Prologo

De niña solían contarme historias sobre como nacían héroes en las peores catástrofes para salvar el mundo, como combatían ferozmente a monstruos, como podían derrotar a la oscuridad y la luz siempre ganaba al final. Me contaban historias antes de dormir historias de monstruos que acechaban entre las sombras y con quienes debías de tener cuidado, creíamos que solo eran cuentos de hadas, nunca pensamos que esos monstruos pudieran nacer. Nadie sabe como sucedió, nadie sabe como inicio, solo saben que un día el mar se cansó de nosotros, pero no todo monstruo mata al instante, claro que no, te acechan primero sin que te des cuenta hasta que cuando te des cuenta ya es demasiado tarde porque te mataron. A nadie le importo cuando los icebergs comenzaron a descongelarse por tanta contaminación, no le tomaron importancia cuando los niveles del mar poco a poco se elevaban, tampoco le tomaron importancia cuando el aire poco a poco comenzaba a ser contaminante. Nadie vio las señales de alarma, algunos prefirieron ignorarlas y otros que, si se atrevían a verlas, decidieron silenciarlos. La Tierra como la conocían comenzaba a morir lentamente, y la vida con ella, pero estaban ocupados derramando sangre uno de los otros, siendo divididos por sus religiones, por sus banderas, por sus creencias, creyendo que el enemigo eran ellos, cuando algo se formaban dentro del abismo del océano, un enemigo que se tardarían en ver hasta que fuera demasiado tarde.

Siguieron derramando su sangre, ¿para qué? ¿para aumentar sus riquezas? ¿para darle sentido a sus batallas en nombre de su fe? ¿para aumentar su territorio? ¿para imponerse ante el más débil? Los humanos estaban tan entrometidos en su Gran Guerra que nunca se dieron cuenta que su guerra no solo los mataba a ellos, sino mataba a su tierra, hasta que finalmente, la tierra se cansó de esperar, el océano se cansó de que derramaran su sangre en él, se cansó de su contaminación, se cansó de que sus propias especias las cuales el acogía y eran su hábitat naturalmente estuvieran muriendo en su propio hogar porque los humanos eran tan egoístas que creían que el océano al ser tan vasto y profundo podía ser su basurero personal, la naturaleza se cansó de los humanos, el océano tomo conciencia propia. ¿En que momento la humanidad lo habrá cansado? No lo sabemos, y tal vez nunca obtengamos esa respuesta, solo sabemos que en una noche sin que nadie se diera cuenta, sin algún aviso, sin que lloviera, solo la luna era el único testigo de la gran masacre que se avecinaba, pero como había dicho, los monstruos no matan al instante, primero acechan y cuando te des cuenta, bueno la historia llegaría a su final.

Primero fueron leves temblores, lo usual, nadie sospechaba, era parte de la naturaleza, impredecible decían, pero cuando los temblores se hicieron más fuertes y sucedían en ciudades que nunca antes hubieran sucedido, se alarmaron, pero no hicieron nada. Entonces esos temblores se hicieron más constantes, más caóticos, más fuertes, sacudiendo ciudades las cuales nunca antes habían experimentado un temblor, ahora sus ciudades se encontraban en ruinas, destrozadas. Cuando se dieron que el nivel del mar era alto, también fue demasiado tarde, ciudades enteras fueron arrasadas por grandes olas a los que ellos llamaban tsunamis. ¿Se acuerdan de la contaminación del aire? Bueno eso también se lo cobraron, cuando en algunas ciudades era imposible respirar por el aire. ¿Cuándo no les importo que los icebergs se derritieron? Bueno eso trajo enfermedades congeladas de milenios consideras prehistóricas que mato a millones en el planeta. ¿Eso era el plan final de la naturaleza? Claro que no, lo peor llego el final, cuando el abismo parió centenas de criaturas abismales que se consideran mitológicas, bueno ya no lo eran tanto, cuando atacaban ciudades por iguales hasta reducirlas en cenizas.

Solo cuando sus ciudades sin importar su religión, su bandera o creencias desaparecían de los mapas por igual decidieron actuar. Cuando vieron que el fina de la humanidad estaba a punto de suceder: ciudades enteras fueron borradas de los mapas por los terremotos que sacudían sus cimientos, el mar que se tragaba ciudades por igual, otras ciudades se volvieron inhabitables y todos por igual comenzaron a morir por enfermedades nunca antes descubiertas. Fue entonces cuando todos los humanos se unieron, olvidaron sus diferencias, olvidaron sus diferentes creencias, religiones, ya no les importaba el color de su raza, o su nacionalidad, ya no se creían superiores a otros, ahora todos solo buscaban una sola cosa: sobrevivir. Entonces aquellos dioses de los cuales creían que solo eran mitos surgieron como ultima esperanza para la humanidad, sin importarles sus diferencias, se unieron para salvar a la humanidad de sus pendejadas, aunque ya no había mucho que salvar…

Debido a que ciudades fueron arrasadas por terremotos, otros fueron tragadas por el mismo mar, el mundo había cambiado por completo, ahora todo lo que restaba del mundo, de lo poco de la humanidad se concentraba en cinco regiones la cuales ahora tenían un nuevo nombre: La Región de Aurelion conocida antes como Europa es protegida por dos grandes Dioses Marinos, Poseidón y Nereo, formaron la barrera llamada Nerionis, cuando el Mar despertó, Nerionis fue la primera en levantarse. La región de Saresh conocida antes como Asia, fue protegida por tres dioses: Varuna, Mazu y Ryūjin, formaron la segunda barrera que protegería a la humanidad la cual llamaron Shinkairo. La región de Nyaheru, antes era África, fue protegida por tres dioses: Yemayá, Sobek y Olokun quienes formaron la tercera barrera llamada Olunjara. La cuarta región conocida ahora como Elandor, antes conocida como Oceanía, fue protegida por sus dioses Tangaroa y Kanaloa formaron la cuarta barrera llamada Arahina y por ultimo la ultima región Vastara o conocida antes como América, fue salvada por los dioses Chaac, Tlaloc, Chalchiuhtlicue formaron la quinta barrera que protege a lo ultimo de la humanidad llamado Chimalatl.