La esposa imperfecta del magnate

capítulo 6

En la casa de la familia Mcgregor

Leonardo: así que lo viste cuando llegó a nuestra casa y no sabes como lamento que te hayas desilusionado de esta manera. Pero muy pronto estarás comprometida de verdad.

Helena: quiero que le digas a mi padre que no quiero comprometerme. Ahora solo quiero tener tiempo para pensar las cosas y necesito que me apoyes en eso, por favor.

Leonardo: hablaré con él y también deberías de hacerlo para que le expliques cómo te sientes. Aunque él te escuchará y sabrá entenderte.

Helena: muchas gracias, hermano. Hablaré con él más tarde, ya que seguramente debe de estar ocupado haciendo su trabajo y no me gustaría interrumpirlo.

Leonardo: tu nunca lo interrumpes. Él también necesitará hablar contigo y no deberías esperar hasta en la tarde, porque estoy seguro de que te escuchara.

Helena: entonces lo haré ahora mismo. Espero que no esté enojado por lo que pasó este día y si es así no sé si sería una buena idea verlo.

Leonardo: no debe de estar enojado. Seguramente presentía que de esta manera iban a pasar las cosas y sobre todo no vale la pena que sufras por él.

Helena: ya no pienso seguir sufriendo por su amor. Esto se acabó y mi vida jamás ha dependido de que el me ame, porque mi vida es solo mía y yo decido cómo quiero vivirla.

Leonardo: esta vez me sorprendiste con tus palabras, hermana. Me gusta la actitud que estás tomando y quiero verte así siempre sin que nada te haga sentir triste.

Ella se despide de su hermano para ir al despacho de su padre. Helena llega a los pocos minutos y cuando lo hace toca la puerta y entra cuando le dice que puede hacerlo, ella mira a su padre para después tomar asiento.

Maximiliano: ahora que es lo que piensa hacer mi princesa. Recuerda que escucharé todo lo que me quieras decir y no me sentiré tranquilo hasta saberlo.

Helena: solo quiero que no me comprometas en matrimonio. Porque quiero tener una vida tranquila y tal vez más adelante quiera hacerlo.

Maximiliano: respetaré todo lo que quieras. Necesito decirte que lo haré sufrir por haberte desilusionado, ya que nadie tiene ningún derecho de hacerte sentir mal.

Helena: no quiero que le hagas nada. Sabes que eso no compensará la tristeza que siento en mi corazón y por alguna razón pasó esto.

Maximiliano: se atrevió hacerte sufrir sin ser nada. Pero te prometo que respetaré lo que me acabas de pedir, aunque no pienso olvidar esto.

Helena: lo que pasa es que el amor no se hizo para mi, padre. Además, siempre he sabido que a los hombres les gustan las mujeres perfectas y yo soy demasiado imperfecta.

Maximiliano: seguramente escuchaste un mal comentario. No deberías de escuchar lo que digan los demás y estoy seguro que lo hacen con mala intención.

Helena: no es necesario que los escuche. Porque se como es mi apariencia física y sobre todo el espejo nunca me miente, ya que cada vez que me veo reflejada en él se cual es mi realidad.

Maximiliano: no deberíamos seguir hablando de esto y si quieres irte de viaje quiero que me lo digas a tiempo para poder prepararlo.

Ella le dice que no era necesario que se vaya a ningún lugar. Helena se sentía tranquila estando al lado de su familia y cuando terminan su conversación, ella se despide de su padre y cuando lo hace sale de su despacho para después dirigirse rumbo a su recámara.




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