La esposa imperfecta del magnate

capítulo 18

En la casa de la familia Mcgregor

Helena: menos mal que al fin llegamos. Damián no quiere entender que no me voy a casar y mañana no voy a tener otra opción que verlo.

Leonardo: me parece increíble su cambio de actitud. No deberías ni tan siquiera de hacerlo y necesitarás decirle todo lo que piensas.

Helena: eso es lo que haré. Además, nunca debí de aceptar lo que me pidió, pero lo hice para evitar más problemas y su carácter es difícil de controlar.

Leonardo: me hubieras dejado todo a mi. Porque el único deber que tengo es protegerte y no quiero que vuelvas hacerte ilusiones con él.

Helena: entiendo perfectamente que Damián no me ama y termine aceptando que nunca lo hará. Espero que tengamos una conversación normal y eso lo dudo mucho.

Leonardo: será mejor que cuando eso pase este a tu lado. Ahora desconfío de la intención que tendrá contigo, porque estoy seguro de que hará algo.

Helena: él no se atrevería hacer nada estando en mi casa. Pero no pensaba hablar a solas con él, ya que eso estaría mal, así que no quiero que me dejes sola estando a su lado.

Leonardo: no quiero que te vuelvas a preocupar por él. Deberías de irte a dormir, porque es tarde y no quiero que te desveles, precisamente eso hace que te duela la cabeza.

Helena: no tengo la culpa de ser enfermiza. Seguramente por esa razón me cuidas demasiado y esto lo hace por nuestros padres.

Leonardo: mi padre fue el que me pidió que te cuidara siempre. Además, tu bienestar es lo más importante para mi, pero también lo hago porque quiero verte bien.

Ella se despide de su hermano y cuando lo hace se dirige a su recámara. Helena no podía dejar de pensar en las palabras de Damián y a los pocos minutos llega.

En la casa de Damián Lawson Reynolds

Humberto: debería de estar dormido a esta hora, señor Lawson. Solamente que le hizo demasiado bien ver a la señorita, ya que tiene otro semblante.

Damián: es que ella provoca mi estado de ánimo. Porque si no la veo no puedo evitar sentirme bien y me di cuenta de muchas cosas al verla.

Humberto: no quiero ni imaginar qué fue lo que sintió. Prefiero no saberlo y quiero tener una conversación normal con usted, pero siempre terminamos hablando de la señorita.

Damián: es que ella siempre es mi principal tema de conversación. Necesito que me siga viendo como su único amor y seguiré siéndolo.

Humberto: no le dire nada con respecto a este tema, ya que se molesta conmigo si le digo algo que le molesta. Ahora me limitaré a hacer mi trabajo.

Damián: eres como un amigo para mí. Además, sabes que mi personalidad cambia constantemente y gracias a ti me di cuenta de que debía estar con mi mujer.

Ellos tiempo después terminan con su conversación, Damián se levanta de su asiento, él se dirige a su recámara y a los pocos minutos llega. Damián tomó su pijama y cuando termina de cambiarse se acuesta en su cama para después quedarse profundamente dormido.




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