La donante: extras

Selección de sangre

―Créame, señor Regan. La sangre de un donante le ayudara a revitalizar su cuerpo y eliminar los posibles malestares.

Escucho sin muchos ánimos a Melnik. Sé que tiene razón, pero siempre he creído que no es una opción. No deseo que nadie pase por eso por mi culpa.

―Su cuerpo ha comenzado a fatigarse ¿cierto? ¿Hace cuánto tiempo que no bebe directamente?

―Creí que el sustituto bastaba.

―Seño, usted hace mucho tiempo que no tiene sangre fresca y eso no es bueno, sé que no le agrada, pero recuerde que incluso su padre recurría a eso. No tiene que pasarle nada malo a la persona. Y podría darle dinero a cambio...

Cierto. Todos los donantes lo hacen por ese motivo.

―De acuerdo. Busque a alguien. Que pueda quedarse aquí y no haga preguntas.

―Por supuesto, señor.

***

― ¿De verdad lo harás? ―pregunta con una sonrisa irónica Rafael. Siempre he criticado su gusto por las donantes y sobre todo, que haga con ellas, muchas más cosas de las que se supone debería.

―Es solo por la sangre.

―Sí, claro ―responde con tono burlón―. Lo mismo dije yo.

Evito responderle. La idea sigue sin convencerme, pero Melnik tiene razón. Mi cuerpo ha comenzado a debilitarse por la falta de sangre.

Los fundadores podemos pasar largos periodos sin beber, pero eso deteriora nuestro cuerpo y habilidades. Y tengo que admitir, que salvo por el apellido y mi poder, no estaría al frente de la ciudad. Pero desde luego, todos temen a ello.

***

―Señor ―dice Melnik colocando 5 frascos delante de mi―. Estos son los candidatos. Por favor, pruébelos.

Beber sangre me recuerda a lo ocurrido esa noche, a mi madre, a las atrocidades que Darius deseaba obligarme.

Tomo el primero frasco, introduzco el dedo y tras tocar el líquido tibio, lo llevo a mis labios. El sabor salado resulta placentero. Es como cualquier otra.

Tomo el segundo de ellos y hago lo mismo. No hay nada en particular, salvo que esta parece provenir de alguien mayor a la anterior.

Sujeto el tercer frasco. Pruebo la sangre, pero algo es diferente. Tiene un sabor distinto. Impregno de nuevo mi dedo y la degusto. Hay algo particular en ella, pero no logro comprender que es. La sangre tiene diferente sabor, dependiendo de quién provenga, de su edad, de su alimentación, pero no se trata de eso.

―Ella ―digo mirando a Melnik quien asiente―. ¿Puedo verla hoy mismo?

―Por supuesto, señor Regan. Pediré que la traigan ahora mismo.

No sé cómo explicarlo. Aunque aparentemente es solo sangre, su sabor no se compara al resto. Había escuchado que para algunos vampiros, cierta sangre resulta ser más placentera. Pero nunca había probado algo similar.

―Señor ―levanto la mirada y veo a Anisa―. Esta aquí.

―Bien ―me pongo de pie y me dirijo hacia donde se encuentra. A pesar de estar a unos metros, puedo escuchar con claridad latir su corazón, bombeando su deliciosa sangre.

Quizás no debería hacerlo, podría sea un error. Sin embargo, tengo curiosidad por saber cómo es ella. La poseedora de esa sangre.

Empujo la puerta y la veo. Se gira de prisa y sus ojos sorprendidos me observan fijamente. Su respiración ha aumentado, lo mismo que el ritmo de su corazón. Me gusta el sonido que emite, su olor, sus ojos. Definitivamente tiene que ser ella.

 

 

 

****

 

Estos son los extras, que en especial este quizas se modificara o sera mas detallado en el libro de Armen. Gracias por leer!



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En el texto hay: amor, ladonante, extras

Editado: 16.03.2019

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