La esposa imperfecta del magnate

capítulo 8

Mariana: es que su familia siempre se preocupa por usted. Entonces debería de prepararse para ir al cine y la estaré esperando para que nos vayamos.

Helena: solo necesito ir por mi bolsa. Jamás he necesitado arreglarme para salir a algún lugar, pero les avisaré por teléfono a mis padres que voy a salir.

Mariana: necesita hablar con ellos directamente. Porque siento que si no lo hace ocasionará problemas, debe de evitarlos y me imagino que puede pasar algo.

Helena: nada va a pasar. Solamente iremos al cine a ver una película y también iremos con mis guardaespaldas, ya que no puedo salir sin ellos.

Mariana: la única que faltaría cambiarse sería yo. Pienso que no sería correcto salir con mi uniforme de sirvienta y sobre todo no quiero avergonzarla.

Helena: nunca me avergonzaría de mi única amiga y si te quieres cambiar está bien. Entonces nos vemos en quince minutos en la salida.

Ella cuando ve salir a Mariana de su recámara toma su celular para mandarle un mensaje a su padre y de la misma manera le avisa a su hermano. Helena al darse cuenta de que había pasado el tiempo le había dicho a Mariana baja de su recámara y a los pocos minutos había llegado.

Mariana: su hermano ya mandó a los guardaespaldas que nos acompañarán, señorita. Además, ellos me dijeron que no debemos de tardar en llegar.

Helena: estoy segura de que esas fueron órdenes de Leonardo. Porque mi padre jamás me diría eso, ya que entiende que necesito tener mi propio tiempo.

Mariana: eso quiere decir que no debemos de llegar tarde para que no se preocupen por usted y sobre todo solo veremos una película.

Helena: mi hermano siempre exagera en ese sentido. Ahora necesitamos subirnos al auto para poder irnos y mientras más tardemos se preocuparan por mi.

Ellas se suben al auto y el chofer enciende el auto para dirigirse rumbo a su destino y en otro se suben sus guardaespaldas. Helena se sentía emocionada porque vería una película y las que más le gustaban eran las románticas.

En la casa de Damián Lawson Reynolds

Humberto: tengo algo que decirle, señor Lawson. Aunque no creo que le interese lo que le diré, ya que se trata de la señorita Mcgregor.

Damián: dímelo para saber si me interesa. Porque yo mismo lo tengo que juzgar y quiero que hables ahora mismo, espero que no esté haciendo nada fuera de lo normal.

Humberto: ella salió al cine con su sirvienta personal. Además, sus guardaespaldas siempre las acompaña, pero dicen que se veía feliz.

Damián: espero que hayas cumplido con mi orden. Helena no debe de estar desprotegida por ningún motivo y a pesar de que no es nada mío siempre me preocupare por ella.

Humberto: por supuesto que la seguí. Solamente vine a informarle lo que pasaba con la señorita y esta vez no será necesario que vaya a buscarla.

Él no tenía ninguna razón para ir a buscarla. Porque no sería nada agradable que lo hiciera y tenía que evitar encontrarse con ella para evitar malos entendidos, Humberto se despide de su jefe para seguir con su trabajo y Damián se queda pensando en su Helena, pero él no tenía que pensar en ella como si fuera suya, así que tenía que olvidarse de ese pensamiento.




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