La esposa imperfecta del magnate

capítulo 3

Damián: sé que me corresponde a mi hablar con él. Pero no pienso hablar con Helena, ya que no quiero que piense que quiero estar cerca de ella.

Él se despide de su padre y cuando lo hace se levanta de su asiento para salir de su casa. Damián se detiene al llegar a su auto y él se sube después de unos cuantos minutos y él sabía que no podía estar enamorado, porque eso era imposible. El empieza a conducir y de esa manera se dirige rumbo a su destino.

En la casa de la familia Mcgregor

Leonardo: me imagino que sabes lo que pasará este día, padre. Él definitivamente no sabe ni lo que quiere y también hubiera sido mejor que lo hubiera hecho desde un principio para evitar que se hiciera ilusiones y estoy seguro de que mi hermana se sentirá triste al saberlo.

Maximiliano: siempre espero casarse con Damián y si él no la quiere alguien más lo hará. Ahora tendré que encargarme de buscarle un prometido.

Leonardo: este sí será un verdadero compromiso. Seguramente encontrarás el candidato perfecto para ella, ya que no quiero que se vuelva a ilusionar de nuevo.

Maximiliano: no pienso equivocarme de nuevo. El problema es que tu hermana se enamoró de él, así que pensé que ellos se casarían.

Leonardo: siento que es mi culpa. Helena nunca debió de enamorarse de Damián y se que elegirías perfectamente bien a su prometido, pero antes de que lo hagas le diré unas cuantas advertencias.

Maximiliano: será difícil que tu hermana acepte comprometerse. Además, tendrá tiempo para conocerlo durante el tiempo que dure su compromiso y si ella no quiere hacerlo lo aceptaré.

Leonardo: eso estaría bien. Porque no quiero que mi hermana sea infeliz toda su vida y sé que todavía le afectan los comentarios sobre su apariencia física.

Maximiliano: todavía lo siguen haciendo. Esto no se puede quedar así, solo que la sociedad olvida que tiene un padre que la quiere mucho.

Leonardo: la última vez que pasó eso tuve que intervenir. Pero como su hermano mayor también tuve que hacerla respetar ante todos ellos.

Maximiliano: mi hija es sagrada y cada uno de ellos lo sabe. Necesitare estar tranquilo cuando tu amigo venga a hablar con Helena, ya que su padre habló conmigo.

Leonardo: deberías dejar que hablen a solas, padre. Aunque yo tampoco lo permitiría y debemos de estar presentes cuando eso pase.

Maximiliano: no quiero que llore por su culpa y si eso llegara a pasar a tu amigo le va a ir muy mal. Porque no quiero ver sufrir a mi hija.

Leonardo: yo tampoco quiero que lo haga. Eso significa que terminaré mi amistad con él para poder evitar de esta manera que lo siga viendo.

Maximiliano: no será necesario que lo hagas. Damián lo único que tiene que hacer es evitar verla y también debe de evitar entrar a nuestra casa.

Leonardo: no quiero que mi hermana se sienta mal si lo ve por casualidad. Esto lo haré por su bien y de esa manera quiero evitar que se encuentren.

Maximiliano: entonces haz lo que crees correcto. Recuerda que tienes muchos años de amistad con él, aunque tú puedes tomar tu propia decisión pensando en ella.

Ellos siguen conversando y él hace años prometió que no permitiría que nadie hiciera sufrir a su hermana sin importar la persona que fuera y no le importaba terminar con su amistad si ver a esa persona hacía sufrir a su única hermana.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.