La favorita del jefe

Capítulo 16: Enamorada

Adrien

Espero que Zoe salga para levantarme de mi silla y caminar hacia Alisa la cual está sonriendo, me detengo justo frente a ella, siento rabia y sí, estoy molesto porque no me gustan estos juegos en mi equipo, se supone que somos profesionales y odio ahora mismo esto.

—Adrien hiciste bien en despedirla, esa mujer es

—Señor Bennett —me mira confundida —debes llamarme así

—Perdón, es que

—No he despedido a nadie Alisa, pero si sigues serás tú quien salga por esa puerta y a diferencia de Zoe no vas a volver —sus ojos se abren como platos —¿crees que no sé que sucede? 

—Adrien

—Escúchame bien, sé de sobra como llegó ese reloj al bolso de Zoe, que no vuelva a ocurrir o serás despedida y créeme, en esta ciudad no volverás a encontrar trabajo, me encargaré personalmente de ello

—Pero yo —sus ojos se llenan de lágrimas

—Ahora vete, no haré nada porque llevamos años trabajando y eres muy buena cocinera, pero si haces algo más habrá consecuencias —ella solo asiente y rápido camina hacia la salida, yo paso mis manos por mi rostro, Zoe debe de creer que no creí en sus palabras, pero estaba demasiado molesto con todo lo sucedido. 

Salgo de mi despacho, veo a Daxton conversando alegre con una chica, la cual al verme rápido se aleja de este, Daxton me mira

—Pareces enojado —sonríe —te molestó que la nueva fuera una ladrona?

—no es ninguna ladrona, Daxton si descubro que tuviste algo que ver con este teatro que hizo Alisa no solo te despediré, también te echaré de mi casa como tengo ganas de hacer desde que te conocí —su sonrisa se borra, yo solo paso por su lado y salgo del restaurante.

Toco dos veces la puerta de la habitación de Alan para luego entrar a su habitación, mi hijo sonríe al verme

—Estás guapo —dice sobando su barbilla —pero te falta algo

—¿A si? ¿Que cosa? —me cruzo de brazos, él va hacia una gaveta y de esta saca una rosa

—A las mujeres les gustan estos detalles —sonrío con su comentario tomando la rosa en mis manos.

—Gracias hijo, creo que con esto Zoe estará feliz —también espero que me perdone por como la traté, miro a Alan —estás bien?

—Si papá —él vuelve a sentarse en la cama, sé que no está bien.

—Alan —me mira, lo que voy a decirle me va a costar, pero creo que debo hacerlo —si quisieras conocer a alguno de tus padres biológicos podríamos tratar de encontrar a estos y

—No papá —su respuesta me hace muy feliz —solo estoy triste porque me dejaron tirado y no sé la razón, pero no quiero conocerlos, claro está que no me querían.

—Ellos se lo pierden —sonrío —gracias a sus malas decisiones tengo al mejor hijo que alguien pudiera tener —él sonríe —te amo Alan

—También te amo papá —viene hacia mí y me abraza fuerte —no quiero que volvamos a hablar de esto.

—Como quieras —sonrío ampliamente, la verdad, tenía miedo de que quisiera conocerlos.

Entro a la habitación de Valeria, la cual ya está acostada, me mira, pero no dice nada.

—Tengo una cita —digo mirando sus ojos —quizás vuelva tarde, quería darte las buenas noches.

—Espero que salga bien —murmura dejando de mirarme

—También yo —miro la rosa —crees que le guste? Dice Alan que sí, pero bueno, me gustaría tu opinión —ella vuelve a mirarme

—Creo que deberías quitarte la corbata, vas a una cita, no a una reunión de trabajo, la rosa está bien —yo sonrío un poco deshaciendo el nudo de la corbata

—Gracias, ¿algún otro consejo? —ella sonríe 

—En vez de llevarla a un restaurante, deberías cocinar tú —mira sus manos —créeme, la sorprenderías, al menos a mamá le gustaba verte cocinar —suspira —perdón por eso

—No pidas perdón, me gusta hablar de tu madre y si, a ella le gustaba —Valeria mira mis ojos —decía que me veía más guapo mientras cocinaba —ambos reímos —Te amo Valeria —esta solo asiente, yo salgo de su habitación, no recibí un te amo, pero al menos conversamos sin discutir, creo que ya vamos mejorando.

Espero paciente en la puerta de Zoe luego de tocar el timbre, apuesto a que esta no me espera y cuando la puerta se abre queda claro por la ropa que trae.

—¿Adrien? —frunce el ceño —¿qué haces aquí? 

—Tenemos una cita Zoe, ¿lo olvidaste?

—No lo olvidé, pero como me despediste pensé que —pongo un dedo sobre sus labios callando sus palabras

—Jamás te despedí, jamás haría eso —me acerco más a ella —estaba enfadado, pero no contigo, aunque no supe expresarme bien y por esa razón pido disculpas —le extiendo la rosa, la cual toma con algo de duda

—¿Entonces no crees que robé ese reloj? —río por eso y entro a la casa, respiro hondo mirando esta

—Por supuesto que no Zoe —la miro —vine hasta aquí a cenar contigo —ella medio sonríe

—Como ves no estoy lista

—Estaba pensando en que podríamos cocinar juntos —su mirada se ilumina —solo si quieres, claro. 

—Adrien mi cocina es muy distinta a la tuya y a la del restaurante, es más pequeña —yo tomo una de sus manos

—llévame a ella y ya veremos que puedo hacer —sonríe algo avergonzada, pero echa a andar, entro a la cocina después de ella y sí, es la cocina más pequeña que he visto en mi vida, de verdad ¿cómo puede alguien cocinar acá? 

—Te lo dije, a duras penas cabe uno —su broma es muy acertada.

—Entonces lo haré solo —me mira, yo llevo mis manos a su cintura —tú solo me vas a mirar —con un rápido movimiento la siento sobre la encimera, ella ríe.

—Adrien

—¿Qué? ¿Tienes miedo a enamorarte de mí si me ves cocinando? —enarco una ceja, ella niega con lentitud

—Ya estoy enamorada de ti —sus palabras me hacen sonreír viendo como se sonroja y sin poder esperar más atrapo su boca en un beso que demuestra lo mucho que la deseo.




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