busca de Roma, quien había llegado el día anterior al país. Esos dos tenían que resolver sus vaivenes y encontrar la forma de poder salir adelante o dejarlo. Vir se dijo a sí misma, "tengo que hablar con ella, no puede seguir así de inestable", pero la realidad es que desconocía tanto de lo que pasaba entre ellos, que quizá no quisiera saberlo todo.

Charlie tampoco estaba a gusto con la idea de que James insistiera con Roma, llevaban casi tanto tiempo como ellos de idas y vueltas y al fin y al cabo ninguno de los dos era feliz. Virginia sentía que algo no estaba bien con todo esto.

Nico y Andy habían tomado la madurez con elegancia y su hijo era un jovencito educado y encantador, siempre los molestaban con que sería el amor de Emma, sólo deberían esperar, Vir reía pero a Charlie no le hacía ninguna gracia.

Ani había seguido casada con su amor de juventud, y eran muy felices, al igual que Mateo y Gabriela.

Cam estaba planeando mudarse un tiempo a Córdoba donde estaría Luciano una temporada. Cam había decidido no tener hijos, sentía que la maternidad no era para ella, si bien Luciano siempre quiso tener un hijo, amaba más tener a Cam a su lado. Ambos se entendían a la perfección y estaba contento de que al menos hubiese aceptado ser su esposa, cosa que todavía no concretaban...

Fer había seguido criando a sus hijos sola, pero nunca en soledad. Recientemente había conocido un abogado amigo de Andy que la traía de cabeza aunque no quería reconocerlo. Sus hijos habían crecido y uno de ellos estaba realizando la carrera de ingeniería en el exterior, el segundo, pronto partiría un año a Nueva Zelanda de intercambio. Vir le dijo más de una vez que se merecía tener un nuevo amor y vivir. Ella misma había tardado en entenderlo y era la mujer más feliz.

Todo era felicidad para ellos, a pesar de los altibajos de la vida, todo había caído en su lugar luego del caos inicial. Sus pequeños eran los niños más amados del mundo, la debilidad de Isabel y Mel. Roma también compartía mucho tiempo con ellos y de a poco todo se había ordenado en una magnífica vida que adoraban y cuidaban los dos.




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