Después de terminar la pizza me fui a mi habitación.
Me puse un pantalón largo negro y una camiseta de tirantes blanca. Me puse unas pantuflas básicas grises y fui hacia el espejo. Me veía bien aunque se trasladaba un poco, me paré y me fijé en la habitación, por su precio era enorme. Pared gris nube, y suelo de lo que parecía mármol. La cama era de dos plazas, también un armario empotrado blanco precioso. Una pequeña zona de estudio, en la esquina una mesa, de madera; también blanca. Aparte una estantería llena de titulos de Imma Rubiales, Joana Marcus, Mercedes Ron... El espejo de madera blanca y la puerta con un perchero. Me tumbo en la cama y pongo una película:
El gran showman
Iba por el minuto diez cuando Liam cruza la puerta entre enfadado, confuso y cansado. Pauso la película y las palabras salen automáticamente de mi boca:
- ¿Se puede saber que quieres? - Digo sin dar paso a rodeos.
El se sienta en el bordillo de la cama y me espera:
- Cleo me ha dicho que va a dormir y que me venga aquí, ¿Te importa? - Dice mirandome con esos preciosos ojos azules.
- Me da igual. - Digo con aburrimiento.
- ¿Puedo? - Dice señalando la parte libre de la cama.
Asiento y el se tumba a mi lado.
- ¿Que ves?
- El gran showman.
- ¿Puedo verla contigo?
- Adelante.
Con eso le doy Play a la película.
Minuto 34: 19 y Liam me está tocando el pelo, sus manos son grandes, sedosas, y me acaricia con tacto y dice:
- ¿Tienes más frío?
- Un poco - Le digo mientras no aparto la vista de la pantalla.
Cuando dejo de sentir su mano en mi pelo y la siento en el hombro. Me acaricia, el notar que tengo la piel fría pausa la película y aparta el ordenador. Me pone mirando hacia la pared pone el ordenador en el espacio que hay entre el borde de la cama y mi cuerpo. El se coloca detrás mía y pulso play. Noto su cuerpo, le noto a el. Para este punto si ya no está claro, estoy roja como un tomate.
Termina la película. No hemos cruzado palabra, el estaba dormido. Parece un bebé. No podía más y me dormí.