Con la llegada del Rey del Norte al castillo, las murallas y el pueblo se preparaban para ser testigos de un acuerdo que podría cambiar el destino de los 4 Reinos.
Henry no quitaba los ojos penetrantes hacia dirección de Elizabeth que en cambio ella estaba totalmente serena por la situación, Henry quien había encontrado en la Reina Elizabeth una aliada y sobre todo su corazón le pertenecía , se vio sorprendido por la propuesta que traía el recién llegado monarca.
Harry con la dignidad de un líder que antepone el bienestar de su pueblo, presentó su condición.-Permitiere que el Norte y mi Reino compartan las tierras fronterizas y las riquezas de comercio, pero a cambio hizo una pausa.
-¿Qué quieres?-Cuestionó Henry algo tenso al saber su respuesta.
-Elizabeth debe retirarse de tu lado, Henry. Su presencia en el trono a tu lado es un canto de sirena que amenaza con desatar una guerra.
Elizabeth soltó una risa irónica pero mantuvo silencio observando con recelo a Henry que mantenía su papel de regente con dignidad-¿Acaso viniste aquí solo para eso?.
Ella no obtuvo respuesta de parte de él, Harry estaba demasiado concentrado en Henry como si ella fuera algo que estaban negociando.
Henry, conocedor de los sentimientos de Harry, se enfrentaba en una decisión que podría aprueba su astucia y ambición, Henry también sabía que ponerse realmente en contra de él, Harry cerraría toda negociación hacia el Sur y aunque a él no le interesaba eso estaba en esas tierras por algo pendiente que debía resolver aún, La muerte de su madre.
Elizabeth sabía que algo había cambiado en Harry, pero él jamás estaría de parte de su Stefan si él siquiera supiera lo que le hacía por las noches.
-¡El no tiene que decidir nada!-Resonó la vez de ella con determinación que hizo voltear a los dos al unísono -¡No puedes venir aquí a tratar de negociar mi presencia con ninguna persona!.
-Elizabeth-Llamo Harry en modo de disculpa pero ella estaba completamente enojada.
-¡Para ti soy la Reina del Oeste y Este!-Remarco con autoridad poniendo las manos sobre la mesa.-Y ningún hombre aunque sea Rey vendrá a pasar mi autoridad y ni siquiera a quien dice que éramos conocidos desde pequeños!
-¡No sabes lo que dices!-Comentó Harry acercándose a ella.-¡He venido a advertirte, Henry no se detendrá ante nada para asegurar su poder , y eso incluye, quitarte lo que más amas!
-¿Acaso te estas escuchando?-Soltó Henry agarrándolo con rapidez del la copa azul que arrastraba.-¡Me acusas de esa manera tan vil solo por que estas desesperado por tener su atención!
El ejército de Harry se acercó a ellos en tono amenazante, detrás de Elizabeth la puerta se abrió de golpe, Maximiliano llegó junto con su filosa espada a dirección a protegerla.
-No puedes venir a mi Reino hacer esa semejante amenaza y sobre todo acusación sin alguna prueba.-Elizabeth no podía decir con certeza que Henry jamás la lastimaría, él era humano y cuando ellos suelen enamorarse tienden a poner a todo primero menos al amor, pero no podía decir eso y poner más tensión en la sala.-Es mejor que te vayas de aquí.
-El es quien no debería estar ahí-Comentó con una mueca-Cuando él descubra lo que tu pasado hizo con él jamás descansará hasta que estés completamente sin nada.
El aire en el salón principal se volvió denso, cargado de silencio que pesaba más que las armaduras de los antiguos guerreros que decoraban las paredes.
Elizabeth , con su corazón latiendo como un tambor de guerra en su pecho, no podía apartar la mirada de Henry, cuyo ojos mostraba una tormenta de emociones.
-Harry, ¿Cómo ...?-Comenzó a decir, pero las palabras se le atascaban en la garganta. La revelación de que Harry conocía la verdad sobre el oscuro pasado de su madre, la mujer que había asesinado a la madre de Henry, era una daga en su alma.
Henry, que hasta ese momento había sido un observador silencioso, dio un paso adelante . Su presencia era como la de un Rey que se preparaba para la batalla.
-¿A que se refiere con eso, Elizabeth?.
-No hagas esto, Harry-Declaró ella ignorando la pregunta de Henry, se acercó lentamente a él-¿Que fue lo que mi tío hizo contigo?-Agregó con decepción.
-Un monstruo-Declaró el sin aliento- Hice un juramento el día que viniste y lo dejaste a él, yo Rey del Norte Harry II no dejaría por ningún motivo que Elizabeth regresará algún día a los brazos de él.
-¡¿A qué costo?!-Reprocho ella-Harry yo lo amo.
Harry se alejó al instante con ira en sus ojos, no quería aceptar aquellas palabras que salían de su boca, mirarla en ese estado no solo lo atormentaba, Elizabeth aquella que había dicho que jamás se humillaba por ningún hombre, ahora estaba desesperada agarrando sus hombros en forma de resignación.
-Haré lo que sea-Acepto ella resignada-Pero por favor para con esto.
-Ya es demasiado tarde Elizabeth, hagas lo que hagas siempre trataras de volver a su lado sin importar cual sea tu castigo, el siempre será tu prioridad.
Henry que observaba con confusión ante la actitud repentina de Elizabeth mostró irá al mirar en ese estado a Elizabeth y sobre todo con el hombre que odiaba, dio un paso adelante y la atrajo hacia él obligándola a mirar sus ojos azules penetrantes.
-¡¿Por qué estás en ese estado!?-La agarro de los hombros con algo de fuerza-¿Qué es lo que él sabe que no quieres decirme Elizabeth.
Elizabeth dejó de llorar por un momento y al fin enfrentó su rostro-Henry ayer me prometiste que jamás podrías lastimarme.
-¿A qué se debe eso?-Cuestiono confundido aunque algo desesperado.
-¡Solo contesta!-Comentó ella insistente.
-Lo hice-Declaró seguro de su respuesta.
Elizabeth tomó aire y se enfrentó detrás de ella a Harry.
En medio de la tensión y las revelaciones que sacudían los cimientos del salón, un sirviente se acercó a Harry sosteniendo un antiguo cofre de madera tallada con símbolos que parecían contar una historia en sí mismos.