La favorita del jefe

Capítulo 18: Novia

Adrien

Termino de hablar con Víctor por teléfono y cuelgo la llamada, hizo lo que le pedí, pero, sin embargo, Zoe no ha llegado aún, miro mi reloj, debería haber estado acá hace ya varios minutos, salgo de mi habitación y voy a la habitación de Valeria, mis ojos recorren esta, pero no veo a mi hija por ningún lado, con el ceño fruncido salgo de ahí y bajo las escaleras, el sonido de risas llega hasta mí y camino hacia la cocina, me detengo en seco al ver la imagen frente a mí, Zoe está aquí cocinando algo para mi hija, la cual está ayudándola, ambas ríen y conversan ajenas a mi presencia y estoy estupefacto, Valeria no es de ser muy agradable con los desconocidos, incluso es borde con muchas de las empleadas, pero aquí está riendo con Zoe como si se conocieran de toda la vida.

—¿Puedo saber qué sucede aquí? —ambas me miran rápido y Zoe baja la mirada al verme

—Papá, hacíamos algo de comer, tenía hambre —comenta mi hija mirando mis ojos.

—¿Ya han terminado? —miro a Zoe

—Bueno, nos falta limpiar y 

—Bien —interrumpo a Zoe que sigue sin mirarme —Zoe ve a mi despacho por favor —esta solo asiente y sale de la cocina rápido. 

—Por favor no la regañes —pide mi hija acercándose a mí —por cierto papá, cocina mejor que tú —bufo, pero ella solo pasa por mi lado y se larga, yo respiro hondo y salgo de la cocina, me acerco a Zoe que está cerca de las escaleras

—No sé en donde está tu despacho —no digo nada y sigo caminando, ella me sigue, al entrar a mi despacho habla —pediste estos documentos y —no la dejo continuar porque la atraigo hacia mí y la beso como he deseado hacerlo durante todo el día en el trabajo, camino sin dejar de besarla hasta mi escritorio, pero Zoe lleva sus manos a mi pecho, al notar que quiere alejarme me separo rápido de ella.

—¿Sucede algo? —ella toma una bocanada de aire

—Sí, debes firmar estos documentos —los deja contra mi pecho, yo sonrío y tomo estos, abro la carpeta solo para mostrarle que son hojas blancas lo único que hay en esta, los ojos de Zoe se abren en demasía y dejo todo sobre mi escritorio.

—Como ves está en blanco todo, te engañé Zoe —admito sonriendo —solo quería verte

—¿Y no podías esperar a mañana? —ella parece enfadada y se aleja más de mí —por favor Adrien, tú tienes chofer, empleadas que te hacen todo y no debes limpiar tu casa, pero yo no, yo debería ahora mismo estar en mi casa, es tarde y mañana debo ir temprano al restaurante.

—Zoe

—Deberías pensar más en los demás —ella camina hacia la salida, pero la alcanzo y tomo su brazo, cierro de golpe la puerta dejándola a ella contra esta.

—¿Qué te pasa conmigo? No debes molestarte, solo quería verte

—Nos vimos esta mañana en el restaurante aunque bueno —sonríe forzado —me ignoraste todo el tiempo tratándome como a una simple empleada

—¿Ese es el problema? 

—Y no te juzgo —ella intenta alejarme, pero me mantengo firme sin dejarla ir —Déjame ir Adrien

—No —me pego más a su cuerpo —no así, no enfadada ¿vale? Hablemos

—No deberíamos seguir juntos —dice mirando mis ojos —somos muy distintos y claro está que no va a funcionar.

—Zoe

—Es la verdad Adrien, es mejor dejarlo ahora, no me conoces, no sabes sobre mi pasado y

—No me importa el pasado —digo pero ella ríe

—Créeme que si supieras te importaría y lo que menos querrías es estar conmigo —niego con la cabeza y tomo su rostro en mis manos mirando fijo sus ojos.

—Quiero estar contigo, quiero que seas mi novia, que nos conozcamos Zoe, eso quiero

—Es tarde —murmura —debería irme, ya es de noche 

—Quédate —sus cejas se alzan —duerme conmigo —sus ojos se abren como platos y río —solo te estoy invitando a dormir Zoe y nada más, lo prometo.

—Tus hijos

—Alan va a adorar verte sentada a mi lado mañana en el desayuno y creo que a Valeria le caíste mejor que yo —sonríe un poco

—Tu familia

—No habrá que darle explicaciones cuando noten que dormimos juntos —digo sin dudas porque es lo que quiero aunque a mi madre tendré que explicarle —a diferencia de lo que crees Zoe, no me avergüenzo de ti, es solo que todo esto es nuevo para mí, desde que murió mi esposa no traigo a nadie a esta casa y tú

—Soy inferior a ti

—¿Inferior? —enarco una ceja

—Pobre, Adrien, joder, tienes hasta un ascensor en casa —yo río

—Zoe, el dinero es lo de menos —acaricio su mejilla —solo te quiero a ti, quédate —ella asiente lentamente, ahora el problema será dormir con ella a mi lado sin desear tocarla y hacerla mía.

Dormir fue una tortura, no sé si Zoe durmió, pero yo estuve casi toda la noche despierto deseándola como un loco y sin poder tocarla porque si lo hacía iba a querer estar con ella y le había prometido que solo quería dormir, a veces es malo ser un caballero o hacer promesas sin sentido aunque la tortura fue despertar temprano y no verla a ella a mi lado, se había ido antes de que saliera el sol, simplemente escapó como si eso fuera lo que yo quisiera. Enfadado bajo las escaleras, quería presentarla a mi madre y esta vez no como mi empleada, sino como mi novia, pero se fue sin decir nada.

—¿Hijo no desayunas? —cuestiona mamá al verme salir de la casa

—No, tengo asuntos en el restaurante que atender —respiro hondo —luego nos vemos mamá —entro al auto dando un portazo, pero hoy le dejaré claro a Zoe que no me avergüenzo de ella, que no es un juego y que voy en serio aunque no voy a negar que cuando habló de su pasado me entró curiosidad, por qué habrá dicho esas cosas? ¿Tan malo es?

Entro al restaurante, saludo a Liam que limpia las mesas y voy hacia la cocina, lo que escucho me hace detenerme en seco.

—¿Crees que porque eres la favorita puedes llegar tarde? —pregunta Alisa y sé que le habla a Zoe

—No volverá a pasar y no soy

—Claro que lo eres —dice otra de mis empleadas —por eso aún sigues aquí trabajando, aunque la verdad no entiendo por qué eres la favorita del jefe.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.