Los días siguieron pasando y Alberto siempre se mantenía muy cercano a Deisy, haciéndola rabiar y cuidándola, ella poco a poco fue saliendo de su desanimo. Ya unos días antes de marcharse nuevamente Alberto para Capital a seguir con sus estudios charló largamente con ella en la sala de la casa.
_ Te cuidas mucho mi conejo, y a estudiar, no quiero que mi esposa no sea una iletrada_ le dijo con sorna.
Ella lo miro con rabia.
_ Cuantas veces debo decirte que no soy conejo_ ella bajo la mirada si él tan solo supiera lo que le dolía cuando él también se burlaba de sus defectos, que lo hicieran sus amigos y conocido no le importaba, pero que lo hiciera él, le dolía y mucho _ llámame por mi nombre, por favor.
Él la miro un largo rato en silencio, ya tenía un poco más de color sus mejillas y su cabello ya no parecía estopa, todo seco y desnutrido, ahora brillaba, resplandecía al igual que sus grandes ojos café, aunque seguía muy delgada y desgarbada.
_ No te gusta que yo te llame así, por qué, si todo el mundo te llama así _ le pregunto él.
_ No, no me gusta que tú me llames así_ le respondió ella sin mirarlo.
_ ¿Y cómo te gustaría que te llamara yo? _ Él suspiro y levantó la mirada al techo de la casa_ ya se. Te voy a llamar.....mi terroncito de azúcar_ rió al ver como ella levantaba la mirada y lo veía con ganas de estrangularlo_ No, ya sé _ se le acercó y le tomo la mano _ mi barra de caramelo.
_ ¡Suéltame idiota! _ respondió ella con brusquedad y le quito la mano con un solo movimiento brusco.
_ Está bien, tú serás mi bolita de algodón_ él pensaba que los conejos eran redonditos y gorditos parecían una bolita de algodón _ Si te gusta, mi bolita de algodón.
Ella lo miro, él era un caso perdido, que más daba, con tal que no le dijera conejo, que más daba.
_ Si tú quieres_ le restó importancia a lo que le decía.
Alberto se puso serio y después de suspirar profundamente continúo hablando.
_ ¿Vas a estar bien, Deisy?_ le pregunto muy pensativo, él se marcharía y no vendría hasta después de dos años _ Quiero irme tranquilo de que vas a estar bien _ le dijo muy serio.
Ella le sonrió bajando la cabeza, no le gustaba que él viera su fealdad.
_ Si, voy a estar bien _ suspiro y elevo la cabeza _ te veré ya cuando cumpla mis catorce, ¿Verdad?
_ Si vendré para tu cumpleaños el dieciocho de mayo_ le dijo, y vio la sorpresa de ella en su rostro _ ¿Qué pensabas que no sabía el día que cumple años mi prometida? _ le bromeó.
_Tu cumples dos días después del mío _ le dijo ella y él sonrío, ella siempre se las ingeniaba para dejarle un chocolate en su casillero o su escritorio sin que nadie la viera, pero él siempre se enteraba.
_Entonces nos vemos dentro de dos años y recuerda, no tienes derecho a experimentar con ninguno, yo soy tu prometido_ le acaricio la cabeza rebujándole el cabello.
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Él tiempo paso muy lento y con el trajo muchas cosas nueva para Deisy que se limitó a vivir un día a la vez, vivía con Pipe, el que la cuidaba y se comportaba como un hermano mayor, siempre la cuidaba y la protegía y a todos los que trataban de acercársele a ella, él manifestaba que era la prometida de su hermano y en reuniones él la llamaba cuñada, haciéndola prohibida para los demás.
Este comportamiento de Pipe causó que los chicos se mantuvieran a raya con la joven que con el pasar del tiempo, empezó a florecer.
Con ayuda de la madrina la envió al dentista y comenzaron los arreglos de la boca, colocándole frenillos y su cabello recibió un tratamiento, mejorándole así su condición, poco a poco el pequeño patito feo comenzó el camino hacia el gran cisne que llegaría a ser un día.
En cada fecha especial, Deisy recibía regalos de Alberto, él al comenzar una doble titulación, no podía viajar. Se mantenía en contacto, con su novia por teléfono.
La fiesta de cumpleaños de sus dieciséis era la semana siguiente, habían pasado cuatro años, y Deisy pensaba que sus sentimientos habían muerto por Alberto, él se mantenía en contacto con ella de manera amigable y siempre la estaba molestando, diciéndole que él era su novio y que no lo olvidara.
Aún estaba en clases cuando Deisy salió y se encontró con Miguel su compañero de juegos y que ahora era un chico muy atractivo y sexy.
_ ¿Qué tal la clase de historia?_ Le preguntó él al salir al corredor.
_ Bien, aunque la profesora Margot es un fastidio, es muy aburrida_ dijo bostezando, por el cansancio y el hambre que le asistía en esos momentos_ Siempre vas a ir_ pregunto ella con malicia.
_ No sé, ¿Te animas?_ Miguel la estaba cortejando, pero lo hacía de manera muy sutil porque en el pueblo corría el rumor que ella ya estaba comprometida _ No iremos a tener algún problema_ le toco unas hebras de cabello de manera coqueta y se la acomodo detrás de su oreja.
_ No, no veo porque _ le sonrió muy candorosa.
Deisy se le había anchado sus caderas y su pequeño busto había crecido y sus curvas se insinuaban sexy y coquetas a los chicos que la miraban con deseos.
_ No quiero encontrarme con Felipe, la otra vez tuvimos un encontronazo y casi nos vamos a las puños _ le dijo y comenzaron andar tomados de la manos y llegaron hasta la salida y Deisy se paralizó al ver a Pipe que los miraba con furia, ella no quería tener problemas.
_ ¿Qué haces con este?_ dijo con brusquedad. Felipe cada vez se parecía más físicamente a su hermano, con la diferencia que su tono de piel era más claro y sus cabellos más liso que el de su hermano _ Alberto llega esta misma semana_ sonrió al ver la cara de Miguel _ Así que Miguel ve arreglando tus cositas..._ miro las manos enlazadas _ que cuando mi hermano se entere de que andas de manitos sudadas con su prometida..._ arqueo una ceja y sonrió dándole a entender que tendría problemas.
La chica suspiro molesta al ver la actitud de Pipe, pero como ya era costumbre no le dio importancia cuando él la miro molesto.