La esposa imperfecta del magnate

capítulo 37

Helena: esperaste pacientemente que esto sucediera entre nosotros. Pero tendrás que seguir esperando por unas pocas horas más.

Damián: sabes que por ti puedo hacerlo, ya que siempre serás la única excepción. Porque eres tú la única mujer que he amado en mi vida.

Helena: me gusta que me digas hermosas palabras. Además, te acostumbrarte a decirlas y parece que siempre sabes que palabras decir para hacerme sentirme bien.

Damián: es que se perfectamente lo que quieres escuchar. Sabes que es una lastima que tengamos que presentarnos a la recepción, porque si fuera por mi nos iríamos ahora mismo a nuestro viaje de bodas.

Helena: te recuerdo que me prometiste que tendría una boda normal. Aunque solo falta la recepción y el día de mañana nos podemos ir.

Damián: tiene razón, mi esposa. Mañana lo haremos como lo había planeado y nuestro viaje durará más tiempo de lo que imaginaba.

Helena: me imaginaba que me ibas a decir eso. Espero que no tardemos más tiempo de lo esperado, ya que sabes que tienes una empresa a la cual dirigir.

Damián: mi hermano se encarga de eso. Porque mi padre desde un principio me dijo que no lo quiere hacer y la razón que me dio es que no quiere dejar sola a mi madre.

Helena: entonces tu hermano se hará cargo. Seguramente aprovechará esta noche Bruno de acercarse a Mariana y sobre todo estoy seguro que le dijiste que ella vendría.

Damian: por supuesto que se lo dije. Nosotros sabemos que él no desaprovechara esta oportunidad para volver a verla de cerca.

Ellos siguen conversando un poco más y dejan de hacerlo cuando se dan cuenta de que habían llegado. Damián se baja de la limusina para después ayudar a su esposa hacerlo, él toma la mano de ella y de esa manera entran a la recepción, ellos se dirigen a su mesa y cuando llegan Damián ayuda a su esposa asentarse para hacerlo él también, pero en otro lado de la recepción Bruno estaba esperando la oportunidad para acercarse a Mariana y al verla sola se acerca a ella.

Bruno: al fin tengo la oportunidad de verte de nuevo. Sabía que esta sería la ocasión para verte, pero necesito decirte algo muy importante.

Mariana: no entiendo por qué quiere hablar conmigo. Además, solo soy una sirvienta y sería mal visto por la sociedad que conversaramos.

Bruno: cuando seas mi esposa la sociedad cambiará contigo. Precisamente quiero hablar de eso contigo y no te dejaré ir hasta que me digas que aceptas ser mi esposa.

Mariana: no tiene ninguna necesidad de pedirme que lo sea. Seguramente tiene muchas posibilidades de elegir a la mujer que quiera.

Bruno: te he observado por mucho tiempo. Pero la primera vez que te vi me llamaste demasiado la atención y estaba seguro que tarde o temprano serías mía.

Mariana: como le dije antes solo soy una sirvienta y no puedo aceptar su propuesta de matrimonio. Porque no puedo hacerlo y en su vida aparecerá una joven por la cual tendrá sentimientos, así que debe de olvidarse de mí.




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