-Yo vine a qui para ayudarte, vine a qui por que al igual que tu hice una promesa contigo que no pensaba romper-Inquirió ella detrás de el-Ese día jure que estaría ahí cuando encontraras el culpable.
-Hiciste esa promesa conmigo, por que sabias que tu descendencia era culpable. -Saco algo frio.
-¿Mi descendencia? -Saco algo indignada-¿Culpable?, ¿Acaso soy yo la razón de que mi madre asesinara a la tuya?
-Elizabeth..
-¡No!-Se altero-¡¿Acaso piensas que estoy aquí por que soy una Reina débil?!!
-Yo no he dicho eso-Saco igual que ella.
-¡Escúchame bien Henry!- Su corazón latía con fuerza pero aun así no se detuvo-¡Si estoy en tu Reino es por que yo he decidido venir y sobre todo quedarme y si yo quiera me fuera este mismo momento!
Henry se quedó en silencio por un instante, perplejo por la intensidad de las palabras de Elizabeth. Pero luego, su expresión cambió y comenzó a reír con desdén.
--¿De verdad crees que puedes irte tan fácilmente? Te reto a intentarlo y veremos hasta dónde llegas.
Elizabeth, sin dejarse intimidar por la amenaza de Henry, mantuvo su postura firme y decidida.
-¡No me subestimes, Henry! No soy una prisionera aquí. Soy la legitima Reina de Terca y Tanalar y tengo el poder de decidir a donde ir y que hacer!!
Henry dio un paso hacia ella, su mirada llena de furia.
-¿De verdad crees que puedes desafiarme? Este Reino es mío, y tú no eres más que una pieza en mi juego.-Amenazo con voz baja y peligrosa
Elizabeth levantó la barbilla, enfrentando a Henry con valentía.
-No soy una pieza en tu juego, Henry, Estoy aquí por que una parte de mi quiere pagar por lo que mi madre hizo, no por que desee tu compañía.
-¿Pagar?-Bufo enojado-¡Si realmente quieres pagar tendrás que darme tu vida!
-¡¿Es mi vida tan valiosa para ti, que con eso terminaría todo!?-Saco tan impotente que algunas lagrimas rodaron en su mejillas.
Henry asintió, aunque dudó por un momento. Sabía que Elizabeth era impulsiva y que realmente podría ser capaz de entregarle su vida si eso significara poner fin a todo.
-Sí, tu vida es tan valiosa para mí. Pero no creas que esto terminará tan fácilmente.-Evito su mirada.
Elizabeth, con el corazón roto y la mente llena de confusión, se dio cuenta de la gravedad de la situación.
-No tardare mucho-Saco ella con algo de dolor-Mi vida será tuya como mi coraz...
La puerta se escucho, detrás de ella abrió el General Damián vestido para la batalla, Elizabeth hizo una mueca confusa aunque no pregunto mas, no estaba segura de lo que pensaba fuera verdad, Hasta que por un momento creyó que el General Damián la escucho telepáticamente.
-Majestad, todo esta listo para atac..-Hizo una pausa al observar a Elizabeth.
-¿Atacar?-Saco ella confusa-¿Eso es lo que realmente quisiste decir?
General Damián no supo cómo responder. Su mirada se desvió hacia Henry en busca de guía.
-Sí, Elizabeth. Es necesario para proteger el Reino.
-¿A quien van atacar?-Comento algo alterada.-¿Acaso vas atacar a Ledoux?
Henry se alteró solo de pensar en ese Reino, donde el Rey era Harry. Su expresión se volvió sombría y su voz se elevó en un tono de furia contenida.
-¡¿Otra vez te preocupas por él, Elizabeth?! ¿Es que nunca puedes dejar de pensar en Harry y ese maldito Reino?-Reclamando
Elizabeth, a pesar de la amenaza que representaba Henry, no pudo evitar sentir una mezcla de ira y tristeza. Sabía que su preocupación por Ledoux y Harry no era solo por su pasado, sino porque deseaba evitar más conflictos y destrucción.
-No es solo por él, Henry. Es por todos nosotros. No quiero más guerra, no quiero más sufrimiento. Ledoux es un Reino con personas inocentes, al igual que el nuestro.
Henry la miró con ojos llenos de furia, pero también de una lucha interna. Sabía que Elizabeth tenía razón en algunos aspectos, pero su deseo de poder y control no le permitía ceder.
-Ledoux ha sido una amenaza constante para nosotros. Si no los atacamos ahora, podríamos perder nuestra ventaja. No podemos permitirnos debilidades, Elizabeth.-Comento con rudeza.
-¿Lo haces solo por eso?-Ataco ella-¿O es por otra razón?
-No tienes derecho a preguntar nada, puede que allá seas Reina de dos Reinos pero aquí conmigo, no eres nada.
Las palabras de Henry hirieron a Elizabeth profundamente. Sintió un dolor agudo en su pecho, como si una daga invisible la hubiera atravesado. Pero a pesar del dolor, no estaba dispuesta a dejar que Henry la viera caer.
-¡Sal!-Trato de empujarlo-¡Si te atreves hacerle daño, te juro que no saldrás ileso de esto!
-¡¿Qué es lo que necesito!?-La agarro de las manos-¡¿Qué es lo que tengo que cambiar para que me ames?¿Qué tengo que hacer para que te preocupes por mi?!
-No tienes que hacer nada-Saco ella en un suspiro -Damián danos un momento.
El General Damián solo asintió y salió dejan los solos.
-¿Que acaso no sabes lo que siento?-Saco al fin con un suspiro-¿Que aun no te has dado cuenta?
-Lo único que me doy cuenta es cuan importante es Harry en tu vida.
-Lo es-Afirmo ella-Pero el cariño que le tengo a el, es muy diferente al que te tengo a ti.
-Yo no quiero tu cariño-Hizo un berrinche.
Elizabeth suspiro, lo observo unos minutos mientras entraba en guerra con ella misma si era el momento adecuado para expresar sus sentimientos.
-Henry a veces eres un idiota-Comento con serenidad.
Henry la fulmino con la mirada aunque no menciono ninguna palabra, quería que ella siguiera hablando de lo que realmente sentía.
-El amor que le tengo a Harry es mas bien de amistad, El siempre estuvo para mi, incluso estuvo y esta dispuesto a darme su Reino si lo deseo.
-Yo también-Comento rápidamente-Yo también te ofrecí mi ayuda.
-Lo se, recuerdo ese día-Hizo una pausa-Pero se que ahora la realidad es diferente, si yo te pidiera que me des tu Reino, no obtendré la respuesta de ese día.