La Elección

Capitulo 53

Su mente estaba perdida , no sabia que hacer respecto a todo lo que estaba haciendo, ella sabía que el tema de vernos como niños chiquitos era algo absurdo. pero Henry y principalmente yo no estaba dispuesta a renunciar a esto, ya habíamos recorrido más de 3 horas y Elizabeth empezaba a marearse sin razón alguna,.

El ascenso del carruaje era más lento suponía que ya estábamos cerca del castillo, Abrí la cortinilla, era algo inexplicable como se suponía lo que estaba viendo.

-¡Una moneda por favor, tengo hijos que me esperan para comer!-Un hombre se acercó desesperado golpeaba la ventanilla, Elizabeth entró en pánico por aquella situación, el carruaje paró de golpe, los guardias junto con Maximiliano que venían detrás de ella en caballo se acercaban en modo amenazador con los aldeanos-¡Por favor ayúdeme!

-¡Alto!-Exclamó ella bajando del carruaje, saber que no solo el hombre se encontraba en ese estado, observó alrededor de ellos y las ropas gastadas de mujeres cargando a sus hijos llorando por hambre era algo no solo aterrador de ver si no que me daba impotencia como estaba este Reino-!¿Por que viven de esta manera!?.

-¡¡¿Acaso no sabe que al Rey no le interesa este Reino?-Bramo un joven con tez pálida.-No hay provisiones por que el Rey no manda.

-¡¿Maximiliano!!?-Pregunté moviendo la cabeza a su dirección.

-Me temo que así es ,Majestad.

-¡¡Espere!!-comentó con arrogancia el hombre de hace un momento.-¡¿Usted es la Reina que venía a gobernar este lugar!!?

-Eso es cierto.-Respondía Elizabeth seria mientras observaba como todos se acercaban en modo amenazante.-¡¿Qué pasa con ustedes!?.

-¡CONTRA DE ELLA!

-¡Majestad!-Maximiliano la cubrió con su torso sacando su espada en defensa.-¡Suba al carruaje!!

El miedo era más grande para poder mantener la situación estaban enojados y ella también lo estaría pues no estaba al tanto como Stefan llevaba este Reino solo por la venganza de su amor no correspondido,

Elizabeth subió sin decir nada y llevó su mano al pecho para escuchar su pálpito a todo ritmo, el carruaje salió disparado de toda la multitud hasta llegar al castillo que aun era mas su odio por cómo se encontraba.

-¡Es una broma!-Comente bajando furiosa.

-No, Majestad.

-¡¿Cómo puedes permitir que tu Rey haga este tipo de cosas!?-Sus ojos observaban la lujosa arquitectura en frente de ella.-Se mueren de hambre mientras que este lugar resplandece.

-Solo soy el General.

-Lo eres-Respondí fulminante.-Pero también eres General de este Reino.

-¡¿Qué pretende que haga.!?-Comentó con ironía-Si ustedes que son de la Realeza no lo hicieron.

-Que quede claro que no estaba enterada de esta situación- Puse los ojos en blanco por su actitud tan descarada.-No deberías hablarme de esa manera.

-Lo lamento, Majestad si la he ofendido.-Comentó serio aunque su rostro reflejaba algo de enojo.

-Mejor hay que entrar-Comentó ella entrando al salón Principal donde según todo el personal estaba presente puesto que solo había dos en fila.

-Bienvenida, Majestad-Soltaron alegremente.

-¿Dónde están todos?-Respondía Elizabeth con una ceja levantada.

-Son todos, Majestad-Comentó Maximiliano con voz ronca,-El personal restante estará en Terca en varios días.

-¿Espera me estás diciendo que todos los que trabajan en este palacio vienen de Tanalar?-Comente con una carcajada.-¡¿No verdad!?

-Me temo que sí-Exclamó Maximiliano arrugando la frente.

-Manda una carta urgente a Tanalar.- Ordenó ella sería.

-¿Qué quiere que tenga el contenido?.

-Cancela a todo el personal que esté en camino a Terca, no quiero a nadie más de ese Reino por ahora.

-No puede hacer eso, Majestad, ocupamos cocineros entre otros empleados para el castillo.

-Lo se y por eso quiere que hagas un decreto inmediato y lo pongas en todo el Reino.

-¡No puede contratar gente de este Reino,¿ sabe que la podrían lastimarla? .-Comento algo alterado por su decisión.

-El hambre es más grande que la venganza o el resentimiento.-Confesó ella.

-Como desee, Majestad-Comentó dejándola solamente con los dos empleados.

-Lleven mis cosas a la habitación principal-Comentó ella con una sonrisa amable-Estaré en el estudio para revisar algunas cosas.

-Bien, Majestad, La oficina está al fondo a la derecha, es la última puerta.

-Gracias.

Elizabeth abrió la puerta lentamente entrando a la oficina, había demasiados papeles en la mesilla, entré tratados extranjeros hasta impuestos he cartas de quejas del Reino por el trato injusto que estaban haciendo, Maximiliano aun no llegaba así que Elizabeth trato de empezar con algo en firmar algunas cosas de exportación he mensajes de Reinos como la India y Arabia que solicitaban que fuera de visita, aun así era muy pronto si me diera la tarea de ir en este momento humillarme sería evidente pues su Reino no solo no confía en su Reina también la odia por que piensan que era igual que Stefan,

Su mente viajó hasta tratar de hacer algo por ellos, Fiestas, Empleos, Premios o bailes entre otras como desfiles he casería tenía bastantes ideas pero cómo sabría que ellos asistirán, su propósito en este momento era ser una potencia entre los 4 reinos, Tanalar aunque era mi Reino también no me preocupaba porque sabía que Stefan tenía el control adecuado y no dejaría que derrumbara el legado de su madre, pero este Reino era diferente pues llevaba el legado maldito de su padre, este Reino no solo estaba abandonado también estaba olvidado aunque para ser verdad no tanto por aquellas invitaciones extranjeras de los Reinos de india y Arabia, tenía que levantar este lugar rápidamente, aunque ella sabía que no sería fácil puesto que era mujer y eso complicaría las cosas, la puerta se abrió lentamente dejando ver Maximiliano con los ojos en blanco.

-¡¿Qué pasa?-Comentó algo asustada por pensar que lo habían atacado en la plaza del Pueblo.




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