La favorita del jefe

Capítulo 15: Reloj

Zoe

Llego al trabajo algo tarde, pero voy de inmediato a la cocina, jamás me había quedado dormida, pero bueno, dicen que siempre hay una primera vez para todo, saludo a todos y voy a mi puesto aunque no llego a este, ya que alguien se detiene frente a mí.

—Llegas tarde —comenta Alisa con una ceja alzada cruzada de brazos

—Perdón, yo

—La próxima serás despedida, nunca se puede llegar tarde y menos tú —ella sonríe —eres fundamental Zoe, lavas los platos —otros también ríen.

—No volverá a ocurrir, pasa que yo

—No deberías estar aquí —volteo cuando escucho a Adrien —tienes una semana libre Zoe —el silencio es incómodo, Adrien mira a Alisa —sabemos que ella es fundamental pero tenía días libres

—Señor Bennett —lo miro —ya estoy bien, por eso estoy aquí

—A mi despacho Zoe —ordena dejándome con la palabra en la boca, yo bufo y camino detrás de él, hace solo dos días me decía que quería una cita y ahora apuesto a que me va a regañar por algo, no entiendo a este hombre y menos le entiendo cuando entro al despacho y sin darme tiempo a nada comienza a besarme, no pongo resistencia, me gusta demasiado y luego de estar todo un día sin vernos lo único que quiero es dejarme llevar y no dejar de besarlo, Adrien me lleva hacia su escritorio y me sienta en este como si no pesara nada, sus besos se detienen, pero no se aleja de mí ni un centímetro.

—Me gusta que me llames señor —yo sonrío —pero amo cuando solo me dices Adrien —vuelve a besar mis labios

—Adrien

—Lamento no haber podido ir a verte Zoe —dice mirando mis ojos con una intensidad que hace que toda mi piel se erice

—¿Cómo está tu hija?

—Bien —él acaricia mi rostro —aunque seguimos igual que antes o peor, ya ni siquiera me ofende, ha estado muy triste y odio verla así, por otro lado, Alan está igual, creo que le está dando vueltas a eso de que sus padres lo dejaron y

—¿De qué hablas? —le miro confundida

—Alan es adoptado —mi boca forma una O —sus padres lo abandonaron cuando era un bebé 

—Es horrible eso

—Sí, qué clase de monstruo hace algo así? —Adrien se aleja de mí y mis pensamientos viajan al pasado, seguiré gustándole si supiera que soy uno de esos monstruos, mis ojos se llenan de lágrimas son poder evitarlo —Zoe —lo miro —¿qué sucede? 

—Nada, nada —bajo de su escritorio —volveré al trabajo —arreglo un poco mi ropa, él sujeta mi mano antes de que yo salga por la puerta

—Esta noche quiero mi cita —sonríe —me la debes, pasaré a recogerte

—Adrien sigo pensando que no está bien, eres mi jefe, no sé si pueda tener algo contigo y luego fingir acá que no pasa nada entre nosotros —él suspira

—Hablamos de eso en la cita —me guiña un ojo —a las 8 te quiero lista —solo asiento y salgo del despacho.

No soy tonta y tampoco me hago ilusiones, Adrien y yo tenemos vidas muy distintas, además, sé que quien saldrá con el corazón roto de acá seré yo, nunca un hombre me había gustado tanto como él, pero estoy segura de que este jamás me presentará ante todos como su novia, por dios, solo soy una empleada más, alguien que solo lava los platos.

—Estás triste —Liam se sienta frente a mí, estamos fuera del restaurante, ya que estamos en nuestros pocos minutos de descanso

—Ideas tuyas

—No lo creo —él sonríe —estás así desde que hablaste con Adrien, ¿te dijo algo malo? —niego con la cabeza.

—Solo estoy cansada, eso es todo —él toma una de mis manos

—puedes contar siempre conmigo Zoe, tienes un amigo acá —yo sonrío

—¿Sabes? Me recuerdas a alguien importante para mí —él suelta mi mano al escucharme

—Me alegra —sonríe algo nervioso —significa que seremos amigos? —yo asiento

—Por supuesto Liam —el chico entra al restaurante luego de eso, es algo raro, pero es amable conmigo, quizás el único amable en este restaurante, los demás me ven con molestia y no lo entiendo, intento ser buena con todos.

—Mira a quien tenemos aquí —Alisa se cruza de brazos, yo miro a todos confundida, ya están reunidos y no entiendo nada

—¿Sucede algo? 

—Sucede que nos han robado —habla Daxton mirándome fijamente —Alisa ha dejado en su mesa un reloj muy caro y precioso y ha desaparecido

—¿Y? ¿Que tiene eso que ver conmigo? 

—Sé que fuiste tú zorra —me señala ella —entrégame mi reloj —mis ojos se abren en demasía a medida que niego

—Yo no fui, yo —Alisa toma mi bolso y hace que todas mis cosas caigan al suelo incluido su caro reloj

—¿Entonces como explicas esto? —todos me miran como si de verdad fuera una ladrona y ella solo sonríe tomando su reloj.

—¿Se puede saber qué demonios pasa aquí? —Adrien interviene, ni siquiera le miro

—Esta chica Adrien, me robó

—Yo no he robado nada —lo miro, pero él solo está mirando a Alisa

—A mi despacho ambas y quiero ya abierto el restaurante, dejen ya el chisme —él se aleja hacia su despacho y Alisa se acerca a mí

—Verás como pronto dejas de ser la favorita —masculla pasando por mi lado y chocando mi hombro al hacerlo.

—Hay pruebas Adrien —comenta esta en cuanto yo entro —mi reloj estaba en su bolso, es una ladrona 

—No he robado nada, no sé cómo fue a parar allí, yo

—solo hay que ver dónde vives —se burla Alisa riendo —si es que desde pequeños les gusta robar, debes despedirla Adrien.

—Adrien yo no

—Vete Zoe —dice este sin mirarme —vete a tu casa

—Pero yo no

—Que te vayas ¿vale? Tu turno ha acabado —la sonrisa de Alisa se amplía, yo miro a Adrien que se nota que está enfadado, no digo más nada y salgo de ahí.




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