WILL
<<Tienes toda una vida por delante>>
Es lo que la gente tiende a decirte cuando eres joven, pero para mí el tiempo comienza a ser apremiante, como cuando un reloj de arena empezara a vaciarse, dejando caer cada grano en un eco ensordecedor, abrumador y desolador. La inconstante sensación de que la vida se me desliza por las manos, como si estuviera tratando de sostener agua con tan solo las manos. Ojalá fuese posible tener la certeza de cuánto es el tiempo es el que tendrás la oportunidad de estar en este mundo, a veces lo incierto frustra tanto.
_ Oye, ¿Qué vas a hacer el fin de semana? _la voz entusiasta de Morgan me sorprende por detrás, doy un respingo en cuanto la escucho.
_ No tengo planes en realidad, ¿por qué?
_Porque estaba pensando que podríamos ir al cine, o lo que sea el punto es hacer algo juntos.
_Suena bien, vamos.
_ Genial_ profiere con evidente satisfacción, _ invitaré a Evolet, ¿está bien?
_Claro que sí.
_Espero que acepte.
_Es muy… introvertida, ¿verdad?_ mis palabras salen despreocupadas, pero al ver como su rostro se oscurece, caigo en cuenta de que di en un punto equivocado.
_No es que sea introvertida, de verdad, una vez que la conozcas bien, te darás cuenta de ello_ responde después de un breve silencio, su voz es desganada y afligida_. Es que… ha pasado por tantas cosas que si te contara, créeme que te asombrarías.
_¿Qué cosas?
_No creo que me corresponda a mi contártelas_ su respuesta sale en seco, indicativo de que es hora de frenar mi curiosidad_ no quiero parecer grosera, es que…
_No, Morgan_ interrumpo_ esta bien, se lo leal que eres, no tienes que contarme nada, comprendo.
Caminamos por la acera, rodeada por montañas bañadas de los rayos de sol, iluminándolas de anaranjado fulgurante. Más cerca los árboles poblando el solidario lugar, aquellos en los que solía jugar con Morgan en invierno, mientras ellos estaban adornados con cristalinos copos de nieve en sus hojas, el sendero orillado de blanco, lo rojo de su nariz a causa del frío, el cual no nos detenía para salir a divertirnos.
Evolet esta sentada en el columpio del pórtico, nuevamente lleva los auriculares y está completamente enfocada en un libro que tiene reposando en sus rodillas. Es curioso lo antipáticos que podemos llegar a ser los seres humanos, lo fácil que se nos puede engañar con una simple sonrisa, nunca sabemos que se esconde detrás de ella. Ahora que Morgan me ha dicho que Evolet lidia con algo severo, puedo ver cierto aire de melancolía en su mirada, en sus expresiones. Cada vez me doy cuenta de lo increíbles que somos, capaces de plantarnos una careta día a día, cubriendo todo lo que nos está hiriendo constantemente dentro.
_Hey_la chica se sobresalta un poco en cuanto Morgan hace contacto con ella.
_Morgan, manía tuya de asustarme.
_Lo siento, necesitas bajar el volumen de estas cosas, ni si quieras notas lo que pasa a tu alrededor.
Ella no responde, unos segundos en silencio hasta que mi prima continúa.
_Venimos a ver si te apetece ir al cine.
_No creo que pueda
_ O a cualquier lado que quieras
_Morgan, no, de verdad, no puedo_ su voz suena resaltante.
_Evolet _ suelta en tono suplicante.
_Podemos quedarnos aquí_ intervengo_ no se, pedimos una pizza y hacemos algo.
_Bueno, esta bien, si Evolet esta de acuerdo, claro.
La chica sopesa por un momento su respuesta, pero finalmente accede aunque sin mucho ánimo, pequeños detalles que antes eran imperceptibles. Entramos, la casa es modesta, pero con una exquisita decoración, colores sobrios gris y blanco predominando, una decoración muy al estilo nórdico, absorbiendo la luz natural al máximo. Todo esto en combinación con un aroma a limón proveniente del sahumerio de la salita de estar. Morgan y Evoelt se adelantan a subir las escaleras, las sigo con un paso más lento.
_¿Vemos una película?_ pregunta Evolet una vez entramos a su habitación, Morgan abre la boca para hablar pero me adelanto.
_Me parece perfecto.
_Bueno_ accede Morgan_. Mmmm ¿tienes palomitas?
_Si, en la cocina, voy por ellas.
_No, no, no, yo voy, mientras escojan ustedes una película.
Morgan desaparece de la estancia con largas zancadas, un momento de silencio se cuela en el lugar, uno que parece ser un tanto incómodo para la chica de ojos azules frente a mí, algo encorvada se sienta en el filo de la cama, noto como inquieta, agita la pierna derecha.
_¿Qué películas prefieres?_ inquiere dubitativa.
_Mmmm la que quieras, en realidad no tengo preferencias.
Me doy cuenta de que juguetea con los botones del mando a distancia, buscando una buena opción.
_¿Cuáles te gustan a ti?.
_Igual, no tengo preferencias_ concuerda con voz fina.
_Mientras no sea de terror_ aclaramos al unísono, ambos soltamos una risita sonora.
Me acerco vacilante al estante lleno que tengo a mi izquierda, el sol ha descendido, con la tenue luz que se filtra por el cristal de la ventana intento ver los títulos del sin número de discos y libros que hay en dicho mueble, también hay fotografías, muchas de ellas con la paya de fondo, son de ella, una que otra con sus padres y una que llama mi atención, donde hay una pequeña de ojos azules, con una sonrisa de oreja a oreja y un sombrero de color rosa.
_Te gusta leer, ¿cierto?_ me vuelvo hacia ella, se muerde la uña del dedo pulgar con ahínco, asiente como respuesta a mi pregunta_. ¿Cual es tu libro favorito?
Se pone de pie con lentitud y se acerca con paso indeciso, ha dejado descansar las uñas de aquella tortura, llevándose las manos a los bolsillos traseros del pantalón.
_¿Novela?_ su tono sigue siendo delgado y quedo.
_Replanteo mi pregunta_ digo con voz tranquila, intentado inspirar confianza_¿Qué tipo de libros lees?
_Tengo varios, poéticos, literatura, científicos_ su pecho sube con notoriedad al tomar una gran bocanada de aire_ pero bueno, no te voy a aburrir con eso, mi novela favorita es esta.