Él mira a su hermana sin creer que todavía se haya casado. Maximiliano tenía que aceptar esto, ya que no quería que Luciana sufriera por su culpa. Daniel les ordena a las sirvientas que preparen todo para empezar con el brindis y a los pocos minutos estaba todo listo, Daniel hace el brindis por la felicidad que les esperaba, ellos se lo empiezan a tomar sin imaginar cómo habían pasado las cosas y después de eso ponen las copas en una mesa.
Leónidas: ahora si necesitamos despedirnos de todos. Entonces faltaría organizar su boda por la iglesia y la madres de ustedes los ayudaran.
Luciana: mi sueño siempre ha sido tener una hermosa boda. Espero que esa boda sea de esta manera y sé que será posible si hacemos las cosas bien.
Daniel: solo debes de preocuparte por ser mi esposa. Sabes que yo me encargare de todo, igual como lo hice este día y en cambio me gustaría que me regales una sonrisa.
Humberto: entonces también nosotros nos despedimos. Seguramente tus hermanos estarán enojados por no haber presenciado tu boda, estoy seguro de que les hubiera gustado hacerlo.
Daniel: es que esto fue demasiado inesperado y lo planeé de un momento a otro. Ellos lo olvidaran cuando sea nuestra boda religiosa.
Humberto: tienes razón. Debes de estar preparado cuando tu hermano te reclame, ya que él tampoco se imaginó que esto pasaría así.
Daniel: me encargaré de hablar con él cuando tenga tiempo de hacerlo. Aunque no crea que entienda las razones que tuve para casarme.
Humberto: cómo están recién casados ahora si los dejaremos a solas y antes de irnos quiero que me prometas que tu esposa debe ser lo más importante en tu vida.
Daniel: eso no será necesario que lo prometa. Mi esposa lo sabe perfectamente y sobre todo no dejaré que mi trabajo interfiera en nuestra vida de casados.
Humberto: para que puedan tener un buen matrimonio lo primero que tienen que tener claro son sus sentimientos. Necesitaras analizar bien qué es lo que sientes por ella.
Ellos se despiden de sus hijos y después de unos cuantos minutos la pareja de recién casados se encontraba a solas como Daniel quería. Ella se sentía extraña por la manera en como se acercaba a ella y su mirada le decía demasiadas cosas que no prefería saber. Daniel al tenerla así la vuelve a besar y con cada beso que le daba podía sentir sus sentimientos, él se separa de ella, porque tenía que saber controlarse.
Daniel: puedo hacer eso. Sabes que me gusta mirarte y no cambiaría nada lo que he vivido a tu lado, porque eres realmente especial para mi.
Luciana: si así fuera seguramente me tratarías bien. Me gustaría saber qué es lo que sientes por mi, pero siento que eso nunca lo sabré.
Daniel: no me gusta verte triste. Este día solo debe de ser motivo de felicidad, ya que cumplí con tu sueño de convertirte en mi esposa, aunque no lo hice a tiempo.
Luciana: mi sueño de casarme contigo se cumplió. Esperaba que fuera de otra manera y no tener una boda tan apresurada como la tuvimos.
Daniel: me tenía que asegurar que estuvieras a mi lado y esta era la única opción que encontré para que lo hicieras. Eso significa que estarás conmigo para siempre.
Luciana: ya hice lo que querías y después de esto podré salir libremente de tu casa. No quiero tener seguridad cada vez que salga.
Daniel: sería imposible que lo hagas de esta manera. Sabes que no tienes permitido salir sola y siempre seguirás con mis reglas establecidas.
Luciana: no entiendo porque siempre me has tratado así. Pero desde que llegué a esta casa no me has permitido hacer muchas cosas y me has tratado como tu mujer sin serlo.
Daniel: siempre me ha gustado tenerte a mi lado y te tenía que tratar así para que te sintieras segura conmigo. Esta noche iremos a celebrar nuestro matrimonio.
Luciana: te casaste únicamente conmigo por capricho. Precisamente eso me hace sentir mal y no se que pensar de la actitud que tienes conmigo.
Daniel: no me case contigo por ese motivo. Jamás has significado para mi un capricho, simplemente me casé contigo ya que era lo que esperabas.
Luciana: primero necesitare cambiarme de ropa para poder irnos y espero que tú también lo hagas. Además, si salimos así seguramente llamaremos demasiado la atención.
Daniel: tiene razón, mi esposa. Esta noche no pasaremos desapercibidos, ya que toda la sociedad sabe que nos casamos y para ellos no sería una sorpresa que salieramos a celebrar.
Luciana: siempre me ha molestado llamar la atención y tú lo sabes. Entonces nos subiremos a cambiar y en verdad espero que esta vez no pase nada fuera de lo común.
Daniel: no pasara eso sí nadie se te queda viendo. Porque otros hombres tienen la manía de mirarte de manera diferente y todos ellos tuvieron que entender que nadie debe de hacerlo.