Henry
Los rayos de luz removieron sus párpados, lo primero que observó Henry fue a Elizabeth que descansaba tranquilamente en sus brazos, sus yemas de los dedos ansiaban tocar su rostro pero un brutal e inesperado miedo le invadió en lo más profundo de su interior
Ella sin duda no sabía lo que le ocurría pues aunque trató de despertarla con delicadeza sus intentos fueron en vano.
La puerta se abrió algo brusca dejando ver el rostro sombrío de Maximiliano, Henry arrastró fuerte la sabana para tapar a Elizabeth.
-¿¡No tocas!?-Bramo de mal humor.
-Algunas veces-Contestó con una amplia sonrisa.
-Que no vuelva a suceder-Le advertí él con disgusto, se levantó de la cama desnudo tratando de estirarse pero la mirada fijamente de Maximiliano y su carraspeo de garganta le impedía hacerlo.-¿Que pasa?
-No vas a tapar eso -Declaró con frialdad dándome su espalda.
-¿Acaso se te antoja?-Comentó Henry con sarcasmo.
-Eres demasiado infantil- Respondió Maximiliano levantando los pantalones que estaban en frente de él-¿Que no tienes poquita decencia?
-¿Por qué lo haría?-Agregó con satisfacción- Ningún hombre taparía algo tan grande, de hecho debería de estar orgulloso por aquello que me cuelga entre las piernas.
-¿Vas a parar?-Comentó poniendo los ojos en blanco.
-¿Qué haces tan temprano en la habitación de mi mujer?-Argumento Henry mientras se abotonaba el pantalón.
-No es algo que debería importarte a ti-Soltó con ironía.-No estoy autorizado para dar esa información y más a un integrante de tierras enemigas.
-¿Te parece que soy su enemigo?-Henry señaló a Elizabeth en la cama-Así suelen tratarse los enemigos.
-Ella esta sola-Declaró serio -Ella solo quiere calor en su cama eso es todo.
-¿Es así?-Anunció con contundencia.-¿Entonces por qué tu no eres el que despertó en sus brazos?.
-¿Qué le hace pensar que no estaré esta noche cuando se marche a su reino?-Repuso incrédulo.
Sus manos tocaron su cuello con fuerza-Deja de hablar tan confiadamente, Maximiliano.
Los sonidos de Elizabeth moviéndose en la cama hicieron que Henry se incorporará de inmediato.
-Ahora sabemos que tienen el control-Respondió una vez que Elizabeth volvió a dormir.
-Agradece que Elizabeth está dormida.-Comentó él agarrando su brazo violentamente cerrando la puerta.-¿Cuál es la verdadera razón por la que estás aquí tan temprano?
-Ya te dije que son cosas del Terca-Comentó orgulloso sin dejar que el ayudará en ninguna situación.
-Se como miras a Elizabeth, Maximiliano -.Comentó entre dientes -Pero se que tú como yo queremos protegerla, Los cuatro Reinos sabemos que Stefan odia este Reino por ser de su hermano eso no es ningún secreto y por ello Elizabeth estaba en problemas con estos aldeanos.
-No ocupamos nada de ti.-Repuso decidido.
-Hay dos opciones para ti, Maximiliano, O me ayudas a saber que pasa o tendré que mandar a llamar a mi ejército para que ellos controlen este Reino.
-¿Amenazas a mi Reina?-Replicó enojado.
-Eso hago.- advertía.-¿Me dirás qué pasa ahora?
-Elizabeth mando a poner un comunicado imperial donde el contenido decía que ocupaba empleados para el castillo ya que nada mas contamos con 3 personas.
-¡¡Espera!!- Anunció con contundencia-¿No tienen ejército?
-Eso es correcto-Comentó serio-Stefan manda solamente personas de Tanalar para que estén aquí dejando por años a los aldeanos sin empleo y sometiéndose a vivir en migajas solamente.
-Este tema es muy delicado y será muy sofocante para Elizabeth-Pienso Henry detenidamente en una manera para poder ayudarla.
-Es tan delicado que incluso si alguien quisiera invadir sería tan fácil.
-Tengo una idea-Comente con una mueca-Dame papel y tinta.
-¿Qué piensas hacer?-Respondió Aturdido- Ven a la oficina.
Henry tomó la tinta y el papel y escribo una carta a Damián para que le ayudará a preparar todo antes de la tarde, si podía quitarle un peso de encima a Elizabeth sería una forma de decirle que lo que sentía por ella es verdaderamente
Espero mucho tiempo en la sombra por ella y ahora que estaban juntos no podría dejarla tan fácilmente .
Abrió la ventana y chifle para que SPAR su ave viniera rápidamente, después de unos segundos ella llegó a él, siempre que salía ella estaba con él , puse en su pata la carta y salió volando rápidamente.
-¿Qué contenido tenía la carta? .-Interrogó con frialdad Maximiliano.
-Espera y lo verás-Comentó tomando asiento en la silla, el filo de su espada amenaza su arteria en el punto en el que su sangre hervía de ira.-¿Acaso me convertí en un chiste?, y si no es así, ¿Por qué todos se creen con el derecho de amenazar de esa manera?
-No volveré a preguntar, ¿Qué contenido tenía? .-Cuestiono.
Henry sacó su espada rápidamente para chocar con la suya haciéndolo retroceder y estampando su cuerpo en la pared, su espada ya estaba en el cuello pero la de él seguía apuntando como si no tuviera una.
Henry amenazó su cuello violentamente, gotas carmesí recorrían su capa.-¡No vuelvas a tratarme como Harry, porque no soy como él ni un poco.!
-Créeme lo sé-Replicó-No eres como el.
-Me alegro que estemos de acuerdo-Agregó con ira-No vuelvas amenazarme así tan fácilmente.
-¿Acaso te pedí piedad?-Comentó él con una sonrisa amarga.
Henry guardó su espada y lo dejó ir bruscamente-Si estás con vida aun es por Elizabeth, por que ella te necesita.
-Me alegra saberlo.
-El contenido de la carta contiene una sorpresa para Elizabeth.-Comente serio-Haz que preparen el desayuno para Elizabeth, ¿Acaso si hay comida en este lugar?-Agregó preocupado.
-No dejaría que Su Majestad viniera en esas circunstancias.
-Me alegra que sirvas para algo -Comentó jalando la perilla.