Helena: tienes razón. No tengo ninguna necesidad de estar de esa manera y tampoco creo que me case algún día, pero eso está bien para mí.
Mariana: sus padres no permitirían que se quede soltera. Seguramente sus padres le encontraran un prometido para que pueda casarse.
Helena: jamás aceptaría un compromiso. Porque sabes que me gustaría casarme por amor y me doy cuenta de que eso no será posible.
Mariana: estoy segura de que se casara. Aunque no sea con el señor McGregor lo hará con alguien más, así que nadie sabe lo que pueda pasar.
Helena: sería imposible olvidarme del hombre que siempre he amado. Pero sé que debo terminar con este sentimiento si quiero ser feliz.
Mariana: le estoy diciendo esto por su propio bien, señorita. No quiero que se tome a mal mis palabras y será mejor que me vaya, porque estoy segura de que quiere estar sola.
Helena: te prometo que esta será la última vez que pensaré en él y sobre todo nadie muere de amor. Ahora tengo que superar su desamor y ser feliz.
Mariana: entonces la dejaré sola para que pueda pensar claramente, ya que no quiero interferir en sus decisiones si seguimos hablando.
Ella se despide y cuando lo hace sale de su recámara. Helena se queda pensando y como no quería equivocarse tenía que reflexionar.
En la casa de la familia Lawson
Damián: solo vine a decirte que nunca me casaré con ella, padre. Prefiero terminar con esto de una vez antes de que suceda algo más.
Fernando: estas seguro de que no te arrepentirás de no hacerlo. Pero está bien y no quiero que después vengas a decirme que te quieres casar con la señorita McGregor.
Damián: eso nunca pasará. Sabes que Helena no significa nada en mi vida y sobre todo jamás la he visto de otra manera, así que mi vida la decidiré yo mismo.
Fernando: tu actitud dice todo lo contrario cada vez que estas a su lado. Seguramente ni sabes lo que sientes por ella y antes de decir algo deberías de saberlo.
Damián: no siente nada por Helena. Ella es únicamente la hermana de mi mejor amigo y me molesta que me digas que existe una posibilidad de que estuviera enamorado.
Fernando: eso ni tú mismo te lo crees. Dejare que hagas las cosas como tu quieras y te promete no seguir interferir en tu vida.
Damián: no quiero hablar de este tema de nuevo, por favor. No debes de olvidar decirle a su padre que no me voy a casar con su hija.
Fernando: por supuesto que lo haré. Seguramente no tomará nada bien la noticia, porque nosotros sabemos que es su consentida.
Damián: eso ya lo sé, padre. Mi error fue no hablar contigo a tiempo, pero todavía no existe ningún compromiso y tomé la decisión de no comprometerme y mucho menos casarme con ella.
Fernando: será mejor que te vayas a tu casa. Porque necesitaré hablar con su padre por teléfono y tú lo debes de hacer en persona.