Amaya: la cena que preparaste para nosotros estuvo deliciosa, cuñada. Seguramente de esa manera conquistaste el corazón de mi hermano.
Luciana: nunca hice nada como esto para él. Además, como siempre se la pasaba trabajando lo hacía para mi, pero es un gusto para mi saber que te gusto.
Victoria: es que a todos nosotros les gustó la cena y es una lastima saber que mi hijo no haya probado antes algo hecho por su esposa. No debes de descuidarla, ya que tu comportamiento no ha sido el mejor.
Daniel: conozco perfectamente cuales fueron mis fallas, madre. No puedo creer que también me recuerdes lo mal prometido que fui con mi mujer.
Victoria: no quiero que vuelvas a repetir esos errores y por eso te lo recuerdo. Espero ver con mis propios ojos que eres un buen esposo y no quiero decepcionarme de ti.
Dastan: no regañes a mi hermano. Él ahora sabe lo que está haciendo y no debes de amargarle esta noche, ya que está recién casado, pero sobre todo en su casa lo único que se ve es felicidad.
Victoria: está bien. Necesito decirle una última cosa y eso es que no quiero escuchar una queja de su esposa sobre su comportamiento, porque todos mis hijos deben de portarse bien.
Ellos guardan silencio y nadie se atrevía a contradecir a su madre. Ellos únicamente le sonríen y tampoco soportaban ver a su padre de mal humor.
Daniel: será mejor que hable con mis hermanas y para hacerlo necesitamos ir a mi despacho, pero antes de irnos les encargo a mi esposa.
Maximiliano: necesitas hablar el tiempo que quieras con tus hermanas. Además, yo me encargaré de cuidar a la mía y nuestros padres también estarán a su lado sin olvidar a los tuyos.
Daniel: desde que nos casamos nunca la he dejado sola. No me gusta estar separado de ella por mucho tiempo, ya que si lo hago sentiré que me hace falta.
Amaya: jamás pensé que escucharía eso de mi hermano. Ahora tengo que escuchar cómo es demasiado cursi con mi cuñada, así que hubiera preferido no escucharlo.
Daniel: nunca hubieras dicho eso. Porque me imagino que también lo serás con el hombre con quien te casaras y dudo mucho que alguien quiera casarse contigo.
Amaya: siempre habrá alguien que quiera hacerlo. Pero yo misma pienso elegirlo y siempre me he imaginado a mi esposo de muchas maneras.
Daniel: si nuestros padres aprueban tu matrimonio se casaran. Nada más que tienes que tener mucho cuidado al elegirlo, esa será la única recomendación que te haré.
Él de repente mira a Dastan y se da cuenta de que sabía algo que él desconocía. Daniel también mira a su cuñado y se da cuenta de que le estaba prestando demasiada atención a su hermana Amaya. Daniel se levanta de su asiento igual que sus hermanas y a los pocos minutos llegan a su despacho y cuando lo hacen toman asiento.
Isabela: no hiciste ni el intento de avisarnos que te casarías con ella. Además, si no lo hubieras hecho público estoy segura de que nunca nos hubiéramos enterado de tu boda.
Daniel: mi boda no fue planeada porque simplemente me casé. No deberían de estar enojadas conmigo, ya que lo hice sin que estuvieran presentes.
Isabela: tendrás que hacer una gran boda religiosa para que podamos perdonarte. Solamente que antes de la boda deben de vivir separados.
Sofía: estoy segura que a nuestro hermano no le gustó esa idea. Ellos han vivido juntos desde que se comprometieron y será difícil separarlos.
Daniel: acaso piensan que haré lo que ustedes dicen. Será mejor que no mencionen eso delante de nuestros padres y sobre todo tengo que cuidar a mi esposa.
Amaya: eso significa que al fin vamos hacer tías. Sabía que esa sería la verdadera razón por la cual te casaste y debiste respetarla después del matrimonio.
Daniel: por supuesto que la respeté y la hice mi mujer en nuestra noche de bodas. Ella jamás hubiera permitido que pasaran cosas entre nosotros sin casarnos.
Isabela: entonces porque nos dijiste que la tienes que cuidar y por lo que has dicho Luciana todavía no está embarazada. Ahora no estamos entendiendo nada.
Daniel: siempre la he cuidado y ese no es ningún misterio para nadie. Estoy seguro de que muy pronto le daremos la noticia de su embarazo.
Sofía: así que no existió nada entre ustedes mientras estaban comprometidos y me puedo imaginar cómo fue su relación. Pero si yo hubiera sido ella te hubiera dejado.
Daniel: ella entendía cuáles eran nuestros límites. Siempre me gusto verla y tenerla a mi lado, estoy enamorado de Luciana y una sonrisa suya es lo único que necesito para saber que es feliz.
Amaya: nosotros sabíamos que era amor lo que sentías por ella. Solamente que el único que no podía ver eso eras tú y nosotras también te felicitaremos por darte cuenta de que lo estas.