-Firma - El duque de Lennox, un hombre de complexión alta y mediana edad coloco los documentos en la pequeña mesa sin explicación alguna en un repentino momento.
Elizabeth levantó la mirada para encontrarse con una mirada fría de unos ojos azules tan intensos que cada vez que los miraba tenían un misterio que en su momento siempre intento descubrir.
observó delicadamente el traje que su esposo tenía, un color vino que deja marcados sus músculos y su figura masculina muy bien detallada.
Elizabeth respiró agitadamente por aquella belleza aunque se relajó inmediatamente, en este momento tan serio no podía darse el lujo de observar algo que muy pronto dejaría de ser de ella.
Con calma deslizó sus manos para agarrar los documentos, leyó detalladamente para después firmarlos sin mención de ninguna palabra.
-No dirás nada - Elías rompió el silencio agarrando los documentos de la mesa con brusquedad.
-¿Ya es todo?- Elizabeth comentó cansada por aquel ambiente tan incomodo que sabia que se presentaría - No te preocupes pronto me mudaré si eso te molesta- Sus ojos esmeraldas se encontraron con los oscuros ojos azules de su ahora exesposo.
-Si eso es lo que quieres me da igual- El Duque se marchó azotando la puerta.
Elizabeth dio un suspiro liberador dejando salir esa pequeña cara falsa que tenía hace un momento, asimilo un momento lo que acababa de firmar, Eleonor su dama de compañía se acerca con su pequeña figura y una tez pálida, sus ojos color café miel mostraron en ellos un poco de miedo.
-Señora, ¿En serio nos dejará?, debería pensarlo un poco más... tal vez si le comenta lo que sienta puede arreglarse esta situación entre ustedes.-Inquirió insistente.
-Eleonor, jamás le diré lo que siento, él ha cambiado lo hizo desde el día que nos casamos y lo entiendo era un matrimonio arreglado por mi padre.
-Señora, le recuerdo que el señor pidió su mano primero antes de que su padre propusiera tal arreglo, tal vez él sienta algo más que no quiera decir, el señor jamás ha sido bueno expresando lo que siente.
-Hasta la persona más fría del mundo, puede expresar un poco lo que siente con la persona indicada.
-¿Entonces cree que el Príncipe Henry tiene corazón? -Eleonor Comentó sacando el tema de repente.
Elizabeth arqueo la ceja de repente y se cuestionó a sí misma sobre aquella pregunta tan curiosa que había comentado Eleonor -Bueno, no lo sé. Solo lo conozco por la historia de nuestro pueblo, pero las multitudes aseguran que es un hombre algo egocéntrico y frío con las mujeres, aparte solo una vez lo he visto.
-El pueblo asegura que pronto vendrá por la renovación del tratado de paz-Comento segura.
-No se supone que son enemigos, ¿Por qué seguirán con un tratado?
-El este y el oeste son un mismo reino ahora es de una sola familia, el Rey del Norte y del Sur no quieren arriesgarse.
-Sabes demasiado-Dijo Elizabeth sorprendida por aquella explicación tan detallada.
-No es la única que le gusta la literatura, Señora- Comento con orgullo.
- Prepara el baño,-Comentó Elizabeth con una sonrisa
Después de unos minutos Eleonor ayudó a Elizabeth a entrar a la tina de oro blanco con aromas de rosa y extracto de frutas.
Elizabeth recordaba como era el día que conoció a Elías, rodeada de rosas de distintas formas y con un libro en el pequeño kiosko, estaba completamente metida en la lectura, su curiosidad le había ganado cuando la visita del Duque Neville, su padre se acercaba junto con un hombre elegantemente vestido, Su cabello negro mas que la misma noche y su traje color vino, Elizabeth pensaba en su mente ¡JODER TENIA QUE TRAER MI MALDITO COLOR FAVORITO!, sus mangas estaban arriba dejando ver sus venas en sus brazos y sus ojos azules intensos, esa sonrisa que donde fuera podía enamorar y su caminada era tan elegante y seductora a la vez.
-Elizabeth-Su padre gritaba mientras se aproximaba.- Te presento al Duque de Lennox, Duque Lennox ella es mi hija Elizabeth Neville.
- Señorita Elizabeth un placer conocerla - Su mano buscó la mano de Elizabeth para inclinarse y plantando un cálido beso sin quitar esa mirada intensa y oscura al mismo tiempo.
-Un placer Duque Lennox-Dijo Elizabeth un poco intimidada.
-Duque por favor por aquí-Comentó Su padre guiándolo hacia la mansión.
-.Con mucho gusto lo acompaño-Dijo Elías sonriente - ¿Alguna vez me soltara?
-No- Comento Elizabeth sin saber a qué se refería.
-Es bueno saberlo, Señorita.
.-Lo siento- Las mejillas de Elizabeth estaban rojizas por aquel tacto con el Duque.
-Los volveremos a ver sin duda-Dijo Elías mientras inclinaba su rostro con respeto junto con una sonrisa.
<<Fue la primera sonrisa que Elizabeth obtuvo y la última también>>
Al recordar Elizabeth esos recuerdos pasados sintió un aguijón en su corazón, ahora ya se había acabado, Elizabeth hundía su cabeza al agua para olvidar esas pequeñas cosas, salió poniéndome una toalla alrededor de su cuerpo para después ir a vestirse, Eleonor tenia ya el vestido negro intenso cubierto de todos los modos posibles sin dejar ver nada intimo.
Elizabeth vestía así desde la primera noche de bodas y una cabellera larga color rubio cenizo.
-Lista Señora.
-Gracias Eleonor.- Elizabeth Pensaba que Elías y ella estaban evitándose después de la pequeña charla que tuvieron, ocupaba saber cuando podría irse de ese lugar, sin duda tenía que ir a buscarlo, él jamás la buscaría para esto, salió recorriendo los grandes pasillos oscuros llegando así a su estudio, tomo tiempo para respirar y tomar coraje para enfréntalo, hasta que al fin toco la puerta.
-Pasa - se escuchó desde el otro lado de la puerta.
-Buenas noches, solo para comentarle sobre si mi habitación está lista - La respiración de Elizabeth estaba demasiado acelerada, pero logró contenerse para escuchar una respuesta.
-¿De qué hablas?, ¿Qué habitación?-Sus ojos se turbaron oscuros por aquella pregunta.