-Al fin llegaste-La voz de Stefan salió a relucir una vez que entró en la habitación, su cuerpo se tenso en segundos al imaginar su visita a estas horas.
-¿Que haces aquí?-Preguntó ella lo que ya sabia pero aun así una parte de ella quería imaginar que por esta ocasión estaba equivocada, se acercó a ella lentamente y agarró su mechón de cabello que sobresalía de su peinado.
-¿Cómo salió todo?-Comentó encontrando sus ojos verdes con intensidad.-Hiciste lo que te dije.
-Lo hice-Comentó dando un paso atrás.-¿Eso es todo lo que ocupas?.
-Sabes que no Elizabeth-Soltó abrazándome fuerte-Eres igual a tu madre.
-Por desgracia..-Comentó ella impotente al saber lo que se acercaba.-¿Me darás mi Reino mañana?
-Por supuesto.-Confirmó el
-Entonces puedes terminar rápido-Suspire en modo de rendición-Estoy cansada.
-Bien-Comento con una sonrisa algo siniestra.-Mírate estás apunto de hacer algo que te lastima solo por ese hombre.
-Sabes que esa es la única razón por lo que me tienes en esta habitación-Comento algo molesta por la situación que me tenía-Lo hago por Henry y Harry igual.
-¿No me dijiste que conocías a Henry desde hace mucho tiempo-Comentó serio.
-Bueno si eso te refieres que lo conocí en el tratado de hace meses.
-Oh-comentó pensativo-Olvida lo que mencione.
-¿Te lo ha dicho él?-Cuestión ella algo curiosa.
-No.
-¿Quien lo hizo?-Dijo ella insistente.
-Harry.-Soltó sin importancia.
-¿Desde cuándo son tan cercanos?
-Desde que tenemos el mismo objetivo en mente.
-¿Destruir a Henry?-Solté una carcajada con ironía-¿Crees que Henry es tan poca cosa como para poder eliminarlo tan fácil?
-¿Por qué estás tan segura de eso?-Comentó algo pensativo por lo que dijo ella.
-Por qué esperaste a que tuviera una debilidad para poder ponerlo en esta situación.
-En eso te equivocas Elizabeth-Respondió con soberbia-Él ya tenía una debilidad antes de que tú llegaras.
-Lucia-Solté sin pensar, su sonrisa hizo que entendiera que era correcto lo que suponía sin duda Henry no dejaría que algo le pasara a su pequeña hermanita.-No le harás nada.
-Eso depende de ti, Elizabeth.
-Mira hasta donde has llegado con todo esto-Comentó ella asqueada-Solo por una mujer que no te amo.
-¿Te estás excediendo no crees?-Cerró su puño-Debes parar.
-¡¿Vas a pegarme?-Comento ella alterada-Por que si eso harás prefiero eso a compartir la cama con un ser despreciable como tu.
-¡¡Ahora me escucharas!!-Gritó con ira arrojando su cuerpo a la cama.-¡¡Todo lo que tocan mis manos se rompe por alguna razón, todo lo que llegue amar como a tu madre se desmorona, así que no daré lo que tengo, lo que me queda que eres tu, de lo contrario siempre estaría solo.
-Es esa tu culpa-Comentó Elizabeth entre dientes.
-No es mi culpa haber podido encontrarte, así que no desaparezcas por que me aferrara más a ti y sobre todo ten cuidado Elizabeth-Espeto subiéndose a mi -Por que te va a doler.
-¡Suéltame!
-No intentes huir de mí porque si llegas a intentarlo te sostendré más fuerte.
-¡Eres un demente!
-!Esta es tu culpa, Elizabeth, por ser igual que tu madre y en lugar de dejarte ir yo seré tu pesadilla!-Comentó besando su cuello apretando su cintura y lo que tal vez el cuerpo le guste ahora era repulsivo cada vez que el la tocaba de esa manera.-Teníamos un trato, Elizabeth, si no cooperas conmigo sabes que puedo destruir a los Hombres que si amas realmente.
-¡Bien!-Comente dejando el forcejeo.
Sus manos pasaron a tocar todo su silueta, hasta llegar a levantarle el vestido, desabotono su pantalón para penetrarla salvajemente mientras acariciaba su cabello y agarraba su mentón para verlo ,Sus manos apretaban su hombros y las costillas, era un sentimiento de fuerza y ira acumulados como si realmente no me estuviera viéndome a ella, si no a mi madre, al tratarla de manera llegó a pensar que actuaba de esa manera al acordarse de que mi madre amaba y se entrega a mi padre en vez de entregarse a él, después de tanto salvajismo ello pudo respirar una vez que termino, Elizabeth se dijo a sí misma que no debía derramar más lágrimas en vano y más delante de un hombre que me llegara a lastimarla pero esta situación era diferente no solo bastaba su salvajismo sino que también era su tío la única persona que debía protegerla por ser su familia era la que mas la esta lastimando en este momento.
-Duerme sola-Comento serio una vez que termino-Mañana sales a primera hora a tu Reino,
Elizabeth Guardó silencio arrugando la sabana con fuerza sacando su odio y algunas lágrimas que no podía controlar, después de tanto pensar y poder quitarme esta suciedad tenía que actuar de una manera que no importara
Amanda abrió la puerta en la mañana siguiente y el sol pudo reflejar todas las marcas que tenía en su cuerpo de ayer, solo su rostro estaba intacto sin ningún daño en él, pues ¿Cómo podía lastimarlo? sabía que si lo tocaba su hermoso recuerdo estaría en peligro, Amanda abrió los ojos de sorpresa pero solo prosiguió sin intervenir en sus asuntos, en cambio llegó Maximiliano junto con una reverencia por unos segundos tome la sabana y tape su desnudez.
-Majestad está todo preparado desde la madrugada-Comentó serio y evitando verme-Solo falta usted.
-Bien-Comentó ella sin ganas , tal vez fue por todo lo que paso o una parte de ella lo hizo al propósito,
Elizabeth salió de la cama dejando la sábana detrás de ella, observó a Maximiliano que la observaba igual que ella, pasó su mirada algo nerviosa pero con algo de rabia en él por todo su desnudez.
-¿El lo hizo?-Comentó acercándose a ella serio.-¿Le duele?.
-Si-Comente seria-Pero no puedo ponerme así todos los días que va hacerlo.
-¡¿Por qué no me llamo!?-Comentó enojado.
-¡¿Hubieras enfrentado tu lealtad?-Comente esperando su respuesta por unos segundos pero fue en vano su silencio le dio la respuesta-Eso creí.