La falsedad de la corona

Capítulo 6

¿Promesa de meñique?
 


—Briar— Llama Aileen a mis espaldas. Su tono de voz es de cansancio, está cansada de estar llamando y siguiendo mis pasos por todo el pasillo mientras la ignoro categóricamente—.¡Briar Ainsword!.

Me detengo en seco y me giró para encarar a la ogro que me observa con el ceño fruncido.

—¿Qué?— digo tajante. De inmediato me arrepiento del tono de voz. Aileen solo quiere saber que me ocurre, ¿por qué me comporto de esa manera? Porque quiero seguir fingiendo que no ha ocurrido nada y ella no me ayuda con sus interrogantes—. Perdón— me disculpo.

—Solo quiero saber qué ocurre, no mientas diciendo que no te pasa nada porque se que estás mintiendo.

—No me pasa nada.

—Te lo dije: no te creo.

Suelto aire al momento que arrugo la nariz en un gesto infantil. Dos chicas con uniforme y una bandeja pasan a mi lado, las observo por un momento y al final, la imagen que forman y que me recuerda a Aileen y a mi caminando por mi casa mientras imaginábamos  que caminábamos por los lujosos pasillos en los que ahora estamos paradas, me hace pensar en abrir la boca y contarle lo que quiere escuchar.

—No me sucede nada, al menos nada relevante— murmuro, y coloco mis manos en mi cintura.

—¿Y para ti que es importante?.

En ocasiones odiaba que una persona me conociera tan bien.

—Sabes que puedes confiar en mí— Me recuerda.

Cierro los ojos y tomo aire. Era verdad, podía confiar en ella, pero…¿Al punto de contarle lo que ahora sucede? Siendo sincera, no creo que Aileen crea todo el teatro del chico misterioso que llega a matar al príncipe para tomar su lugar. Al terminar capaz y se burle y me diga que deje de leer, o que tengo una gran imaginación, porque ¿Por qué desconfiar del chico guapo que aparenta perfectamente lo que no es?

Aunque, si lo veo de otro punto, puede que me crea y así puedo desahogarme con alguien.

— Aileen— susurro—, promete que no le dirás esto a nadie.

— Lo prometo.

Volteo a verla fijamente con total seriedad.

—¿Promesa de meñique?

—Promesa de meñique— confirma y me ofrece su meñique.

Entrelazo mi meñique con el de ella, suspiro pesadamente y sin más lo suelto todo. Absolutamente todo, no omito ningún detalle, ya que creo que todo influye demasiado para que no crea que es una mentira.

Desde que tengo memoria, cada que nos contamos algo solemos decirlo con lujo de detalle para así saber si hay  mentira o es la verdad. Creemos que, si estás diciendo mentiras, no podrás inventar cada detalle, inclusive cada mancha de suciedad en una pared (a menos que sea negra, lo cual no es el caso).

—Ayer si vi al príncipe por el medio día, cuando le fui a buscar— murmuro de prisa, como si de ganar una carrera se tratase.

—¿Qué?.

—Si— digo reincorporando para quedar sentada.

Al terminar de contar todo lo sucedido siento como la presión que tenía en el pecho se ha desvanecido. Un alivio me recorre. Anteriormente sentía una mi pecho oprimido, que incluso me impedía respirar perfectamente o estar en total calma, y eso ha cambiado porque le pase parte del peso a Aileen. Dicen que una persona no puede cargar mucho sola.

— Él me dijo que no dijera una palabra sobre esto pero necesitaba desahogarme— confieso.

—Briar, ven aquí— dice con tono dulce y abre sus brazos para envolverme en un abrazo reconfortante.

—¿Me crees?.

—Claro ¿Por qué razón no lo haría?— susurra—. Además me has dicho los olores.

—No lo se, pensé que creerías que es muy tonto to….

—No— dice interrumpiendo—. No es tonto, es loco. No puedo creer….digo— se corrige apenada—… no puedo imaginar que pasaba por la mente de ese chico para atreverse a matar al príncipe y para colmo hacerse pasar por él.

Asiento. Si que era loco.

—Ahora tenemos que hacer algo al respecto Briar, no importa lo que te haya dicho, Muría con él no es seguro, no solo porque no sea el príncipe sino que también, según me has contado, no parece estar listo para las responsabilidades que el ser rey conlleva.

—No nos creerían— interrumpo—. Además te he dicho que el no quiere ser coronado, quiere algo más.

Ella lo piensa un momento. Camina a paso lento, se coloca frente a mi y me muestra una sonrisa reconfortante. En ese momento detecto algo en su mirada, es una emoción que no tiene nada que ver con el momento y que por ser así logra confusión en mí, así que me obligo a dejarlo pasar.

—¿Qué haremos entonces?— pregunta.

— Averiguaremos quien es ese chico  y que es lo que quiere realmente, tal vez encontremos algo que nos ayude a qué se descubra su mentira.

—Esto será emocionante— sonríe.

Me pongo de pie con cuidado mirando a Aileen desde arriba. Creo que mi cabeza está más nublada por este momento que por lo que ha sucedido está mañana, pero el que Aileen este aquí me hace sentir lo contrario,  provocando que tome valentía para decir lo siguiente:

—Descubriremos quien es en realidad el que se hace llamar Daune Hughes.




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