Damián: no importará lo que diga la familia de mi mujer. Ahora quiero que sea mi esposa para demostrarle a todo el mundo que ella es mía.
Humberto: definitivamente usted no sabe qué es lo que quiere. Seguramente el día de mañana dirá otra cosa y entonces esto lo hubiera pensado bien antes de hacer lo que hizo.
Damián: jamás me ha gustado ver que otro hombre quiero lo que es mio. Porque la estaba mirando de otra manera y tengo que hacer que ella evite fijar sus ojos en él.
Humberto: lo único que siente son celos. Pero la señorita nunca volverá a dirigir su mirada hacia usted y lo que menos va a soportar será su indiferencia.
Damián: el día de mañana no quiero ver a ese hombre cerca de mi mujer. Espero que hagas lo necesario para que ya no trabaje para la familia Mcgregor y sobre todo quiero que lo mandes demasiado lejos de ella.
Humberto: los celos que siente son demasiados exagerados. Solamente que esta vez no lo seguiré cuestionando y me limitaré a seguir sus órdenes.
Damián: sabes cual es el destino de todo aquel que se atreve tan siquiera a pensar en quitarmela. Además, el día de mañana quiero que traigas a mi Helena delante de mí.
Humberto: eso dependerá si la señorita sale. Porque nosotros no podemos entrar a su casa y le recuerdo que su casa tiene demasiada seguridad.
Damián: eso quiere decir que me presentaré a su casa yo mismo. No dejaré que nadie me impida verla y sabes que siempre consigo mi propósito.
Ellos dejan de hablar y Damían se sube a su auto. Él mientras conducía no dejaba de sonreír, ella era suya y al fin lo había entendido y sabía que la única manera de recuperarla sería convirtiéndola en su esposa.
En la casa de la familia Mcgregor
Helena: como tengo mucho sueño será mejor que me vaya a mi recámara. Porque necesito dormirme y mañana solo será otro día más.
Mariana: se sintió demasiado feliz con ir al cine. Debería de irse de viaje, ya que sería bueno para usted conocer otros lugares y así evitaría estar siempre encerrada en su casa.
Helena: tal vez más adelante lo haga. Pero en este momento de mi vida no necesito hacerlo, ya que me siento bien y sobre todo no tengo ninguna razón para seguir huyendo.
Mariana: si la encuentra estoy segura de que lo hará. Sabe que existe la posibilidad de que el señor Lawson la vuelva a buscar y lo que sintió en el cine no era normal.
Helena: él no puede hacer esto. Además, él no me quiere y esa es una razón suficiente para nunca estar a su lado, Damián seguramente está enamorado de otra mujer.
Mariana: tengo dudas sobre eso, señorita. Porque dicen que el señor Lawson siempre se la pasa trabajando y con la única mujer que está relacionado es con usted.
Helena: mi corazón siempre lo va amar y mi subconsciente me dice que deje de hacerlo. El amor que siento por Damián nunca se terminará y no quiero seguir sufriendo por eso toda mi vida, pero no sabes como quisiera quitarme mi corazón para dejar de sentir este amor que me hace tanto daño.
Mariana: tendrá que aprender a ser feliz. Necesita recordar que nadie se muere de amor y tendrá que demostrarle a su familia que será feliz sin su amor.
Ella se despide de Mariana y después de que lo hace se levanta de su asiento. Helena empieza a caminar rumbo a su recámara y a los pocos minutos llega, ella toma la pijama que estaba en su cama y se la empieza poner y cuando termina de hacerlo se acuesta para después quedarse profundamente dormida.