La Elección

Capitulo 58

Elizabeth intentaba moverse pero la cinta que tenía en las manos se lo impedían al igual que al querer hablar.

-Ya despertó-Comentó una voz a lejos.

Sus ojos empezaron a moverse hasta poder apreciar donde se encontraba.

-Elizabeth-Comento Stefan con una sonrisa siniestra.-Bienvenida de nuevo.

Se acercó lentamente mientras quitaba la cinta de su boca, Elizabeth tocio tan fuerte mientras intentaba agarrar aire.

-¿Qué haces aquí?-Comento ella con dificultad.

-¿Un Rey no puede venir  a ver su Reino?-Replicó con incredulidad.-¿Para esto querías el Reino?-Agregó en modo más duro.

-No es lo que crees-Excuso Elizabeth.-Deja explicarte..

La mano de Stefan estalló con fuerza en su cuerpo, Elizabeth sacó un gemido de dolor pero mordió su labio para no mostrar ninguna expresión de temor hacia él.

-¿¡Acaso te cogió!?-Soltó con ira mientras la levantaba de los hombros.-¡¿Lo hizo?!

-Si. -Saco ella con una sonrisa incrédula-Él lo hizo y no solo fue una vez.

Stefan la arrojó al piso con enojo, se perdió en la oscuridad por unos segundos y con él trajo un bastón.

-¿Qué haces?-Comentó ella con algo de temor.

-Castigarte-Declaró levantando el bastón en dirección a ella.

Stefan golpeaba cada lugar que ella podía esconder en el día, Elizabeth sabía que su único lugar seguro era su rostro tan preciado a su madre.

-¿Acaso quieres acabar así como tu madre?-La intensidad de sus golpes subían cada vez más.

Elizabeth apenas si podía moverse, se arrastraba en defensa aunque sus manos ya no tenían nada de fuerza, y aunque no quería mostrar su lado humano, tenía que hacerlo aun la persona más fuerte si era golpeada de esa manera también suplicaba para que parara.

-Por favor..-Suplico ella levantando su mano en dirección a él.

Stefan bajo el bastón al fin, se acercó a ella y la tomó a la fuerza, la aventó en un escritorio viejo al lado de él.

-Abre las piernas-Ordenó mordiendo sus labios. 

-¡Por favor no quiero!-Elizabeth apretaba las piernas con fuerza la única que le quedaba.

-Te estoy ordenando, Elizabeth-Comentó tratando de abrir sus piernas.

-Elizabeth agarró una pequeña fuerza y lo aventó con los pies hacia atrás, los guardias fueron ayudarlo pero él los aventó con más ira de la que ya tenía.

-¡Largo!-Ordenó a los guardias-Elizabeth escucha lo que pasara si no haces lo que diga.

Elizabeth estaba solo en bata, sus pechos podían verse a simple vista como su feminidad, sabía que ese aspecto aunque estaba lastimado era todavía provocador para él.

-Quiero que hagas lo mismo que hiciste con él-Declaró acercándose a ella mientras tocaba su rostro como si estuviera hecho con cerámica.-Si no lo haces entonces mis guardias mataran a Henry en este momento.

-¡POR FAVOR!!-Suplico ella apenas con fuerza mientras apretaba sus hombros con cierta ira-Déjalo en paz.

-Eso depende de ti-Comentó con una sonrisa-Ahora acuéstate y abre las piernas.

Elizabeth no mencionó nada más y obedeció a la orden que dio Stefan, se acostó lentamente mientras su lagrimas salían sin control.

Stefan se acercó a ella y bajó hacia su feminidad, abrió la boca y su lengua entró en ella.

Elizabeth mordía su labio con más fuerza para no gemir ante el, no podía hacer eso, era mujer era normal que a pesar que fuera con él ella se mojara y le gustara por momentos.

-Dices que no te gusta pero mira como estas-Comentó él mientras metía sus dedos dentro de ella.

Elizabeth se tapó las manos con intensidad mientras arqueaba su espalda.

Stefan la paró violentamente para encontrarse con sus ojos llenos de lágrimas.

-Quiero que gimas-Ordenó él con descaro.

-Jamás- Escupió Elizabeth en su rostro.-No puedo fingir que me gusta.

-Eres una perra-Comento levantando su mano pero ella la detuvo.

-¿Realmente quieres hacerlo?-Comentó ella amenazante.

-¿Acaso crees que me da miedo el?-Declaró con una sonrisa.

-¡En ese caso hazlo!-Gritó ella alejando su mano-¡Hazlo, acaba con este rostro!

Stefan solo guardó silencio mientras alejaba su mano.

-¡Guardias!-Dos hombres se acercaron a él con una reverencia.

-¿Qué haces?-Comentó Elizabeth asustada.

-Mantenlo-Ordenó el sin expresión.

-¡¡Esta bien!!-Gritó  Elizabeth mientras se acercaba a él con temor-Lo haré.

-¿Qué harás?-Cuestionó incrédulo.

-Yo gemiré- Soltó ella con resignación -Solo déjalo, Por favor.-Agregó Suplicando.

-Mírate-Comentó él agarrando su mentón-Todo lo que haces por él, en vez de tener alguna misericordia por tu amor, siento coraje al saber que harías lo que sea por él.

-Vas hacer lo o no?-Comentó ella limpiando sus lágrimas-Tengo que regresar con el.

-Bien-Comentó el acostando la de nuevo, Stefan bajó su cierre e introdujo con violencia su pene.

Elizabeth solo imaginaba que aquella persona se trataba de Henry tal vez si lograba cerrar los ojos e imaginar que era él podría hacerlo.

Stefan agarró sus caderas y movía con intensidad a Elizabeth.

-¡Ah!- Elizabeth Gemio.

-Eso es-Comentó él con una risa.-¡Hazlo de nuevo!.

-¡Ah!-Gemio Elizabeth otra vez mientras se imaginaba que era Henry en su lugar.

Stefan la paró en seco y la bajó del escritorio para ponerla encima de él, metió ahora su pene por detrás de ella, Elizabeth seguía sin mover sus ojos que estaban concentrados en la imaginación de Henry.

Se recargó en el escritorio mientras abría más las piernas  a Stefan.

-¡Ah!-Gimió ella mientras se movía el escritorio cada vez que él la penetraba por detrás.

Stefan movía sus caderas cada vez más fuerte, Elizabeth abrió los ojos de repente y volvió aquella realidad donde se encontraba.

Stefan la agarró de cuello mientras la penetraba por detrás, una parte de Elizabeth empezó a odiarse por cómo podía gustarle que la penetraran de esa manera, su líquido empezó a recorrer toda sus piernas.




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