La esposa imperfecta del magnate

capítulo 34

Helena: sabes que mi boda siempre me la he imaginado hermosa. Pero le diré a mi prometido como la quiero para que pueda tenerla.

Mariana: estoy segura que siempre la escuchará. Porque él hará todo lo que usted le pida sin hacer ninguna excepción y lo único que tendrá que hacer es hablar con él.

Helena: tienes razón al decir eso. Nada más que no puedo negar que soy feliz y yo también espero que pase el tiempo para convertirme en su esposa.

Mariana: está emocionada con su boda y eso es algo entendible. Además, en su casa se respira la felicidad que siente al pensar que muy pronto se casara con él.

Helena: es que me siento de esa manera y no sabes como me gustaría que se presentara a mi casa para volver a verlo de nuevo. Aunque tampoco puedo evitar extrañarlo.

Mariana: seguramente lo que quiere se hará realidad. Porque su prometido nunca ha soportado estar mucho tiempo sin verla y mucho menos ahora que están comprometidos.

Ellas siguen conversando un tiempo más y dejan de hacerlo cuando ven a Damián entrar por la puerta. Helena sonríe al verlo y él toma asiento a su lado, pero Mariana se despide de ellos y cuando lo hace se levanta de su asiento.

Damián: hasta tu sirvienta sabe que debe dejarnos solos. Aunque a partir de ahora necesitaré referirme a ella como mi cuñada, ya que estoy seguro de que mi hermano tiene pensado casarse con ella.

Helena: solo que él es demasiado lento. Nada más que no debemos de interferir en su futura relación, ya que no le gustaría que lo hiciéramos.

Damián: mi hermano lo que necesita hacer es tomar la decisión correcta. Ahora quiero aprovechar este tiempo que estamos a solas.

Helena: ya me imagino lo que tienes pensado hacer. Pero no pienso dejar que me beses, porque seguramente mi padre no tardará en llegar y no quiero que se moleste.

Damián: mi suegro está demasiado acostumbrado a mi presencia. Además, no quiero que te preocupes por lo que piense tu padre.

Helena: entonces no quiero que me beses cuando vengas a visitarme a mi casa. Este lugar debemos de respetarlo y cuando estemos a solas quiero que lo hagas y por más que te lo diga se que no lo harás.

Damián: sabes que si quiero besarte lo terminaré haciendo. Solamente necesitas entender que nada podrá detenerme, ya que no quiero que exista ningún límite entre nosotros.

Helena: permitiré únicamente que me des un beso. Será mejor que lo hagas antes de que llegue alguien de mi familia a interrumpirnos.

Damián: estoy seguro de que eso pasara. Jamás nos han permitido estar a solas por mucho tiempo y recuerdo que muy pronto serás mi esposa y eso hace que no deje de sonreír.

Helena: parece que mi padre se está acercando y todavía no me has besado. Ahora debemos dejar esto para otro momento y no quiero que te molestes por esto.

Él se acerca a su prometida y cuando lo hace la empieza a besar. Esto lo había hecho a propósito para hacer enojar a su suegro y al momento en que lo termina se aleja de Helena, pero el tiempo siguió su curso hasta que al fin había llegado la hora de casarse.




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