Mariana: una relación entre nosotros sería prácticamente imposible. Porque yo más que nadie sé cual es mi lugar y ese sería seguir siendo una sirvienta.
Helena: dicen que los sueños se vuelven realidad. Pero me imagino que sientes algo por mi cuñado al hablar de esa manera y él seguramente te demostrara que te ama.
Mariana: no puedo seguir negando que siento algo por él. Solamente que lo que siento es demasiado inalcanzable y no quiero seguir hablando más sobre esto.
Helena: entonces no lo haremos. Además, te puedes llevar una gran sorpresa, ya que no conocemos su manera de pensar y como no quieres seguir hablando será mejor que me vaya a dormir.
Ella se despide de Mariana para irse a su recámara y así lo hace. Helena a los pocos minutos llega y lo único que podía sentir era felicidad, ella se acerca a su cama para tomar su pijama y tiempo después se la pone, pero cuando termina se acuesta y al momento en que cierra sus ojos se queda profundamente dormida.
En la casa de Damián Lawson Reynolds
Damián: me siento diferente cuando pienso en ella. Ahora sé más que nunca que estoy enamorado de mi Helena, este sentimiento no entiendo cómo empezó.
Humberto: el amor simplemente se siente, señor Lawson. Nada más que al fin lo está experimentando y lo veo demasiado feliz con eso.
Damián: solo quiero que sea mi esposa para que esté a mi lado para siempre. Pero no creo que soporte esperar mucho tiempo para hacerlo.
Humberto: sabe que la mejor opción sería esperar. Debería de aprender de su hermano que cuida a la mujer que ama de lejos y estoy seguro de que está esperando el momento justo para acercarse a ella.
Damián: te recuerdo que no soy igual que Bruno. Solamente que él es demasiado paciente con su mujer, seguramente no quiere asustarla con su amor y recuerdo cuando me enteré de que estaba enamorado de la sirvienta personal de mi Helena y primero pensaba que él estaba interesado en ella hasta que un día inesperado me di cuenta de la verdad.
Humberto: si no hubiera visto el amor que siento por ella a través de sus ojos seguramente ahora seguiría pensando lo mismo. Además, le hubiera prohibido acercarse a su mujer.
Damián: eso lo hubiera hecho, pero menos mal que eso no pasó. Porque algo que nunca he soportado es que otro ponga sus ojos en lo que es mío.
Humberto: será mejor que me despida de usted, ya que es demasiado tarde y necesita irse a dormir. Ahora me imagino que quiere dormirse para soñar con su prometida.
Damián: tienes razón. Sabes que me gusta sentir que mi Helena es solo mía y soñar con ella debe de ser realmente hermoso y así que me iré a dormir.
Humberto: entonces me iré para que pueda hacerlo. Espero que sueñe con su prometida como usted quiere y si no es así de todos modos la veré mañana.
Él se despide y después de unos cuantos minutos Damián se levanta de su asiento. Él se dirige a su recámara y cuando lo hace se empieza a poner su pijama y cuando termina se acuesta para después quedarse dormido, él sueña con su mujer como quería y sonríe al verla tan hermosa.