La Elección

Capitulo 54

Elizabeth había entrado en pánico poco después al observar su cara gruñona, suspiro mientras le estiraba su mano en son de tregua aunque sabía que Henry no dejaría las cosas a la ligera.

-Déjame a solas con la Reina-Exclamó evitando su mano mientras se paraba lentamente y se acomodaba en el sillón café.-¡Vete!

-Maximiliano-Comentó ella tragando saliva-Está bien puedes irte.

-¡¿Está segura de esto?-Cuestionó indeciso.

-¡¿Acaso piensas que podría hacerle algo!?-Ataco Henry.

-Si-Confirmo Maximiliano sin temor.

-Está bien-Ella abrió la puerta-Te llamaré una vez que terminemos.

-Bien-Contestó seco saliendo de la oficina.

Elizabeth no sabía las intenciones o como era Henry realmente enojado, Sabía que había cruzado la línea y no era manera para actuar pero salía desesperarme por la actitud tan arrogante que tenía siempre estaba con ella.

Sus dedos empezaron a moverse en sincronía haciendo ruido en el mueble de su lado, ella seguía inmóvil incapaz de moverme, se paro rápidamente y se tomó asiento en el escritorio.

-¡Ven aquí!-comentó el dominante.

-No puedes darme órdenes-Respondía Elizabeth seria.

-¡Ven, Elizabeth-Comentó Henry mirándola fijamente.

Elizabeth tenía que aceptar que en esto de las miradas ella siempre fue la mejor aunque con él siempre terminaba cediendo.-Por favor...

Ella abrió los ojos como plato al escuchar esas palabras que ese hombre jamás había mencionado con nadie y aunque dudo por un momento se acerque a su lado.-¡¿Estás bien?

Su mano tomó su muñeca y la sentó en sus piernas-Te extrañe-Comentó con una sonrisa ligera.

-¡¿Te duele?-Preguntó ella preocupada observando la mueca que hacía de dolor.-Déjame pararme.-Tomó impulso para incorporarse pero sus manos la tomaron de la cintura con fuerza pegándose a él, sus manos apretaban tan fuerte su cintura que saco un gemido sin querer.

-¡Ha!-Ella tapó su boca rápidamente con sus dos manos en gesto de vergüenza.-¡Henry!

-¿Qué pasa?-Murmuró recargado en mi pecho-Aun me duele.

-¡¿Acaso quieres que te sobe!¡?-Exclamó ella con ironía.

-De hecho eso harás-Comento serio.

-¡¡¿Es una broma?-Comente tragando saliva-¿Vas a obligarme?

-Me lo debe Majestad-Comentó seductor.

-Bien-Comentó ella tratando de abrir su cremallera .

-¿Qué haces?-Cuestiono algo confundido.

-Dijiste que tenía que sobarte.-Replicó ella con inocencia.

-No será con las manos, Elizabeth.-Comentó agarrando sus labios.-Será con eso.

-¡Yo!...-Comento ella apenada.

-¡Ven aquí!-Comentó Henry cargándola de repente.

Abrió la puerta y ya no había nadie en los pasillos, Maximiliano se retiró temprano al saber la verdadera visita de Henry a Terca.

Henry abrió la primera habitación que encontró pues no sabían realmente donde estaba la suya aún no hacía el recorrido completo, una vez dentro cerró la puerta detrás de ella y se acercó lentamente por detrás empujando su cabello atrás con el, deposito un beso pequeño en su cuello y la agarro de la cintura.-Eres tan Hermosa, Elizabeth.

-¿¡Lo soy!?-Comente ella algo agitada por su agarre a presión.

-Lo eres..-Voltio su cuerpo para juntarlo con el suyo y aunque el era mas alto que ella bajó su cabeza para juntar sus labios en uno solo, sus manos viajaban detrás de su vestido para quitarlo, después de tantos jalones de listón el vestido estaba apunto de caer pero rápidamente lo agarre para que no pudiera verla desnuda completamente, pues podría apreciar su desnudez por las velas encendidas de la habitación.

-¡¿Qué pasa?-Comentó serio agarrando su mentón para levantar la cabeza cabizbaja. -¡¿Por qué no quieres que mire?-Elizabeth sentía como su mandíbula se tensaba rápidamente como si por alguna razón sabía que algo le pasaba.

-¡Estoy bien!-Solté con una sonrisa ligera-Solo que me dio algo de pena, ¡¿Podrías apagar las velas?

-¡Ey! mírame-Comentó él agarrándola de los hombros-¿¡Es por eso, Elizabeth o es algo más!?

-Henry estoy bien-Comentó ella agarrando su barbilla con una pequeña sonrisa aunque por dentro quería mostrarle lo que le hizo Stefan pero nada bueno pasaría

En este momento no podía dejar que él perdiera el control no hasta que pueda matar a Stefan con sus propias manos.

-Si quieres parar, entiendo-Insistió acompañado de un abrazo que ella sintió tan bien.-Podemos solo dormir.

Ella mostró una sonrisa de Oreja a Oreja y se acerque a la mesilla acerque si labios a la vela y la apagó con un pequeño suspiro.

Elizabeth se liberó al final de su vestido y se acerque a él, lo empujó a la cama y se sentó enredando sus piernas a su cintura.-¿¡Que pasa si no quiero dormir aun!?

El resplandor del balcón le daba acceso a una pequeña parte de su luz, lo suficiente para ver su sonrisa de costado.

Henry puso sus manos es su espalda y acarició cada parte de ella y aunque él no lo sabía,

Para Elizabeth el limpiaba todo los moretones que había en ese lugar, se levantó para cambiar de lugar, ahora era ella quien estaba en la cama y él estaba arriba de ella

-Verte así a mi merced era mi gran sueño-Comentó agarrando mi mejilla.-Ahora estoy apunto de hacerte mía.

Tomó su cuello con sus manos y lo beso ahora con más intensidad que sus lenguas empezaron a juguetear, su boca conquistó su cuello con algo de rudeza depositando pequeños besos y mordidas en él.

-Aún no te hago nada y mira como estas-Sus dedos tocaban su vagina.-Estas tan mojada.

-Lo siento...-Comentó ella tapando su cara con las manos para que no observa su rostro excitado.

-No deberías disculparte, Elizabeth- Metió sus dedos lentamente hasta que agarro velocidad, los metía y los sacaba constantemente-Quiero más.

-¡Henry!-Su columna se doblaba cada vez que metía sus dedos.

Saco sus dedos lentamente y llevó el líquido que había derramado a sus labios como si fuera un jarabe dulce-¡Que delicia!




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