La eterna prometida del magnate

Capítulo 3

Luciana: solo me quieres retener a tu lado por costumbre y la razón de que vivamos juntos sin habernos casado es que me prometiste que te casarías conmigo después de un tiempo. Jamás cumpliste con eso y ya han pasado cinco años.

Daniel: primero quería esperar para casarnos. Ahora no será necesario que lo siga haciendo y no sabes como me gusta la idea de que seas mi esposa el día de mañana.

Luciana: deberías de bajarme de entre tus brazos. Porque las sirvientas pensaran mal si nos ven de esta manera y no quiero que piensen cosas que no son.

Daniel: eso no lo haré. Ellas saben que tu eres mi mujer, pero como mi futura esposa no tienes que darle ninguna explicación a nadie más.

El empieza a caminar con ella en brazos. Luciana no podía evitar sentir vergüenza, porque sentía las miradas de las sirvientas y se escuchaban que estaban murmurando, ellos tiempo después llegan y cuando lo hace Daniel la baja de entre sus brazos.

Luciana: será mejor dormirnos. Recuerda que no pasará nada entre nosotros si no estamos casados y el único problema es que no traje mi pijama conmigo.

Daniel: te puedes poner una de las mías. Mañana les pediré a las sirvientas que pasen todas tus cosas a mi recámara, aunque no te quedaría bien y quiero que te prepares mentalmente que te casaras conmigo.

Luciana: estás seguro de que seguirás pensando igual. Aunque no creo que lo sigas haciendo y solo quiero dormirme tranquila esta noche.

Daniel: no te espera nada de eso después de casarnos y en mi familia siempre ha habido embarazos múltiples, pero en muy pocas ocasiones nace solo un niño.

Luciana: por supuesto que lo sé. Siempre espere tener dos hijos contigo y no creo que tengamos gemelos la primera vez que me embaraces.

Daniel: todo puede ser posible. Mi madre en su primer embarazo tuvo gemelos y uno de ellos soy yo y después tuvo a las trillizas, sabes que sería interesante tener más que mis padres y con eso se cumpliría tu sueño de ser la madre de todos mis hijos.

Él sonríe al verla nerviosa y estaba seguro de que si se hubiera casado antes con ella en este momento hubiera tenido seis hijos, aunque ahora pensaba en tener más con ella.

Luciana: tener hijos sería maravilloso. Espero no tener tantos y más conociendo el historial de tu familia, además prefiero evitar pensar en eso.

Daniel: deberias de pensarlo. Sabias perfectamente que en mi familia siempre pasa eso y te prometo que te cuidare como lo más preciado que tengo.

Luciana: para ti es demasiado fácil decirlo. Aunque tener hijos con el hombre que amo es algo hermoso y siento mucha tristeza al saber que no sabes lo que sientes por mi.

Daniel: no voy a permitir que te sientas triste por mi culpa y no sabes como me gustaria saber mis sentimientos para poder decírtelo, ya que quiero que te sientas bien a mi lado.

Luciana: el amor no debe de considerarse una obligación. Porque quiero que me digas que me amas cuando realmente lo sientas y no porque quieres hacerme feliz.

Daniel: te lo diré en el momento en que lo sienta. Ahora quiero que seas feliz siendo mi esposa y te recompensaré todos los años que perdimos.

Luciana: sería imposible que lo hiciéramos y pienso que sería lindo ver como lo intentas. Eso significa que realmente soy importante para ti.

Daniel: sabes que siempre lo has sido. Solamente que nunca he sabido demostrartelo de la manera correcta y eso lo lamento más que nadie.

Luciana: puedo entender que te sientas culpable. El tiempo que estuvimos comprometidos no fue suficiente para aclarar tus sentimientos y siempre me verás como una obligación.

Daniel: lo que menos quiero es que te sientas así. Mi error fue no haberme casado contigo desde el primer momento en que entraste a mi casa.

Luciana: no debemos de seguir con esta conversación. Será mejor que me cambie de ropa, porque ya quiero dormirme y sobre todo tengo mucho sueño.

Daniel: entonces debemos de dormirnos. El día de mañana debes de sentirte bien y también quiero que te veas hermosa y para eso necesitas descansar.

Luciana: tienes razón. Necesito ponerme una pijama y si me duermo así siento que no voy a poder hacerlo, así que iré a mi recámara a buscar una.

Daniel: te dije que te vas a poner una de las mías, solo me faltaria buscarla para poder dartela y no deberías de sentirte nerviosa cada vez que estas cerca de mi.

Luciana: no sé cómo sentirme cada vez que estas cerca de mi. Porque tu mirada me está diciendo que sea solo para ti, espero estar solo imaginando las cosas.

Daniel: por supuesto que no lo estás imaginando. Mi mirada únicamente te está diciendo la verdad y en esta vida tú serás mi esposa, eso te lo prometo.

Luciana: sé que nunca esperaste que tus padres me comprometieran contigo. Porque la actitud que tenías conmigo siempre me lo decía.




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