-Príncipe Harry -Elizabeth hizo una pausa-Eres una gran persona lo poco que eh visto de ti es maravilloso, es solo que aunque he aceptado la propuesta de tu padre no quiere decir que estaré contigo.
-Lo se, solo quería ser de utilidad.-Comentó levantando las rodillas del suelo mientras daba la espalda.
-Tengo que hablar con él.-Comentó Elizabeth con un suspiro.
-Entiendo.-El silencio incomodo se hizo presente en la habitación.-Sabes que este lugar y el jardín lo hice para ti sin importar tu respuesta Elizabeth.
-¿Por que eres tan bueno conmigo? Alteza se lo que sientes por mi ¿Pero por que si solo me conoces poco?-Inquirió ella insistente.
-Me salvaste la vida.-Comentó con una mueca.
-¿Yo?-indago Elizabeth con curiosidad-¿Como?
-Si, algún día te contaré-sonrió de lado
-Solo le he salvado la vida a dos personas, una fue al Rey Eduardo y hubo alguien más...-Comentó Elizabeth con tono de nostalgia al recordar de ese día.
-Aun lo recuerdas.-Cuestionó el Príncipe Harry con cierta curiosidad.
-Claro.-Elizabeth le sonrió.
-Este recuerdo te hace feliz.-Pregunto con ojos brillantes.
-Una vez cuando era mas chica, mi padre me llevó al pueblo a conocerlo, recuerdo que estaba algo triste y emocionada, mí madre había muerto no hace mucho.-Hizo una pausa - de pronto no miraba a mi padre por ningún lado, seguí caminando hasta escuchar a alguien llorar en una esquina de un callejón así que me acerque y estaba un niño pequeño con un traje blanco pero estaba algo lastimado del brazo, el solo me observo por unos segundos.
-VETE-Comentó el niño enojado.
-Por un momento iba a dar vuelta y regresar he irme pero mire que estaba herido del brazo, sangraba mucho, agarre su brazo para limpiarlo con las pociones que había hecho antes a escondidas del Reino y mi padre.
No confió en nadie-Su actitud seguía siendo la misma aun cuando le había ayudado.
-No le tome importancia y seguí con su herida cuando termine le pregunte por qué estaba llorando.
-Mi madre murió-Sollozaba sin parar.
-Entonces me di cuenta que estábamos en la misma situación, nuestras madres habían muerto, así que le confesé también sobre mi vida, jamás confíe en nadie ni siquiera a mi padre le había confesado lo que sentía, pero el me hacia tener confianza sin conocerlo, Luego se escucharon los guardias imperiales y me confesó que se había salido de su hogar sin permiso y salió corriendo...
-Le salvaste la vida, ese día hiciste mucho por él Elizabeth.
-Yo no pienso lo mismo... no fue gran cosa, aun así nunca le pregunte su nombre o donde vivía. Jamás lo volví a ver.
-Si supieras quién es ¿Qué harías?-Cuestionó el Príncipe Harry curioso por la respuesta.
-Fuera por él .-Comentó Elizabeth con una sonrisa nostálgica.-Sin duda me encantaría verlo algún día antes de morir.
-Eso le haría muy feliz.-El Príncipe Harry estaba realmente feliz aunque Elizabeth no notaba que el niño que había salvado estaba a su lado, saber que ella no lo reconocía era algo triste para él.-Deberíamos irnos, ya es tarde.
-Gracias por traerme Alteza.-Comentó Elizabeth en tono agradecido.
-Mañana será un día pesado, para los dos..
-Alteza...-Elizabeth lo llamó afuera de la puerta de su habitación una vez que llegaron.
El Príncipe Harry no había mencionado ninguna palabra en todo el camino de regreso.
-Buenas noches Elizabeth.- Comentó el desviando la mirada.-Descansa.
Elizabeth cerró la puerta detrás de ella pensando en cómo podía solucionar todo y nadie saliera herido, su mano se deslizó en su panza aun estaba un pequeño bulto apenas no se notaba pero estaba duro, se recostó al lado de Eleonor que ya estaba dormida y cerró los ojos.
Eleonor abrió las cortinas y tocó delicadamente a Elizabeth para despertarla.
-Buen día Señora-Comentó una vez que Elizabeth se tallaba los ojos.
-Buen día.-Comentó algo adormilada.
-Su majestad el Rey Eduardo y el Príncipe Harry la esperan en el comedor, Señora.
-Ayúdame a alistarme.- Eleonor trajo el vestido rosa, peino una pequeña trenza.
Eleonor terminó y Elizabeth salió de la habitación para llegar al comedor donde se escuchaban ya algunas voces.
-Elizabeth, déjame ayudarte-Exclamó el Príncipe Harry levantándose de la silla mientras se acercaba con una sonrisa pero el Duque Elías estaba llegando.
--Yo te ayudo Elizabeth-Comento el Duque Elías con una sonrisa.
-¡A TI TE QUERÍA VER HIJO DE PERRA!- El Príncipe Harry se fue a golpes dejando a Elizabeth y al Rey Eduardo perplejos por aquella escena.
Elías le regresaba los golpes mientras Vanessa y el Rey observaban serios ,los guardias se encontraban en el comedor agarrando a los dos.
Elizabeth se acerco lentamente a Harry para limpiarle la sangre que recorría de su mejilla .
-¡¡BASTA LOS DOS!!-Mencionó el Rey Eduardo enojado por la escena-¿Acaso no puedo comer en mi propio castillo?.
-Lo siento padre..-Comentó el Príncipe Harry agarrando la mano de Elizabeth y jalarla donde él estaba sentado .
-Disculpe, Majestad..-Exclamó el Duque Elías entre dientes tomando asiento junto con la Duquesa Vanessa.
Los sirvientes pusieron el desayuno en la mesa pero Elizabeth se toco el estomago por las náuseas que le daban.
-Retira eso.-ordenó el Príncipe Harry.
-Se encuentra bien, Duquesa-Comento la Duquesa Vanessa con una sonrisa.
-Estoy bien-Espeto Elizabeth -solo tengo nauseas.
-Se supone que el doctor dijo que ocupabas descansar ¿Ahora también tienes náuseas?-Cuestiono el Duque Elías con semblante sombrío.
-No te interesa.-Comentó Elizabeth enojada.
-Claro que me interesa, ¿alguna vez me dirás por qué saltaste sobre mí?-El Duque Elías reclamo al Príncipe Harry con frialdad.
-Eres un maldito-Tenso su mandíbula-¿Como te atreves a lastimarla, si ella no quiere tener contacto contigo? .-Exclamó furioso y amenazante.